domingo, 18 de septiembre de 2016

EL CONCEPTO MARXISTA DE IDEOLOGÍA

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ALGUNOS CONCEPTOS DE IDEOLOGÍA
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       Ya a principios del siglo XVII, Francis Bacon, uno de los inventores del método experimental con su libro Instrumentatio magna, elaborando su teoría de los « idola » denunciaba en nombre de la razón los « prejuicios colectivos » (idola), con miras a proporcionar una base secularizada al movimiento de emancipación de la burguesía frente al predominio eclesiástico. Para él la investigación científica es independiente de la autoridad y del razonamiento eclesiástico y deductivo (ya en el desarrollo del tema, haremos mención de la oposición que hace Marx entre ideología y ciencia).
       Pero fue Destutt de Tracy, considerado el inventor del término ideología, quien consagró el vocablo a principios del siglo pasado y lo introdujo en el léxico filosófico y político. Para Destutt la ideología es « la ciencia de las ideas » o « sistema de ideas ».
       El enciclopedista Helvetius, paralelamente a D’Holbach, poco antes de la revolución francesa de 1789, afirmaba que: « Los prejuicios de los grandes son las leyes de los pequeños… Si es cierto que la opinión es reina, a la larga este es el reino de los poderosos que gobiernan la opinión ». Palabras casi idénticas a las que más tarde escribiría Marx: « Las ideas dominantes son las ideas de las clases dominantes ».
       Para Marx, lo mismo que para Engels, el concepto de ideología parte del análisis de las relaciones sociales de producción de una sociedad donde la burguesía liberada del cepo feudal ya ocupaba la posición de la clase dominante y donde el modo de producción capitalista, del que su soporte es el poder burgués, empezaba a revelarse en su contradicción con su utopía política de liberación del hombre. En esas condiciones el naciente capitalismo trataba de imponer su orden particularista como si fuera el orden absoluto y universal e imponía a las demás clases su verdad y su recionalidad como las únicas posibles. La ideología burguesa se convirtió en un instrumento funcional del sistema y no hizo sino servir a los intereses de esta clase.
       La teoría marxista de la ideología es fundamentalmente una crítica a los valores, creencias, ideas, fetiches ideológicos (mitopoyéticos, para Gillo Dorfles, en su libro « Nuevos Mitos Nuevos Ritos ») de la sociedad industrial, con una formación ideológica y unos medios de esclavización y métodos de explotación se pueden resumir, parodiando la célebre frase de Hobbes, en las siguientes palabras: « Homo homini mercator » el hombre es un mercader para el hombre (las ideas centrales de este breve recorrido del término ideología fueron tomadas de Armand Mattelart en La ideología de la dominación en una sociedad dependiente, Biblioteca del pensamiento crítico, Ediciones Signos, Argentina, 1970, p. 11 y de Ludovico Silva, Teoría y Práctica de la Ideología, Editorial Nuestro Tiempo, S.A., México 1971, p. 21). 

PARTE  II 
   EL CONCEPTO MARXISTA DE IDEOLOGÍA
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       « La liberación real no es posible sino es en el mundo real y con medios reales… No se puede abolir la esclavitud sin la máquina del vapor; no se puede abolir el régimen de la servidumbre sin una agricultura mejorada; no se puede liberar los hombres mientras no estén en condiciones de asegurarse plenamente comida, bebida, vivienda y ropa de adecuada calidad y en suficiente cantidad… La liberación es un acto histórico y no mental… » (Marx y Engels, Feuerbach, Obras Escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1973, p. 23).
       
¿Qué se entiende por ideología según la teoría marxista?

       En ninguna de las obras de Marx y Engels se trata específicamente el tema de la ideología, sin embargo, en muchas circunstancias hacen referencia a él, así leemos en « La Ideología Alemana »: « Las ideas dominantes no son otra cosa que la expresión ideal de las relaciones materiales dominantes, las mismas relaciones materiales concebidas como ideas; por lo tanto, las relaciones que hacen de una determinada clase, la clase dominante, es decir, las ideas de su dominación » (Marx y Engels, La Ideología Alemana, Obras Escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1973, p. 45). Y si es también cierto que ni Marx ni Engels emitieron nunca una definición expresa de la ideología, ello no nos impide extraer una caracterización procesa a partir de los textos donde ésta es tratada.
       Para comprender adecuadamente el concepto marxista de la ideología es oportuno, antes de introducirnos en su análisis, considerar el contexto dentro del que la sitúa Marx. Nos referimos al concepto de estructura, del que dependen las nociones infraestructura y subestructura.
       A partir de Marx han sido muchos y muy importantes los estudiosos que han dedicado su vida al estudio del estructuralismo, y todos en mayor o menor medida se han inspirado en Marx, aun cuando éste no haya jamás escrito específicamente sobre dicha teoría, siendo sí quien puso los cimientos para su desarrollo. Entre ellos mencionamos solo algunos de los más importantes: Ferdinand De Saussure, Levi Strauss, Louis Althuser, Hjemslev, Greimas, Umberto Eco, etc.
       Marta Harnecker basándose en el análisis de textos marxistas define el concepto estructura de la siguiente manera: « Estructura es una totalidad articulada compuesta por un conjunto de relaciones internas y estables que son las que determinan la función que cumplen los elementos dentro de esta totalidad » (Marta Harnecker, Los conceptos fundamentales del materialismo histórico, Editorial Siglo XXI, México, 1974, 25a, p. 83). Lo fundamental en este concepto son el tipo de relaciones que se establecen entre los elementos del todo, pues estos son en última instancia los que determinan la organización del todo.
       A los elementos de la totalidad, de la sociedad, Marx los engloba en las nociones de infraestructura y superestructura o subestructura. En la infraestructura sitúa los elementos jurídicos, políticos, morales, religiosos, que también suele denominar ideológicos. Son precisamente estos últimos elementos, después de haberlos situado en su contexto, los que más nos interesa analizar, en tanto que son ideológicos; al formar parte de la ideología dominante de las clases dominantes.
       En el Anti-Düring, Engels escribe: « … La estructura económica de la sociedad constituye en cada caso el fundamento real a partir del que hay que explicar en última instancia toda la superestructura de las instituciones jurídicas y políticas así como los tipos de representación religiosa, filosófica y de otra naturaleza, de cada periodo histórico… » (Anti-Düring, Grijalbo, México, 1964, p. 12).
       A través de las nociones de infra y superestructura Marx y Engels expresaron la relación que existe entre el nivel económico y el nivel jurídico, político e ideológico de la sociedad. Para ejemplificarlo usaron la metáfora del edificio y sus cimientos: así como en un edificio los cimientos sirven de base para su construcción, la estructura económica es la base de todo el edificio social.
       La ideología pertenece a la superestructura. Es como la fachada del edificio; es como el cemento que asegura la cohesión de las paredes de una casa. La ideología cohesiona a los individuos en sus papeles, en sus funciones y en sus relaciones sociales. desde el momento en que una persona cede a los imperativos inconscientes y subconscientes de la publicidad (uno de los elementos ideológicos más penetrantes de nuestra época en el mundo occidental), está siendo manipulada por los « mis » sociales, que lo « obligan » a adquirir una determinada marca de coche, una casa en X fraccionamiento o un perfume con no sé qué ingredientes, para poder ser reconocido por sus vecinos, por sus compañeros de trabajo o por sus amigos. No es él quien decide, sino el aparato social enajenado por la maquinaria publicitaria.
       Ludovico Silva en su libro Teoría y Práctica de la Ideología, resumen en dos las características de la noción Marxista de ideología:
       ¿Cómo idealizan estas relaciones materiales? Desde e momento en que el patrón es dueño de los medios de producción y el obrero vende su fuerza de trabajo en las condiciones que aquel le impone, porque es la única solución para poder sobrevivir, se están convirtiendo las relaciones sociales materiales de producción en una expresión ideal, no real. En efecto, no es real que un obrero o un campesino trabaja de sol a sol para ganar un salario de 20 pesos y el patrón obtenga una ganancia cinco veces mayor, para poner solo un ejemplo. Como el obrero no tiene conciencia de clase y el patrón vive en la « falsa conciencia » (ser consciente de lo inconsciente) se considera natural que el uno sea explotado y el otro explotador (esta ideología en el régimen capitalista la justifican y encubren las leyes la religión, la moral y la política). Así nace el carácter « natural » y no histórico ni científico de la desigualdad social.
       Marx y Engels explican esto cuando escriben: « los individuos que forman la clase dominante tienen también entre otras cosas, la conciencia de ello y piensan a tono con ello; por eso, en cuando dominan como clase y en cuanto determinan todo el ámbito de una época histórica, se comprende de suyo que lo hagan en toda la extensión, y, por tanto, entre otras cosas, también como pensadores como productores de ideas, que regulan la producción y distribución de ideas de su tiempo; y que sus ideas sean por ello mismo, las ideas dominantes de la época » (Marx y Engels, La Ideología Alemana, obras escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1973, p. 45).
       Para el materialismo dialéctico los únicos factores capaces de analizar y poner al descubierto la verdadera estructura de las relaciones sociales, el carácter histórico y no « natural » de la desigualdad social son la ciencia y la conciencia de clase; los únicos capaces de hacer que desaparezca toda ideología, y con ella toda explotación.
       2.- Supuesto lo anterior, « la ideología es un sistema de valores, creencias y representaciones que autogeneran necesariamente las sociedades en una estructura donde haya relaciones de explotación a fin de justificar idealmente su propia estructura material de explotación, consagrándola en la mente de los hombres como un « orden natural e inevitable » (Ludovico Silva, Op. cit. p. 19). Esta dominación se lleva tanto a nivel individual como social.
       Individualmente. Estamos dominados pro representaciones que se alojan en la preconciencia en forma de restos verbales y mnémicos « olvidados » y que ascienden a nuestra conciencia cada vez que es necesario. Un caso típico es la ideología religiosa que se utiliza en la tranquilización de la conciencia o como un imperativo moral, así la miseria social es un « mal necesario » porque Dios es bueno y no hace mal las cosas; proque la pobreza es santa y es más difícil que entre un rico en el cielo que un camello en el ojo de una aguja. Tiene Marx mucha razón cuando dice: « La hipoteca que tiene el campesino sobre lo bienes celestiales garantiza la hipoteca que tiene la burguesía sobre los bienes del campesino » (Marx, La lucha de clases en Francia, Obras Escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1966, p. 172/73).
       Socialmente. En nuestra época, los medios de comunicación masiva son la expresión misma de la plusvalía ideológica. Nuestra existencia cotidiana está prácticamente sumergida en un mar de ideologías dominantes según una finalidad que consiste fundamentalmente en explotar y exponer al ser humano al servicio del sistema social dominante. La manifestación más palpable de la plusvalía ideológica de los medios de comunicación masiva es la publicidad.
       Armand Mattelart en su libro Ideología de la dominación en una sociedad dependiente, escribe: « De qué sirve al investigador estudiar los efectos de la violencia de los programas televisivos sobre un auditorio determinado si previamente no se interroga sobre el sentido del concepto de violencia en un sistema social que está basado sobre la institucionalización de la violencia y en el que la clase dominante administra los medios de comunicación de masas en función de este presupuesto » (p. 38). En efecto, de qué sirve decir que los medios de comunicación están al servicio de la sociedad de estos solo se sirven de ella para explotarla. Plusvalía capitalista y plusvalía ideológica van de la mano.
       ¿Cuáles son los elementos que componen la ideología? Existen dos tipos de elementos ideológicos:
       1.- Elementos que pueden ser ideológicos en determinadas circunstancias; y en otras, no.
       a) La Política. La política en sí es una ciencia, lo opuesto a la ideología; pero como a través de la historia humana se ha caracterizado casi siempre, y mas que la política como ciencia, los políticos, por su tendencia hacia la explotación y la enajenación. Es por ello considerada como ideología. La política se considera como ciencia y « conciencia » cuando desenmascara a la ideología; cuando pone al descubierto esa típica inversión ideológica que ha hecho, en la historia, creer a los pueblos que eran sus políticos y su política los que determinaban su destino, ocultando así la razón fundamental de los cambios sociales, que residen en las condiciones materiales reales de la sociedad.
       b) La Ciencia. Al considerar la posibilidad de que la ciencia sea una ideología aparentemente estamos cayendo en una contradicción, ya que precisamente la ciencia es uno de los conceptos opuestos al de ideología. Pero expliquemos cuando considera Marx a la ciencia como una ideología y cuando no:
       La noción misma de ciencia, para Marx, en cuanto incluye la investigación y el descubrimiento de la estructura de los fenómenos, rechaza la noción de ideología, que implica precisamente el encubrimiento y ocultándose de esa estructura y la entronización de las apariencias, de lo propiamente « fenoménico ». Pero cuando la ciencia absolutiza una teoría, desligándola de su fundamento material del que necesariamente parte cualquier conocimiento científico, para utilizarla como justificación de la explotación y de la enajenación, es una ideología. Es el caso de los economistas clásicos que sentaron las bases de la teoría del valor agregado, que es a su vez la base de la teoría de la explotación.
       c) El Arte. Al igual que los elementos anteriores el arte, en cuanto a arte, es antiideológico. El verdadero arte es la expresión viva de las relaciones humanas y no su ocultamiento. Pero cuando el arte es utilizado como un objeto de enajenación, de aburguesamiento, se le cambia totalmente su finalidad original. Así, en la sociedad capitalista el valor original de la obra de arte, que es el trabajo socialmente necesario para su realización, se pervierte pro un valor de cambio que nada tiene que ver con el primero. Entonces el arte se convierte en un objeto de lujo, se utiliza; no es el valor artístico lo que busca el coleccionista de obras de arte, sino su valor dinero.
       2.- Elementos que son siempre ideológicos.
       a) Las Leyes. Las Leyes, desde el prestigiado derecho romano, han sido siempre hechas par aproteger los derechos e intereses de las clases pudientes. Escribe Marx en el capítulo I de El Capital: « En esta forma externa de manifestarse, que oculta y hace invisible la realidad, invirtiéndola, se basan todas las nociones jurídicas del capitalista » (Citado por Ludovico Silva en Teoría y Práctica de la Ideología, p. 53).
       b) La Moral. La moral es una de las formas más sutiles de la ideología, ya que mediante preceptos y normas dogmatizantes, con el falso supuesto de formar una conciencia recta, predetermina a actuar en una forma ideal, fuera totalmente de la realidad. La moral conduce a los hombres a cocificar la realidad en la noción de mal, encubriendo así la auténtica finalidad de la materia, que es la de servir de base al desarrollo material del hombre.
       c) La Religión. Es clásica la frase de Marx: « La religión es el opio del pueblo ». Y quizás pro ello considere Marx a la religión como la esencia misma de la ideología. En nombre de la religión, sobre todo en los países menos desarrollados, las grandes masas populares son capaces de cualquier cosa, y esto lo saben muy bien los grandes magnates de mundo capitalista, quienes no dejan pasar ocasión alguna para sacar provecho de ello. No es por demás repetir aquí esa frase de Marx que dice: « La hipoteca que tiene el campesino sobre los bienes celestiales garantiza la hipoteca que tiene la burguesía sobre los bienes del campesino ». La ideología religiosa compensa en la imaginación y en la fantasía humanas la miseria mediante una promesa de « riqueza » y de « felicidad » ultraterrenas.
       Es éste, en síntesis, el panorama de la concepción marxista de la ideología. No nos queda más que exponer una breve conclusión.

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