Por: Pedro Salima
He venido escribiendo algunos artículos críticos a la gestión
gubernamental de Nicolás Maduro, también lo hice con algunas decisiones
de Chávez. He cuestionado de Maduro su anunciadera, su “yo lo juro”, las
tantas veces que promete y no cumple. Las otras tantas veces que se
raja luego de tomar una decisión. He manifestado que no me gusta su
equipo económico. Me pareceen de derecha y por eso mandaron para el
carajo “El golpe de timón” Para mí es inaceptable la postura de Maduro y
la dirección del PSUV contra los camaradas Giordani, Héctor Navarro,
Ana Luisa Osorio y otros, algunos de los cuales han guardado silencio al
ser separados de sus importantes tareas. A mí Merentes me parece un
fiasco, como creo que lo fueron Iván Gil y el General Osorio. Si la
Asamblea Nacional los acusa, el gobierno debe dejarlos que se defiendan.
He escrito que e parece una burla a la gente humilde, al militante de
base, que le presenten como un gran camibio que a Cilia Flors no se le
diga “Primera Dama”, sino “Primera Combatiente”. No se entiende que
grave es que sea primera. Lo he escrito, como escribí señalando que el
programa de Cilia era una cagada injustificable. Pubiqué en un artículo
mis burlas a la camarada Cilia cuando el día de la toma de posesión de
la nueva Asamblea Nacional dijo que “nosotros eramos mayoría”, en ese
mismo texto me burlé de la diputada Tania Díaz porque ella llamó
“sectaria” a la oposición por no incluir un chavista en la junta
dirctiva de la AN. He señalado que nuestra dirección del PSUV es
bravucona, ehona, atorrante, prepotente, soberbia e incapaz. Me parece
facista la homofobia de Pedro Carreño.
Les cuento, camaradas, que hice campaña y voté por Chávez en en 1998,
pero todavía me quedaban dudas. Cuando se ganaron las elecciones me
llamaron a través de un amigo (nunca supe quién vio mi nombre y me
propuso) para formar parte de la Comisión de Enlace. Yo era el único
comunusta de esta comisión. Al arrancar el gobierno sólo el amigo
intermediario y yo nos quedamos desempleados y como militantes de base.
Los demás cogieron mango bajito.
Me convencí de la postura política-revolucionaria de Chávez en diciembre
del 2001 cuando se llevó a cabo el primer paro contra el gobierno del
Comandante. Me dije si los empresarios, mis enemigos de clase, se
paraban contra el gobierno chavista, entonces ese era mi gobierno.
Era Prresidente de la Asociación de Escritores del Esado Nueva Esparta
cuando me llamaron a formar parte de la Clase Media en Positivo, en
pleno brollo del 2002. Pese a mis diferencias con el término clase
media, allí fui a parar. Un clase media de base. Cuando se formaron las
Mesas de Diálogo en todo el país, me llamaron a formar parte de la misma
en Nueva Esparta, por mi condición de Presidente de los Escritores.
Alguna vez, por esos giros de la vida, llegué a ser miembro de la
Dirección Municipal del MVR en el municipio Mariño del estado Nueva
Esparta. Nunca supe en qué momento me sacaron de esa posición. Sí
recuerdo que un diputado rojo rojito nos mando largo al carajo cuando
vuestionamos su actuación en la AN. Formé parte de todos los intentos de
escuelas, sistemas o cualquier otra guarandinga que sirviese a la
formación ideológica. Llegué hasta dictar talleres. Nunca supe cuando
fue el fin de esos intentos. Hasta hice talleres con Willian Izarra,
casi que clandestinos, pues al hoy desaparecido Willian Lara no le
gustaban estos talleres.
En una oportunidad, siendo yo empleado de la gobernación durante la
gestión de Alexis Navarro, el Diector de Hacienda me preguntó
púbicamente en una reunión “Si Chávez no apoya a Alexis para que repita
como candidato a gobernador, ¿tú apoyarías a Alexis?” Le contesté que
no, que mi apoyo a Alexis dependía si era el candidato de Chávez. A
partir de allí el alto funcionario empezó una persecusión contra mi
persona. Morel le dio una paliza electoral a Navarro. El Director de
Hacienda desapareció de Nueva Esparta.
Critiqué fuertemente al comandante Chávez en el caso del periodista
colombiano Joaquín Pérez Becerra, practicamente entregado por Chávez al
gobierno de Uribe. Me pareció terrible aquella escena en un acto donde
María Cristina Iglesias bailaba y vitoreaba al Comandante con la pérsima
consigna de “Así es que se gobierna”. Y lo escribí. Y me llamaron
contrarrevolucionario, calificativo que me lo han colocado varias veces,
pero al que nunca he respondido porque tengo mi conciencia tranquila.
Me indigné cuando Chávez recibió a Uribe. Lo escribí.
He sido usuario de Barrio Adentro, de los CDI y los CRI, de Mercal y
Pdval. Me han sacado de reuniones del MRV y del PSUV. Por cierto, cuando
nació el PSUV, por ser estudiante de Misión Cultura, me ordenaron ir a
conformar una unidad del partido (ya ni recuerdo cómo se llamaban). La
mayoría de los que se sumaron a esta unidad venáin de ser adecos y
copeyanos en la Alcaldía de Porlamar. Había pasado de AD y Copey a
Podemos, de allí a fundar el PSUV. Acompañado sólo por una media docena
de viejos chavistas, me tocó enfrentar a los infiltrados. Di discursos,
clases de marxismo, acusé de cómplices de la represión adeco-copeyana a
los infiltrados. Lo escribí en la prensa regional y en Aporrea. Los que
fungían de dirigentes del naciente PSUV me llamaron a botón, me
prohibieron la entrada a la sede del PSUV, hasta que fue enviado a
Margarita Rafael Ramírez y él se encargó de aclarar que el Alcalde
Eligio Hernández no entraba al PSUV por corrupto. Creo que en esa época
me empecé a definir en varios artículos como marxista, dogmático,
ortodoxo, sectario y prosoviético, pese a que la URSS desapareció con
sus errores hace años.
En una oortunidad, con ocasión de una visita de Carlos Escarrá a la
isla, nos pidieron a mi compañera y a mí organizar el salón donde iba a
hablar Escarrá. Nosotros, de principio, advertimos que no queríamos
presidio. Cuando llegamos se no habían adelantado y tenían la sala
oganizada con su presidio. Llamamos a entrar a la sala. Una vez adentro
pedimos a Escarrá que pasara al Presidio. Los dirigentes del partido,
diputados, alcaldes y jefes de puestos importantes se colocaron a los
lados del salón, en espera de ser llamados a Presidio. Empezamos a
llamar a los jefes de las unidades electorales, no recuerdo si se
llamaban UBES para entonces. Uno a una pasaron al Presidio, mientras la
casta del partido y del gobierno se iba sentando en la sala, con una
cara de arrechos. Ustedes supondrán que más nunca nos pidieron organizar
nada. Y más de un dirigente pidió nuestra expulsión.
Eso sí, me han encmendado ir al defender los votos chavistas en el CNE.
He sido testigo de mesa, secretario de mesa, movilizador, buscador de
comida, buscador de borrachitos para wue vayan a votar. En algunas
campañas me han nombrado para organizar el sector cultural, pero nadie
se acuerda de llamarme a las reuniones. En cada proceso electoral se
acuerdan de mí para que ponga mi camioneta para la movilización. También
se acuerdan de pedirme mi uno por diez, conformado por chavistas
retrecheros y malasangres con el gobierno nuestro. Hasta hace poco me
mandaban mensajes para concentraciones, marchas y cuanta vaina se les
ocurra. He estado en la Plaza Bolívar en actos donde no aparece ningún
dirigente.
Se me mueren amigas y amigos revolucionarios, arrechos con el gobierno,
pero siempre chavistas. Acompañamos a sus familiares, aunque no aparezca
el gobernador de Cinco Soles. Ah, no me gustan los militares, pero hay
excepciones.
Denuncio a los infiltrados, critico a los matavotos, hasta he escrito
que Maduro habla muchas pendejadas. El Presidente ha venido últimamente
dos veces a Margarita, me entero por alguien en la calle, pues ya ni me
llaman ni me llegan mensajitos, pese a que tengo el mismo número. No
quieren que haga ni bulto.
Estoy arrecho con el gobierno. Son vainas de este proceso que es así
porque es nuestro. Construido con nuestra virtudes y flaquezas sigo acá,
apoyando a Maduro porque la derecha lo quiere tumbar, porque la
burguesía conspira contra él, porque el imperialismo norteamericano
busca derrocarlo como sea.
A ningún democráta tipo Carlos Andrés, a ningún traidor al legado de
Chávez, a ningún aliado de clase de la burguesía lo quiere derrocar el
imperialismo.
¿Por qué demonios es tan difícil entenderlo? Estoy con Nicolás Maduro.
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