Por Carlos M.
Rodríguez C.
“Estados
Unidos no tiene amistades permanentes: tiene objetivos e intereses
permanentes.”
John Quincy Adams.
Una de las premisas fundamentales de la política de estado de los E.U.,
en cuanto a sus relaciones internacionales lo constituye la afirmación que los
E.U. no tienen amistades permanentes, tiene objetivos e intereses
permanentes. Esto es importante tenerlo
en cuenta para poder hacer un análisis científico en la interpretación del
establecimiento de relaciones diplomáticas entre el país del norte y la isla
caribeña.
Es
fundamental, además plantearse las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la
importancia para los E.U. (para Obama en particular) de restablecer en este momento histórico las
relaciones con Cuba?, ¿Será que verdaderamente el reinicio de ellas traerán
beneficios a la economía norteamericana?, ¿O a lo mejor con el retorno a las
relaciones diplomáticas, los antiguos dueños de las fábricas norteamericanas
expropiadas por la revolución, serán devueltas a sus dueños?, ¿O realmente la
industria turística norteamericana resultará beneficiada con la vuelta a los
lugares paradisíacos cubanos y a la bonanza de los ingresos por concepto de
servicios turísticos en territorio isleño? ¿O es que habrán oportunidades reales
para el desarrollo de la industria informática, tecnologías de avanzada en el
mercado cubano?
Desde el punto de vista
cubano, ¿Será verdad que el gobierno socialista de Cuba cree que E.U.
establecerá relaciones basadas en la igualdad de opinión, respeto y tolerancia
a las políticas internas del régimen cubano?, ¿Será cierto que el reinicio de
relaciones mejorará las condiciones de vida de la población isleña?, ¿Los E.U.
estarán realmente decididos a no intervenir en los asuntos internos de la isla?
¿Abandonarán los E.U. la política de agresión, devolverán el territorio de
Guantánamo y resarcirán los daños causados por el bloqueo y los asesinatos
dentro y fuera de Cuba?
Estas interrogantes, por supuesto
remiten a otras, en la medida que vayamos haciendo conjeturas, ya que la duda y
la suspicacia es libre, y conlleva a escenarios posibles, dada la trayectoria
de los E.U., como país invasor, intervencionista, forajido.
En primer lugar ambos interlocutores
son verdaderos gigantes. Vienen de un pasado de enfrentamientos desde 1889 año
en el cual los estadounidenses establecen entonces una serie de ocupaciones
militares en Cuba, que se prolongan hasta 1902. Las fuerzas de la ocupación militar
estadounidense hacen incluir en la Constitución de la
República de Cuba un apéndice denominado Enmienda Platt por la
cual se arrogaban el derecho de intervenir en los asuntos internos de Cuba
cuando ellas lo estimaran conveniente. Asimismo, se garantizaban el arriendo de
territorios para bases navales y carboneras, cual la Base Naval de Guantánamo, que todavía en 2016 permanece ocupada.
En agosto de 1906, después de
un gran incremento de las inversiones estadounidenses en la isla, el presidente
de Cuba Estrada
Palma solicita la intervención debido al estallido de una insurrección en
contra de su gobierno. Los estadounidenses nombran a Williams Taft como
interventor. Esta intervención duraría hasta 1909. Para los años 1912 y 1933, Estados Unidos
mantiene actitudes de injerencia en las acciones de los gobiernos cubanos, los
cuales manipulan a su antojo con el pretexto de proteger los intereses
económicos estadounidenses en la isla.
En abril
de 1961, tropas de mercenarios reclutados, entrenados, financiados y dirigidos
por los Estados Unidos invaden por la Bahía
de Cochinos, lo
que se conocería como la invasión a Girón. El pueblo cubano, organizado en
milicias y bajo la dirección del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, derrotaría a los
mercenarios en menos de 72 horas.
Después de la fracasada invasión los
E.U. cambiaron su estrategia, y se dedicaron a formar grupos terroristas
encargados de perpetrar acciones
destinadas a sembrar el terror, sabotear la economía, propiciar la contra
información, reclutar agentes encubiertos, espías y conformar grupos dentro de
la isla para generar la desestabilización política y económica. Financiaron emisoras,
vuelos ilegales, secuestros, organizaron escapes a Miami, reclutaron
deserciones dentro de los profesionales cubanos que tenían misiones en el
exterior. Uno de los más abominables actos criminales lo constituye la
explosión del buque francés, La Coubre, en el
año 1960 el cual dejó un balance de más de cien muertos y 400 heridos. Unas dos semanas después del acto terrorista,
el 17 de marzo de 1960, el presidente de Estados Unidos, Dwight D. Eisenhower,
firmaba el documento titulado “Un programa de acciones encubiertas contra el
régimen de Fidel Castro”. Otro de los asesinatos múltiples lo constituye la
voladura de la aeronave de Cubana de Aviación, en donde perdieron la vida 72
personas, entre ellas la totalidad del equipo nacional juvenil cubano de
esgrima que regresaba a la Patria con todas las medallas de oro disputadas en
el recién terminado campeonato centroamericano de esa disciplina, a manos del
terrorista Posada Carriles quien no ha sido juzgado por estos y otros crímenes.
Entre los distintos blancos de la campaña terrorista de más de cinco décadas en
contra del pueblo cubano se encuentran: destrucción o sabotaje de objetivos
civiles dentro del país; ataques en contra de instalaciones costeras, naves
aéreas, mercantes y pesqueras; atentados contra instalaciones y personal cubano
en el extranjero, incluidas sedes diplomáticas; intentos de asesinato contra
los principales dirigentes de la república; introducción de gérmenes y plagas
contra la agricultura y explotación pecuaria; e introducción de cepas de
enfermedades contra las personas, incluidos los menores. A consecuencia de esta
innoble campaña más de 3 478 cubanas y cubanos han perdido sus vidas y más de 2
099 han sido incapacitados
Estados
Unidos (EEUU) mantiene desde el 7 de febrero de 1962 un bloqueo total contra
Cuba, que puede ser considerado como el genocidio más largo de la historia,
debido a sus políticas dirigidas esencialmente a socavar puntos vitales de la
defensa y la economía de la isla caribeña. Es un embargo impuesto, como
respuesta a las expropiaciones por parte
del nuevo gobierno revolucionario de propiedades de ciudadanos y compañías
estadounidenses en la isla tras la Revolución Cubana. Hace 56
años el entonces presidente de los EEUU, John F. Kennedy, mediante la Sección
620a de la Ley de Ayuda Extranjera (de septiembre de 1961), declaró el bloqueo
total contra la isla, después de años aplicando este tipo de medidas de manera
progresiva. Desde este momento la Revolución
Cubana reclama el cese al bloqueo, lucha que es apoyada, en este momento, por
la casi totalidad de los países integrantes de la ONU.
Es
interesante el comentario del exdiplomático y excoronel cubano García Iturbe,
que pese a lo positivo de la restitución
de las relaciones en su totalidad, muestra optimismo en que en el
momento actual éstas no tienen marcha atrás, pero advierte que “a pesar de
los procesos de acercamiento entre ambos países que se vivieron en
épocas anteriores, por ejemplo en los tiempos de Henry Kissinger o de Jimmy
Carter, "estaban premiados por la hostilidad", explica García Iturbe,
notando que la forma en la que se estaban llevando las relaciones con Cuba
fueron tachadas por el propio presidente de EE.UU., Barack Obama, de "fracaso".
Mientras tanto, el proceso de acercamiento actual escoge otra vía: "quitar
un poco de hostilidad […] y a través de la subversión ganar el terreno que no
pudieron ganar a través de la hostilidad".
Con
este comentario García Iturbe devela la intención del gobierno de Obama de
cambiar la estrategia para someter al pueblo cubano a través de la penetración,
el colonialismo mental, la imposición de medidas de orden capitalista, la
subversión, la desestabilización, es decir, la agenda en curso contra los
países insurgentes
Si Obama tiene intensiones serias
de reanudar relaciones en base al respeto ¿Por qué no inicia juicio penal a
Orlando Bosch y todos aquellos agentes terroristas, que viven o tienen su
residencia en territorio norteamericano implicados en asesinatos, acciones
terroristas, desestabilización en territorio cubano o a intereses de Cuba en
cualquier parte del mundo?. ¿Por qué no
anuncia la devolución del Territorio de la Bahía de Guantánamo y la indemnización
al pueblo cubano por los efectos en vidas humanos y pérdidas económicas a causa
del bloqueo?
Si no fuera
así, si de verdad los E.U. tienen intención de cambiar su política agresiva a
los países latinoamericanos, incluyendo Cuba, ¿no parece contradictorio que en
estos momentos se estén diseñando estrategias militares destinadas a intervenir
en países con gobiernos progresistas, tales como Brasil, Bolivia, Ecuador y
Venezuela, y en este caso la ratificación del Decreto mediante el cual, el Pte.
Obama califica al gobierno de Venezuela como una amenaza a la seguridad de los
E.U., insinuando con ello un proceso de intervención en los asuntos internos
del país y una amenaza a la seguridad de la nación venezolana? Igualmente, la
activación de la 4° Flota, la instalación de bases militares en territorio
colombiano y peruano, la activación de un proceso de desestabilización en Chile, Bolivia, Ecuador,
las amenazas contra los países caribeños por sus relaciones con el gobierno de
Venezuela.
Pareciera que hay una
intensión solapada de parte del gobierno de Obama en diseñar una estrategia que
permita debilitar la influencia de los gobiernos progresistas de la región con
la estrategia de distender las relaciones con el gobierno cubano, en tal
sentido el despliegue propagandístico tiene como objetivo mostrar un rostro
democrático para ganarse a la población isleña y al resto de los países
latinoamericano y mostrar los supuestos errores en cuanto a la percepción
acerca de los E.U., y por supuesto,
mostrar el error en creer en el socialismo y otros pensamientos contrarios al
neoliberalismo.
Allanado el camino de las ideas, del pensamiento
socialista, Obama y los sectores económicos y de poder político de los E.U.
volverán a declarar con orgullo que los países latinoamericanos constituyen el
patio trasero del imperio. Convierten la
derrota política infringida por la política de la revolución cubana al aceptar
que el embargo fue un error, en una victoria al poder penetrar libremente en
territorio cubano, socavar las bases del socialismo, someter a la isla con las
ideas neoliberales y demoler el ejemplo
histórico de orgullo nacionalista y dignidad revolucionaria, se trata de La caída del muro de La Habana.
Esperemos el gobierno
revolucionario cubano tenga diseñadas estrategias efectivas contra el nuevo
tipo de invasión a que está amenazado, la invasión y penetración del dólar, de
las trasnacionales, del neoliberalismo con nuevo rostro, de las empresas del
juego, del vicio, de la ética del plástico y la despersonalización. De no ser
así toda la gesta revolucionaria, los esfuerzos del pueblo cubano, las víctimas
de la guerra contra el imperio fueron en vano.
Y la lucha
de los pueblos del mundo contra el imperio sufrirán una pérdida vital al caer
el símbolo de la dignidad de los pueblos del mundo en su lucha contra la
explotación y la dominación imperial.
Revolucionarios de pie a vencer. Ni un paso atrás.
La lucha sigue.
carrodcas@gmail.com
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