Puede
parecer que la noticia no es novedad y en cierta forma no lo es para los 11
millones de cubanos que habitan este archipiélago; pero no deja de ser insólito
que un país de los llamados en vías de desarrollo sostenga contra viento y
marea por octavo año consecutivo una tasa de mortalidad infantil por debajo de
cinco por cada mil nacidos vivos, indicador este que ratifica a Cuba entre las
primeras 20 naciones del mundo y al frente de la región de las Américas.
Según
datos preliminares ofrecidos por la Dirección de Registros Médicos y
Estadísticas de Salud, en el recién finalizado año, ocurrieron 125 064
nacimientos, 2 421 más que en el 2014 y se produjeron 535 defunciones en niños
menores de un año, obteniéndose una tasa de mortalidad infantil de 4,3 por cada
mil nacidos vivos.
Las
provincias que alcanzan las tasas más bajas son: Pinar del Río (3,4), Holguín
(3,8), Granma (3,8), Cienfuegos (3,9), Villa Clara (4,1), Camagüey (4,1), La
Habana (4,1), Santiago de Cuba (4,1) y Sancti Spíritus (4,2). Las tasas más
altas: Isla de la Juventud (6,0), Artemisa (5,8), Ciego de Ávila (5,0),
Guantánamo (5,0), Las Tunas (5,0), Matanzas (4,5) y Mayabeque (4,4).
Fueron 28
los municipios que no reportaron muertes infantiles y mantuvieron en cero su
tasa. Ellos son: En la provincia de Pinar del Río, los municipios de La Palma,
Los Palacios, San Juan y Martínez; en La Habana el municipio de Cotorro; en
Mayabeque, los municipios de Quivicán y San Nicolás; en Matanzas los municipios
de Perico, Pedro Betancourt, Unión de Reyes, Ciénaga de Zapata y Los Arabos; en
Villa Clara, los municipios de Corralillo, Encrucijada y Santo Domingo; en
Cienfuegos, Aguada de Pasajeros; en Sancti Spíritus el municipio de La Sierpe;
en Ciego de Ávila, el municipio de Bolivia; en Camagüey, los municipios de
Carlos Manuel de Céspedes, Esmeralda, Sierra de Cubitas y Minas; en Las Tunas,
Manatí; en Holguín, los municipios de Antilla y Urbano Noris; en Granma, Pilón
y Bartolomé Masó, y en Santiago de Cuba, los municipios de Mella y Segundo
Frente.
Según
informó a Granma el doctor Roberto Álvarez Fumero, Jefe del Departamento
materno infantil del Ministerio de Salud Pública, las principales causas de
muertes en menores de un año fueron las afecciones perinatales,
fundamentalmente las que son consecuencia de nacimientos pretérminos, seguidas
de las infecciones congénitas o adquiridas. Las malformaciones congénitas
constituyen la tercera causa, pero reduce el número de defunciones y mantiene
por segundo año consecutivo una tasa en 0,9 por cada mil nacidos vivos, la más
baja de la historia.
Otros
importantes indicadores que reflejan el estado de salud infantil, se consolidan
en el 2015. De acuerdo con el especialista, la tasa de mortalidad del menor de
cinco años, que es considerado el principal indicador de progreso en el
bienestar infantil, alcanza la cifra de 5,7 por cada mil nacidos vivos,
manteniéndose por cuarto año consecutivo por debajo de 6. Cifras aportadas por
el Grupo Interinstitucional para las Estimaciones sobre Mortalidad de las
Naciones Unidas publicadas en el Estado Mundial de la Infancia 2015, ubican a
Cuba entre los primeros 40 países con más bajo indicador.
Asimismo,
en el recién concluido año, se redujo además la tasa de mortalidad preescolar
de 3,8 a 3,6. En el caso de la mortalidad escolar esta obtuvo una tasa de 1,9
por cada mil habitantes de la edad. En el 2015, la supervivencia de los niños y
niñas a los cinco años de edad se mantuvo en un 99,4 %.
La
primera y necesaria lectura de estas cifras es que miles de mujeres llevaron a
feliz término su embarazo, miles de bebés hoy crecen y miles de familias
cubanas disfrutan de un hijo o hija deseada.
“Detrás
del sueño materializado en resultado, está el esfuerzo, desvelo, dedicación,
talento y responsabilidad de los profesionales de la salud, desde del
consultorio médico hasta los servicios hospitalarios, con decisiva
participación de las salas de cuidados perinatales, unidades de neonatología y
de terapia intensiva pediátrica, de la red de genética médica, de cirugía
neonatal y de atención cardiopediátrica, complementado con la participación intersectorial
y comunitaria en apoyo a las acciones de salud”, refirió el doctor Álvarez
Fumero.
Sostuvo
el experto que los resultados en materia de salud infantil son expresión del
acceso universal a la salud y del desarrollo social inclusivo y humano alcanzado
por Cuba, traduce la prioridad que nuestro Estado brinda a la atención de la
salud del pueblo y demuestra cómo se garantizan los derechos sexuales,
reproductivos y los derechos de los niños y niñas a lo largo del territorio
nacional. Demuestra también cómo nuestro país ha cumplido la estrategia y plan
de acción regionales sobre la salud del recién nacido, la meta de reducir la
mortalidad del niño menor de cinco años para el logro de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio y los avances en el cumplimiento de las recomendaciones
de la Agenda para el desarrollo después del 2015.Es relevante la declaración de
Cuba durante el 2015, como primer país en validar la Eliminación de la
Transmisión Materno infantil del VIH-sida y la sífilis congénita, cuyas metas exigió
disponer de servicios de salud sexual y reproductiva con elevada organización y
calidad, incluido el tamizaje sistemático del VIH y la Sífilis en la atención
prenatal y el seguimiento apropiado de las embarazadas con algún resultado
positivo y de sus hijos y sus familias.
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