Por: José Juan Requena
Para no olvidar.
Sin duda amigos míos que leen estas líneas, el 23 de enero me trae a la
mente tantos recuerdos, que sin temor a equivocarme digo que la caída de
Pérez Jiménez, el dictador de Michelena, cambio mi vida futura aquel
enero de 1.958.
Yo era un joven de de catorce años que estudiaba en Costa Rica el
segundo año de Bachillerato, en el Liceo León Cortés de la ciudad de
Grecia.
Mi padre José Juan Serna Abogado español, llegó a estas tierras de
gracia cuando el gobierno de Isaías Medina “el más demócrata que ha
tenido Venezuela” abrió las puertas a los republicanos españoles, luego
del triunfo del franquismo. El fascismo de Hitler, su aliado ya
preparaba su temible maquinaria de asalto para la conquista de Francia.
Hago esta acotación, apreciados lectores para que sepáis, lo que a mi
padre le ocurre, precisamente en la dictadura de Pérez Jiménez por
atreverse a decir en una clase que no había nada mejor como gobierno que
la democracia. Un alumno que pertenecía a la Seguridad Nacional lo
denuncia y es citado al cuerpo represivo para que explicase la razón de
él, para decir eso en una clase. Su defensa y alegatos no son
escuchados. Y le “invitan a salir del país “expulsado” o a pudrirse en
un calabozo.
Pues bien al caer Pérez, nos regresamos a Venezuela Nuevamente.
Viví los momentos en que Fidel Castro arriba en su primer viaje a
Venezuela y asistí como estudiante del tercer año del Liceo las Acacias
con mi uniforme y una vieja cámara Balda, a escuchar a Fidel en el Aula
Magna, aun conservo viejas fotos. Me firmaron autógrafos los integrantes
del ejercito rebelde en mi carnet de liceísta, que se me ha extraviado
con el tiempo, pero hay un nombre que nunca se me olvido y es este:
Capitán Blanco Chacón columna número 1. M-26-7.
La Huelga general, el 23 estaba alzao plomo cruzao
Con el tiempo Se hicieron elecciones, se acuerdan que el contra
almirante y elegante muñeco, Wolfang Larrazábal era el favorito
sentimental de las damas con esa pinta de Play Boy, tocaba cuatro y
cantaba. Dicen que fue “El hombre de la maleta del millón” que Pérez
Jiménez olvida en Miraflores, por la carrera que le hizo pegar el pueblo
caraqueño.
La Huelga general, el 23 estaba alzao plomo y plomo.
El artífice de la insurrección de la Junta patriótica fue el héroe que
trabajó en las sombras de la clandestinidad y me refiero aquí al
camarada Fabricio Ojeda. Asesinado luego en los calabozos del DIM en el
Palacio Blanco por atreverse a insurgir como guerrillero y dejar su
curul de diputado en aquel congreso que surge luego de las elecciones
del 23 de enero ganadas por Acción Democrática
Puede decirse de Fabricio que a más de su noble heroísmo, fue una de las
primeras víctimas de la nueva estrenada democracia adeca.
Hubo personas que no deseaban que Wolfang, entregase el gobierno a
Rómulo Betancourt Bello, pero Wolfang, hizo oídos sordos y como buen
demócrata, educado en academias de USA, entrega el poder a los adecos,
abriéndose este largo calvario que nos a tocado recorrer, de muerte,
represión y tortura para el sufrido pueblo humilde y trabajador de
Venezuela gobernada por el pacto de Punto Fijo.
AD y Copey, se repartían el cambur, como bien dice nuestro presidente uno pa. ti otro pa. mí.
Y….al pueblo plomo parejo.
Aún están los miles de muertos asesinados, desaparecidos y torturados en
los calabozos de las democracias Punto fijistas de Rómulo, Leoni,
Caldera, Pérez, y Herrera Campin “el hombre de los refranes”
Entre los que caen víctimas de esas democracias burguesas están
Fabricio Ojeda
Livia Guberneur
El Profesor Lovera
Víctor Soto Rojas
Jorge Rodríguez
Y los silenciosos testigos de la brutal represión dirigida por el
general Aliegro, luego de aplicar el paquete económico Carlos Andrés y
sus panas del Fondo Monetario Internacional.
Tomado de APORREA
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