jueves, 27 de octubre de 2016

Hablando idiomas diferentes (sobre Rodríguez Torres, Marea y Nícmer)

Cuando a finales de abril del 2016 la Derecha venezolana comenzó el proceso de recolección de firmas, fuimos muchos los que nos sentimos alegres de que por fin los opositores entraran por el aro de la Democracia y la Constitución. Aunque ya se sabía que los tiempos no les iban a dar para que el referendo se convocara este año 2016, sin embargo, aceptar las reglas del juego democrático era en si una ganancia. Esta alegría duró poco.
Con jactancia, y aun embriagados por la victoria del pasado 6 de diciembre de 2015,  la oposición anunció que recogían más de tres millones de firmas, que iban a sobrepasar todas las expectativas y que iban a dar una demostración contundente del rechazo al Gobierno del Presidente Nicolás Maduro. Sinceramente pensamos que podían recoger mucho más del 1% de las firmas necesarias. Sin embargo, el resultado fue sorprendente y hasta inexplicable. La oposición terminó entregando solo 407.622. Pero al hacer la revisión de las mismas se encontraron casi once mil personas fallecidas (antes de firmar),  más de tres mil menores firmantes, más de mil inhabilitados por haber cometido delitos de narcotráfico y homicidios. Hasta un funesto personaje como "el picure" aparecía firmando. Para rematar, existen más de 8.300 denuncias sobre el proceso de recolección de firmas por uso fraudulento de identidad.
La pregunta es ¿si tienen tanta gente como para haber ganado las elecciones parlamentarias, por qué no recogieron las firmas de manera legal? Ahora el argumento de la MUD es que se continúe con el proceso de recolección del 20% ya que hay suficientes firmas del 1%, y que se ignore las que son ilegales.   Semejante exabrupto, propio de la oposición que tenemos en Venezuela, podría solo ratificar su desfachatez harto conocida. El problema es que varios grupos y personales, supuestamente "progresistas" o que incluso se dicen "chavistas" concuerden con tan burdo argumento.
Por ejemplo, el exministro Rodríguez Torres ha señalado que “Cerrar las puertas a la democracia es abrirlas a la violencia, el referéndum es una alternativa". Es decir, denunciar el fraude es cerrar las puertas a la democracia. Otro caso es el del grupo Marea Socialista, quien de boca de su Coordinador Nacional señala que "la Mesa de la Unidad Democrática, debería insistir en agotar las vías para que se retome el proceso del revocatorio". Al extremo llega incluso otro personaje, el Sr. Nícmer Evans, cuando dice que la Democracia Participativa murió el 20 de octubre de 2016 (día en que se suspendió la continuación del Referéndum).
Tales personajes de la "izquierda", junto con muchísimos otros que se pronuncian a diario, le hacen el juego a la Derecha cuando insisten en el derecho al Referéndum Revocatorio, pero ignoran y mienten sobre el entorno. Veamos los hechos:
1.- El Gobierno, las Instituciones y el PSUV defienden la figura del Referéndum Revocatorio por ser ejemplo de máxima democracia, por estar contemplada en la Constitución Nacional y porque fue una propuesta de la izquierda refrendada por el propio Comandante Chávez.
2.- Existe un grueso de la población que no quiere al Presidente Maduro, ellos tienen el derecho de activar la figura del Referéndum Revocatorio. Nadie niega ese derecho, como tampoco nadie debería negar el derecho de quienes no quieren que su mandato sea revocado y que también constituye un sector importante del país. Son los votos los que deciden, y no la embajada gringa ni sus tarifados.
3.- Ni el Gobierno, ni las instituciones, ni el PSUV quieren revocar el mandato del Presidente Maduro, por lo tanto que no sean ellos quienes lo activen. El trabajo de organizarlo y activarlo es de la oposición.
4.- Si se va a activar el Referéndum Revocatorio, se supone que debe hacerse por la vía legal, cumpliendo con todos los pasos y sin hacer trampas, falsificaciones, usurpaciones o ilegalidades. Tanto el TSJ como el CNE son los observadores y garantes de que el proceso transite el camino de la legalidad.
Estos cuatro hechos, son interesadamente obviados o ignorados por esos supuestos dirigentes de "izquierda" que ahora se presentan "chavistas" pero que quieren la salida del Presidente Maduro. Con "chavistas" así, el pueblo no se anota porque hablan idiomas diferentes.
En el pueblo la figura del Comandante Chávez es sagrada, su pensamiento es ideología actual y su práctica es inspiración de los revolucionarios. Recordando al Comandante, nuestra opinión firme, plena como la luna llena, irrevocable, absoluta, total, es la de respaldar al Presidente Obrero Nicolás Maduro, al Partido de la Revolución, el PSUV, y a la Revolución.

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