Cuando a finales de abril del 2016 la Derecha venezolana comenzó el
proceso de recolección de firmas, fuimos muchos los que nos sentimos
alegres de que por fin los opositores entraran por el aro de la
Democracia y la Constitución. Aunque ya se sabía que los tiempos no les
iban a dar para que el referendo se convocara este año 2016, sin
embargo, aceptar las reglas del juego democrático era en si una
ganancia. Esta alegría duró poco.
Con jactancia, y aun embriagados por la victoria del pasado 6 de
diciembre de 2015, la oposición anunció que recogían más de tres
millones de firmas, que iban a sobrepasar todas las expectativas y que
iban a dar una demostración contundente del rechazo al Gobierno del
Presidente Nicolás Maduro. Sinceramente pensamos que podían recoger
mucho más del 1% de las firmas necesarias. Sin embargo, el resultado fue
sorprendente y hasta inexplicable. La oposición terminó entregando solo
407.622. Pero al hacer la revisión de las mismas se encontraron casi
once mil personas fallecidas (antes de firmar), más de tres mil menores
firmantes, más de mil inhabilitados por haber cometido delitos de
narcotráfico y homicidios. Hasta un funesto personaje como "el picure"
aparecía firmando. Para rematar, existen más de 8.300 denuncias sobre el
proceso de recolección de firmas por uso fraudulento de identidad.
La pregunta es ¿si tienen tanta gente como para haber ganado las
elecciones parlamentarias, por qué no recogieron las firmas de manera
legal? Ahora el argumento de la MUD es que se continúe con el proceso de
recolección del 20% ya que hay suficientes firmas del 1%, y que se
ignore las que son ilegales. Semejante exabrupto, propio de la
oposición que tenemos en Venezuela, podría solo ratificar su desfachatez
harto conocida. El problema es que varios grupos y personales,
supuestamente "progresistas" o que incluso se dicen "chavistas"
concuerden con tan burdo argumento.
Por ejemplo, el exministro Rodríguez Torres ha señalado que “Cerrar las
puertas a la democracia es abrirlas a la violencia, el referéndum es una
alternativa". Es decir, denunciar el fraude es cerrar las puertas a la
democracia. Otro caso es el del grupo Marea Socialista, quien de boca de
su Coordinador Nacional señala que "la Mesa de la Unidad Democrática,
debería insistir en agotar las vías para que se retome el proceso del
revocatorio". Al extremo llega incluso otro personaje, el Sr. Nícmer
Evans, cuando dice que la Democracia Participativa murió el 20 de
octubre de 2016 (día en que se suspendió la continuación del
Referéndum).
Tales personajes de la "izquierda", junto con muchísimos otros que se
pronuncian a diario, le hacen el juego a la Derecha cuando insisten en
el derecho al Referéndum Revocatorio, pero ignoran y mienten sobre el
entorno. Veamos los hechos:
1.- El Gobierno, las Instituciones y el PSUV defienden la figura del
Referéndum Revocatorio por ser ejemplo de máxima democracia, por estar
contemplada en la Constitución Nacional y porque fue una propuesta de la
izquierda refrendada por el propio Comandante Chávez.
2.- Existe un grueso de la población que no quiere al Presidente Maduro,
ellos tienen el derecho de activar la figura del Referéndum
Revocatorio. Nadie niega ese derecho, como tampoco nadie debería negar
el derecho de quienes no quieren que su mandato sea revocado y que
también constituye un sector importante del país. Son los votos los que
deciden, y no la embajada gringa ni sus tarifados.
3.- Ni el Gobierno, ni las instituciones, ni el PSUV quieren revocar el
mandato del Presidente Maduro, por lo tanto que no sean ellos quienes lo
activen. El trabajo de organizarlo y activarlo es de la oposición.
4.- Si se va a activar el Referéndum Revocatorio, se supone que debe
hacerse por la vía legal, cumpliendo con todos los pasos y sin hacer
trampas, falsificaciones, usurpaciones o ilegalidades. Tanto el TSJ como
el CNE son los observadores y garantes de que el proceso transite el
camino de la legalidad.
Estos cuatro hechos, son interesadamente obviados o ignorados por esos
supuestos dirigentes de "izquierda" que ahora se presentan "chavistas"
pero que quieren la salida del Presidente Maduro. Con "chavistas" así,
el pueblo no se anota porque hablan idiomas diferentes.
En el pueblo la figura del Comandante Chávez es sagrada, su pensamiento
es ideología actual y su práctica es inspiración de los revolucionarios.
Recordando al Comandante, nuestra opinión firme, plena como la luna
llena, irrevocable, absoluta, total, es la de respaldar al Presidente
Obrero Nicolás Maduro, al Partido de la Revolución, el PSUV, y a la
Revolución.
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