Por: Roberto Hernández Montoya
La guerra económica es magistral. Produce una cascada articulada de
perturbaciones impecables: largas y lentas colas, que a su vez perturban
la vida laboral y doméstica, porque la gente tiene que hurtar tiempo a
su trabajo y/o a su descanso. Causa irritación, que a su vez se articula
con la Falacia de la Falsa Causa: la culpa es del gobierno, como reza
la propaganda embrutecida y embrutecedora del totalitarismo mediático.
En la cola solo se habla indignadamente mal del gobierno, sobre todo
cuando al final no hay nada. Impecable.
Forja corrupción en el Estado precisamente en quienes deben combatir el
bachaqueo y en parte de la población, que combate su deterioro económico
aliándose a su causa: bachaqueando, contrabandeando, acaparando. Hay
gente que hace colas solo por si acaso, comprando lo que no necesita
para canjearlo por lo que sí, para ayudar al vecindario, a amistades o a
parientes. Se arman corretajes vía celular, aquí hay leche, allá café.
Hay broncas en las colas, gracias a la irritación de horas y horas bajo
sol, lluvia, cansancio, lo que a edades subidas se vuelve más penoso. O
con bebés impacientes. todo se acumula en favor del caos.
La Revolución quintublicó el PIB, ¿por qué entonces la escasez? Hay
curiosidades, sobreabundancia de comida para perros pero ausencia total
para gatos. Mi gato Ron está amotinado. Habrá que prepararle alimentos
caseros, como antaño, porque ni sabe que hay ratones.
Vinieron no sé cuántos contenedores de baterías y neumáticos para
automóviles. No hay. El Estado fabrica celulares. No hay. Automóviles.
No hay. O sí, por Internet, por mercadonegro.com, ¿por qué? ¿No hay
combate a la corrupción? ¿A qué altura llega la trama? Este gobierno es
el que más corrupción ha imputado, con un gentío preso, acaba de apresar
a gente de Bicentenarios y Mercales pero obviamente no es suficiente.
Falta mucha peste y no solo el zika. Corrupción hay en todo el mundo, el
PP de Mariano Rajoy, por ejemplo, que tanto señala a Venezuela de
horrores que no combate en España.
La guerra económica ha sido lo único que le ha resultado a la oposición,
por fin dejó de perder elecciones. Aunque no es ella la que planifica,
sí opera y ejecuta, a veces pasando por las armas, como en las guarimbas
de Leopoldo.
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