Por Carlos M. Rodríguez
Ya
no quedan dudas. El imperio está decidido a todo. Las declaraciones de los
voceros del gobierno de los E.U., así como la retórica guerrerista del
Presidente de La OEA, las actuaciones de Uribe, y las acciones desestabilizadoras
de la oposición nos indican que el Departamento de Estados ya tomó la decisión
de intervenir política y militarmente a Venezuela con el fin de derrocar el
gobierno democrático del Presidente Maduro e instalar un régimen títere, al
igual que ocurrió en Honduras.
Ya
la derecha fascista soltó la jauría hambrienta de sus perros hidrófobos para
sembrar el terror a través de las guarimbas, con la cual piensan colapsar el
tránsito automotor, asesinar a ciudadanos, agentes del orden público,
funcionarios gubernamentales; incendiar y destruir bienes de la nación
(transporte público, oficinas del estado, instituciones gubernamentales, bienes
nacionales), sabotear instalaciones eléctricas, energéticas, petroleras) y
otras
Los
agentes de la derecha venezolana ya han solicitado formalmente a Almagro la
aplicación de la Carta Democrática
contra su propio país, condición que los E.U. sugería se hiciera para
preparar la invasión a Venezuela, y ya se están haciendo los respectivos
movimientos en las bases aéreas que el país del norte tiene en Colombia, Perú,
Honduras, Puerto Rico, así como las bases
navales que mantiene en el Caribe en Curazao, Cuba (Guantánamo) y Aruba.
Ya
están ingresando a territorio venezolano grandes contingentes de paracos,
desplazándose hacia lugares
estratégicos y levantando sus bases de
operaciones, como también se han activado
los que están instalados en diversos puntos del país, ubicándose en puntos
clave para la toma de las urbanizaciones, comunidades, avenidas, de las
principales ciudades del país a fin evitar la movilización de las bases
revolucionarias y de esta manera, contener cualquier intento de movilización
popular y facilitar de esta manera la invasión a las fuerzas invasoras.
Todo
esto a plena luz del día, con el conocimiento y consentimiento de las instituciones
encargadas de proteger, defender, preservar, asegurar mantener la seguridad y
la paz en la nación.
Ya
los gobernadores y alcaldes de la derecha comienzan a organizar públicamente protestas,
financiadas con recursos de las instituciones que dirigen, para agudizar la
situación política y mostrar a nivel internacional, un escenario de conflicto
armado entre la población, argumento esgrimido por el imperio del norte, como la
excusa para intervenir, ya que “ellos no pueden permitir un clima de violencia y
enfrentamiento bélico entra la población en un país distante a escasamente a 3
horas de su frontera, ya que pone en peligro su seguridad nacional…”
Y
mientras esto ocurre, el gobierno nacional, en la voz del Pte. Maduro y el
Ministro de la Defensa Gnal Padrino López, sólo se han concretado en hacer
denuncias y amenazas, pero hasta ahora, ninguna acción concreta y efectiva se
ha definido ni efectuado.
Ni
el PSUV, ni los partidos del GPP, ni las comunidades organizadas, ni los colectivos
han dado un paso al frente que demuestre fehacientemente y en forma convincente
su grado de compromiso, lealtad y adhesión al ideario bolivariano, socialista,
chavista. Hasta ahora se han concretado en hacer saludos a la bandera a través
de actividades culturales distanciadas
de la práctica revolucionaria que reclama estrategias, tácticas y acciones
radicales frente a la amenaza real que
se evidencia en el escenario que nos muestra que la ocupación está en curso.
No
es tiempo de preservar los cargos en el gobierno, puestos claves en el partido,
cuotas de poder en las estructuras políticas.
No es tiempo de conspirar unos contra otros dentro de las organizaciones
políticas para ocupar espacios y así garantizar ingresos económicos y prebendas
sociales. Se trata de mantenerse en el
combate contra el entreguismo, la injusticia social, la discriminación, el
vasallaje. Se trata de construir una patria liberaría, socialista, bolivariana.
Se trata del futuro de nuestros hijos y nietos, del futuro de la sociedad
venezolana, de su cultura, de su independencia, de la defensa de las reservas
naturales y culturales, así como de la vida en el planeta. Y en estos momentos
“el clarín de la patria clama…”
No
podemos dejar que el fascismo ocupe las calles, que la derecha criminal
continúe con su orgía de terror, de asesinatos, de sabotaje, de
destrucción. No podemos, ni remotamente
permitir que la bota del gringo invasor hoye la soberanía de un pueblo que se
decidió a ser libre. Es necesario combatir los intentos de convertirnos en una
colonia del imperio.
Si
el gobierno nacional, los órganos de dirección de los partido de gobierno (PSUV,
GPP), las ubch, los CLP, los colectivos y los dirigentes de las comunidades
organizadas no se sienten capaz de preparar una defensa de la revolución, del
legado del Cte. Chávez, entonces quienes realmente tengan una teoría y práctica
verdaderamente revolucionario den un paso adelante y comencemos a construir la
fuerza emergente, de choque, contra los malinchistas, entreguistas, lacayos y de
resistencia, de conflicto y contención contra las pretensiones invasoras del
imperio.
No
se necesitan ni se quieren demagogos, leguleyos,
parlanchines, ególatras, iluminados, patiquines, petulantes, recién vestidos,
grandilocuentes, mucho menos alevosos, apóstatas ni perjuros. Ya el pueblo está cansado de ellos. Se necesitan militantes, cuadros,
revolucionarios de verdad, gente humilde que crea en la revolución, en el
socialismo, que sea capaz de hacer acciones valerosas, de inmolarse por el
pueblo, organizados y disciplinados y con profunda convicción de lucha y
compromiso social.
No
se trata de defender por defender al Gobierno del Presidente Maduro. Se trata
de confirmar ante el mundo que nuestro país es soberano, libre y que sus
conflictos, problemas, enfrentamientos las resolvemos nosotros mismos. Se trata
de ser consistentes con nuestra condición de militantes revolucionarios, de
sujetos políticos con clara conciencia dialéctica y ética revolucionaria. De trascender mezquindades y desviaciones
para construir una visión holística de la lucha, no de simples discursos y
perogrulladas castradas y trasnochadas.
Creemos
que la primera acción debe ser evitar que la derecha se apodere de las calles,
confirmar que “las calles son del pueblo, no de la oligarquía”. Y esto debe ser
de inmediato. En consecuencia, la
convocatoria al pueblo a salir a la calle, a evitar que la derecha, el fascismo
convierta a los espacios públicos en campos de batalla, en focos de
perturbación y base de operaciones de los paramilitares, debe ser replicada por
las organizaciones revolucionarias y movimientos revolucionarios. Y deben ser organizadas concienzudamente y
ejecutada con disciplinadamente y arrojo, cualquier error nos lleva al
fracaso, lo que sería garrafal en estos
momentos donde el mundo tiene los ojos puestos en nosotros y donde la victoria
es cuestión de vida o muerte. Para luego es tarde.
Aquí
nadie se rinde.
Patria,
socialismo o muerte. Venceremos.
carrodcas@gmail.com
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