El
Ministro Del Pino reabre el tema sobre las actividades medulares o
esenciales dentro del negocio de los hidrocarburos que fue superada,
en medio de las discusiones sobre la REVERSIÓN de las CONSECIONES que se
interrumpieron cerca de 8 años antes del fin de dichas concesiones con
la nacionalización chucuta del año 1975, paradójicamente ésta a favor
del capital transnacional. En ese momento mientras unos cerraban la
puerta al capital transnacional en tan importante industria, otros
pujaban por dejarla abierta, conservando en la Ley Orgánica que Reserva
al Estado la Industria y Comercio de Hidrocarburos (LOREICH), artículos
que permitían la inversión del capital privado en forma de Convenios
Operativos (áreas no medulares o de servicios) y Convenios de Asociación
(áreas medulares). Sobre la base de aquel marco jurídico se instaló
aquí en Venezuela la versión neoliberal en el campo petrolero conocida
con el nombre de Apertura Petrolera, sobre la cual ya se conoce sus
impactos, su historia y el papel que jugó ese capital privado tanto el
golpe de estado como en el sabotaje petrolero de 2002.
Como
antítesis a la política de Apertura Petrolera, surge la política
revolucionaria de Chávez conocida como Plena Soberanía Petrolera, para
saldar la deuda pendiente heredada de la nacionalización del 75. El
control por parte del Estado, en el caso de una economía periférica como
la venezolana, pasaba no solo por imponer impuestos, sino por el
control político-administrativo pleno de dicha materia prima, razón está
por la cual se da la Revolución de la OPEP. Adicional a las áreas
medulares (exploración, producción, refinación, transporte y
comercialización), la lucha por la liberación de los pueblos que
encabezó Chávez en PDVSA, trascendió a éstas áreas, involucrando bajo el
control del Estado, las actividades conexas de la industria bajo la
siguiente ley aprobada en 2009; Ley Orgánica que Reserva al Estado
Bienes y Servicios Conexos a las Actividades Primarias de los
Hidrocarburos. Bajo el objeto de la mencionada ley se reivindica de
carácter estratégico los bienes y servicios contemplados de forma conexa
en la Ley Orgánica de los Hidrocarburos, ambos aspectos además,
involucrados en el renombrado Plan de la Patria como etapa para avanzar
al socialismo.
Llama
la atención, la fragilidad en la memoria del Ministro Del Pino, respecto
a la participación activa del capital privado en los acontecimientos
del 2002, que buscaron derrocar el gobierno revolucionario. Justo ahora
en una situación de flagrante vulnerabilidad económica invoca a la
expresión neoliberal de “general confianza” para subordinar el control
del estado a los intereses del capital privado. A los largo de estos 17
años esta burguesía ha mostrado su particular concepción de país y de
patria, y sobre la base de esta experiencia, ahora, se buscan alianzas
aparentemente tácticas. Entonces, ¿cuáles son los errores cometidos Sr
Del Pino, y dónde estaba usted para advertirlos en su momento? Pues,
aquí se está poniendo en tela de juicio la capacidad del Estado en las
actividades económicas, sólo por el hecho ser Estado, y a eso no se le
quiere llamar neoliberalismo. Sin embargo más allá de la concepción
burguesa, esa discusión ha sido también superada desde los que si creen
en la construcción del socialismo, por lo cual se debe separar la
eficiencia del cuadro capaz que asume algún rol dentro del Estado en
determinada coyuntura, de las falsas lealtades de esos que carecen de
conocimiento para materializar políticas revolucionarias. Desde esa
perspectiva, es que un dirigente de derecha o de izquierda puede estar a
la altura para aprovechar las crisis, por lo tanto, nos corresponde a
los revolucionarios hacer revoluciones.
Después
de la reprivatización de las actividades conexas, forma de apropiación
de la renta petrolera por el capital privado, ¿vendrá la flexibilización
de los negocios de la Faja Petrolífera u otras áreas operacionales, a
causa del default de la producción de crudo ya denunciado, por malas
políticas de mantenimiento, y así sucesivamente hasta llegar al malestar
que genera ola de renuncias de trabajadores?, luego la retercerización
de actividades medulares culminando con la reinstalación de enclaves
petroleros y concesiones pero con el cuidado no utilizar estos nombres,
los cuales generan desconfianza a un pueblo revolucionario.
En
medio de esa valoración que describe el Ministro Del Pino, hasta queda
desdibujada la recién creada CAMIMPEG, empresa del Estado bajo la
jurisdicción del Ministerio de la Defensa, la cual dentro de la su
alcance involucra estas actividades conexas, situación está que si
partimos de la posible credibilidad de cualquier funcionario del alto
gobierno se generan dudas razonables acerca de un posible cambio en la
política económica. Cambio en la política económica donde no se menciona
el neoliberalismo en el discurso oficial, pero no ha dudas en invertir
tiempo para reiteradamente aclarar que no vendrá mas ola de
expropiaciones, sin embargo con ninguna explicación respecto a los
diagnósticos respecto al rendimiento productivo de las expropiaciones,
en la cual se recopile entre otras cosas: a) posibilidad de haber
considerado en algún momento la confiscación (sin compensación alguna),
b) las inversión en divisas antes y después de la expropiación, c)
formación y militancia de los cuadros que les toco asumir tales
empresas, d) nivel de obsolescencia tecnológica de la empresa
nacionalizada y e) existencia o no de manejo clientelar de estas
empresas. Ese análisis permitirá detectar los eufemismos del discurso
neoliberal dentro de nuestra dirigencia en roles del alto gobierno, la
cual a diferencia de los foros, asambleas populares, congresos de la
patria y los CLAPs entre otros, estos actores si toman decisiones que
afectan el destino de manera significativa en la construcción del
socialismo.
Sobre
esa construcción es que se generan dudas, cuando en el contexto de
guerra económica la Vicepresidencia de la República anuncia la gran
ofensiva de parte del Gobierno, y a la par el Ministro y Presidente de
PDVSA, el Sr Del Pino hace declaraciones aparentemente propias. A las
declaraciones de Sr Del Pino, le sigue cuestionamientos de éstas, por
parte de cuadros reconocidos de la revolución, quienes son actuales
diputados en la Asamblea Nacional, situación ésta, que no invoca a la
dirección única y necesaria dentro de la comandancia en nuestras filas
revolucionarias. Sirva la declaración del Sr Del Pino, como termómetro
de la exhibición de las capacidades de un cuadro aislado e inspirado por
su lógica burguesa, o por el contrario, el aviso que obedece a la
concepción hegemónica socialdemócrata que lo instruye a él, para que dé
la cara de lo que otros desde Miraflores quieren hacer. ¿Acaso el
decreto de Emergencia Económica y el Estado de Excepción, contempla
pasarle por encima a la leyes aprobadas cuando la revolución era mayoría
en la Asamblea Nacional? La burguesía que tanto se cuestiona por su
falta de producción, ahora es la salvación a causa de la miopía de una
dirigencia que solo confía en sus leales. ¿Se cuestiona a la política
revolucionaria o a su instrumentación? Estas situaciones de
escepticismo, eclecticismo y dispersión que puede inferir la
improvisación y falta de espíritu de cuerpo, es el insumo aprovechado
por los cuadros de la Fuerza Armada con su comandancia unificada, lo
cual le ha permitido posicionarlos es espacios estratégicos dentro de
los puestos claves dentro del Estado. Empero... ¿quién es el Caballo de
Troya hoy?
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