Por Roberto Hernández Montoya
Siempre y en todas partes hay niñatos y niñatas malcriados, consentidas,
mimados. Desconozco por qué hay quienes quieren todo ya ya ya y, si no,
se tiran al piso con una pataleta. Espumarajos. Pretenden que lo
merecen todo y sin límites.
En inglés la palabra lot significa, entre otras cosas, ‘lote’. También
‘suerte’, ‘destino’, porque te toca un lote de tierra y debes ceñirte a
él. Si invades el lote vecino caes en lo que en la Grecia antigua
llamaban ὕβρις hybris ‘desmesura’, cuando invades el lote ajeno y vienen
los conflictos e incluso las tragedias. Es que la malcriadez no
consiente límites. Dicen que Eurípides dijo: «A quien los dioses quieren
destruir, primero le inducen locura». En Venezuela decimos: «Dios a
quien va a perder le ciega». Hércules mata a su familia por una locura
inducida por la diosa Hera, que lo odia porque su esposo Zeus, el mayor
dios, lo concibió fuera de su matrimonio con ella. Desmesura. O sea.
No hay gente consentida sin gente consentidora. Como tampoco hay
corrupción sin quien corrompa. La víctima de mimos desmesurados se
enceguece de ira cuando no se le complace cualquier capricho, por
arbitrario e insensato que sea. Le saben a casabe guerras civiles,
conmociones sociales, bombas, golpes de Estado, tensar guayas en las
bocacalles para degollar motociclistas, incendiar universidades,
preescolares, lo que sea. Si a alguien exigen unos dólares que vendió
ilegalmente, contrata a un patibulario del primer anillo de seguridad de
Leopoldo López para que se la trinche. Un mantuano como Leopoldo merece
semejante guardaespaldas porque un godo se lo merece todo todo todo.
El orden jurídico mundial está a su servicio. Quiere que le sequen el
Lago de Maracaibo y hay que secárselo. Quiere derrocar a Maduro en seis
meses y tienen que satisfacerle ese deseo embrutecido. Antes, si lo
pide. No le interesan leyes. Si quiere marchar hasta el CNE sin permiso
tienen que dejarle porque para eso están los medios de comunicación
mundiales, para vocear a los cuatro vientos que al erudito y cariñoso
Capriles lo agredió el rrrÉgimen. Y simultáneamente el vicepresidente
imperial Joe Biden declara su preocupación por los derechos humanos en
Venezuela.
Hay saqueos, dicen.
Redondo. Solo falta la invasión. Ya rodó Dilma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario