Por
Carlos M. Rodríguez C
El
momento actual es crucial para la sobrevivencia del proceso revolucionario
bolivariano.
El
Presidente Maduro ha sido objeto de la más despiadada campaña de ataques por
parte de la derecha, de los chavistas “apostatas”, de los medios nacionales e
internacionales, y sobre todo víctima de las
peores traiciones por parte de los miembros de su gobierno, al incurrir
en actos de corrupción, saqueo al patrimonio nacional, desprecio al pueblo,
sabotaje al proceso revolucionario.
Ha
sido secuestrado por los mismos funcionarios que ha designado para que lo
acompañen en su acción de gobierno, muchos de los cuales le han tendido una
manea que le impide tomar medidas apropiadas para avanzar en el proceso
revolucionario.
Por
otra parte, se ha rodeado de asesores que le han desviado del camino
revolucionario que le han hecho tomar decisiones que, lejos de profundizar la
revolución, ha retrocedido al esquema neoliberal contra el cual el Comandante
Chávez luchó afanosamente.
Y la
guerra económica, declarada y ejecutada por el poder económico trasnacional y
nacional ha logrado agrietar el aparato gubernamental con la retirada del apoyo
de un grueso sector de la población y de la grey chavista a nivel nacional ya
que no han se han producido acciones apropiadas para lograr superar el
desabastecimiento, la especulación, la inflación galopante y el bachaqueo,
situación que hasta ahora, los CLAP no han logrado erradicar, ya que dicho programa
adolece de fallas en su implementación y en su ejecución, situación que hay que
revisar, corregir y mejorar.
Situación
que aunada a la corrupción, a la ineptitud e incapacidad de trabajadores de las instituciones públicas,
de la complicidad con los empresarios, funcionarios de seguridad pública del estado, constituye una bomba que
ya ha comenzado a hacer explosión la cual se expresa en la derrota del gobierno
en las elecciones del 6 de diciembre para la elección de diputados a la
Asamblea Nacional, así como las protestas y críticas generalizadas contra el
gobierno del Pete. Maduro en los diferentes escenarios de la geografía
nacional.
En
este contexto la derecha, representada por la MUD y acompañada por los partidos
de la ultra como lo son Voluntad Popular, las Manitas Blancas, asistida
políticamente por la embajada norteamericana y militarmente por los
paramilitares colombianos, ha emprendido una feroz arremetida en su objetivo de
sacar al Pte. Maduro del gobierno y revertir el proceso de transformación y
cambios sociales y políticos en el país.
Con
el control de la Asamblea Nacional, la derecha ha conformado un escenario
delictivo con el cual pretende, por una parte, aprobar y desaprobar leyes sin
contar con la mayoría calificada (ya que están incorporados diputados cuya
elección fue anulada por el TSJ) por presentar vicios de ilegalidad, situación
que ha hecho que sus actos sean nulos de nulidad absoluta, por lo cual, todas
las decisiones de carácter jurídicas son invalidas.
Este
escenario, liderado por el Dip. Ramos Allup ha estado caracterizado por un
comportamiento agresivo y soez, lleno de odio y amenazas en el cual se ha
ofendido, no sólo la majestad del presidente, sino a los trabajadores, las
mujeres, al pueblo.
Y
sobre todo, ha sobrepasado sus atribuciones abriendo un juicio político al
Pete. Maduro para solicitar su destitución, así como el llamado a una marcha
para tomar a Caracas, u paro nacional para obligar al CNE, a llamar a la realización del
revocatorio, el cual fue suspendido por el TSJ, ante los hechos de corrupción
que se detectaron por delitos electorales tales como firma de difuntos, de
procesados penales, falsificación de la firma de electores y otros.
Toda
esta situación ha hecho que el pueblo chavista haya abandonado su inmovilismo,
y por iniciativa propia ha decidido
tomar las calles que hasta ahora había abandonado (y que la oposición no supo
aprovechar) para salir en defensa de la revolución. Irrumpió la sede de la A.N. en el cual se
estaba pretendiendo juzgar al Pte. Maduro, se concentró para recibirlo del retorno de su
gira por el exterior, se concentró en los alrededores de Miraflores para
protegerlo de cualquier agresión por parte de la marcha opositora, pernoctó en
sus alrededores y se organizó para evitar la realización del paro nacional así como la realización de guarimbas por
parte de la derecha en todo el territorio nacional. Además la FANB anunció el
respaldo al Pete., así como la advertencia de evitar acciones que conspiren
contra el estado de derecho, tales como acciones violentas o un desbordamiento
de las atribuciones de la AN que pongan en peligro del sistema democrático en
el país.
Es
necesario destacar que Maduro recibió el apoyo por parte de la U.E, de la ONU,
de la CEPAL y además el Papa Francisco accedió a enviar un emisario para servir
de mediador en la mesa de diálogo convocada por el gobierno y a la cual aceptó
asistir el representante de la MUD, contraviniendo las decisiones de otros
miembros de la oposición, entre ellos Allup, Capriles y Corina de no asistir a
tal mesa de trabajo, lo que muestra el
resquebrajamiento en el sector de la derecha.
Por
otra parte, el paro anunciado por la derecha no contó con el apoyo de la
Federación Nacional de Transportistas, de FEDEINDUSTRIAS, ni del pueblo, por lo
cual tuvo un fracaso absoluto.
Ahora,
con todo esta senda de fracasos, la derecha pretende desconocer la validez del
cargo de presidente de la republica con el argumento que el Pete. Maduro es
nacido en Colombia, sin demostrar la veracidad de su afirmación y en detrimento
de la decisión jurídica del TSJ ante ese tema.
Ahora
bien, con el mango de la sartén en la mano, y estableciendo reglas claras,
Maduro debe tomar la iniciativa de insistir en la convocatoria a la mesa del
diálogo.
Pero
cuando hablamos de reglas claras no estamos refiriendo a que primero, debe precisar
que cualquier tipo de acuerdo no debe estar viciado de nulidad, ya que si se
acepta la negociación de propuestas hechas por parte de la AN o de la
oposición, que esté sometida a ilegalidad, legitimaría el delito y por lo cual
sería irrita dicha aceptación. Segundo,
es necesario que Maduro se comprometa con su pueblo (y lo cumpla) una viraje que restituya el
carácter social de su gobierno, estableciendo un control de precios y de
revisión de los mismos, para garantizar el poder adquisitivo del venezolano y
darle validez real al aumento del salario mínimo; Tercero, el compromiso y
cumplimiento de medidas para frenar la corrupción por parte de funcionarios de
su gobierno, medidas que deben ejecutarse de inmediato con las sanciones a que
haya de lugar tomar. Cuarto, reorientar el proceso productivo hacia la
productividad social creando estrategias que permita la incorporación del
pueblo en condiciones viables a la producción no sólo del rubro alimenticio,
sino de tecnologías en el área industrial, farmacéutica, de salud, etc. Y
quinto, invitar a otros sectores de la oposición para que aporten ideas,
propuestas que vayan más allá de la simple salida del gobierno, sino de
proposiciones que permitan mejorar la actuación gubernamental y destrabar el
juego que por los momentos está trancado.
Hasta
ahora el debate ha sido un diálogo de sordos o un cantar de mudos. La derecha está entrampada en su afán de ir a
un revocatorio el cual no tiene sustento legal y ha entrampado a sus seguidores
ya que no puede concretar su promesa de
lograr que éste cometido se cumpla.
El
Pte. Maduro ha sido sordo y no ha escuchado las voces de pueblo. Ha continuado
su política de rotar a aquellos ministros y funcionarios cuya gestión ha estado
singanda de incapacidad, desidia, complicidad, sin tomar en cuenta a los gritos
del soberano que le clama “basta”. Ha estado ciego en darse cuenta que las
soluciones que ha planteado y ejecutado no logran superar la situación cada vez
más grave de deterioro de la calidad de vida de la población venezolana. Pero
sobre todo, ha sido incapaz de promover cambios profundos en la estructura de
su equipo de gobierno y en generación de políticas que le permitan avanzar en
el proceso revolucionario. No obstante hay un pueblo que lo sigue, que acepta
su liderazgo, que está dispuesto a jugársela por él, pero que espera un cambio
en su agenda de gobierno. Con este pueblo tiene una deuda.
El
Presidente Maduro tiene que abrir un compás en el diálogo y permitir que una
nueva oposición, más constructiva,
tolerante, inteligente se incorpore al espacio político a fin de avanzar en la
solución de la problemática del país.
Consideramos
que la decisión del CNE de cerrar período de inscripción de los partidos
políticos para su participación en los procesos electorales por venir es un
error, ya que cierra las puertas a las aspiraciones que tienen muchos
venezolanos de proponer alternativas para avanzar hacia su desarrollo,
soberanía económica y política.
Pte.
Maduro, Dios, el Comandante Chávez, la Patria y el pueblo soberano le han dado
la oportunidad para que se consagre y pueda alcanzar el bienestar social, la
justicia, la igualdad y la soberanía nacional.
El momento actual es el más propicio. No habrá otra. Ud. tiene la
palabra.
Patria,
Socialismo o Muerte. Venceremos.
carrodcas@gmail.com
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