Por: José R. Izquierdo
Eduardo Álvarez Paz el 26.06.2002 le dice al mundo que "Hugo Chávez es el delincuente mayor de la república y el responsable de la masacre del 11 de Abril por lo que hay que acabar con él…llegó la hora definitiva…!" ¿Cuál prueba aportó el también embriagado de odios para denunciar y sostener su infundio? La verdad fue otra, y por supuesto, silenciada al máximo por los medios de la mentira. Ocho francotiradores, enviados por el sicariato de Uribe, produjeron la gran matanza a tan sólo unos doscientos o trescientos metros del Palacio de Miraflores. Fueron ellos, Luis Arturo Meneces (sic), José Meneces Quintero, Roberto Francisco McKnicht, Nelson Enrique Rosales, Roger de Jesús Miquelena, Franklin Manuel Rodríguez, y John Carlos Muñoz Garzón. Fueron apresados ese mismo 11 de Abril y liberados al siguiente día por el cipayo y breve auto-proclamado presidente Pedro Carmona Estanga. Los muertos fueron, a donde tienen que ir los muertos. El dolor y la indignación, alojados en el corazón de su gente. La conmoción en el país todo. Los francotiradores, en vuelo. El país, en el pretil del canjilón. La guerra civil pudo haber sido el socavón de la patria, y la gloria de la mentira, inducidos. Hasta ahora. ¿Los más afectados? Los niños de entonces, hoy en etapa inicial de adolescencia o ya en proceso de convertirse en padres del hombre.
Nunca estuvo solo Álvarez Paz en su proyecto de destrucción moral y física del presidente Chávez, ni del mil veces reiterado esfuerzo por acabar con la nueva república en marcha. Es más, por su perfil político, respondía fielmente, como otros tantos que abrevaban como él en la pervertida godarria criolla, en el proyecto de la Doctrine for Joint Psychological Operations (Doctrina para las Operaciones Psicológicas Conjuntas), PSYOP, diseñada por el Pentágono, para romper cerebros, reconstruirlos y ponerlos al servicio de la insurrección.
En Enero 06, 2003, el país, aún impactado por el golpe de estado patronal, las huelgas, el sabotaje petrolero, la falta de comida, de combustible, de pan, de las mismas toallas sanitarias que también ahora carece la mujer, Omar Estacio, columnista de El Universal (Enero 06 y 13 de 2003), y abogado del ex-Alcalde Ledezma, convertido, sabiéndolo o no, en agente de la PSYOP, recurre al llamado de uno de sus cerebros, el reptiliano, y se encuentra, en su camino de furias, a quien considera que es causante de todos sus males: el mimos que tantos males le hizo a Álvarez Paz: Hugo Chávez Frias. En su panfletario escrito pide, clama Estacio, "matarlo y "cuanto antes mejor y sin preguntar demasiado". Este es parte de uno de sus dos envilecidos textos: "Es fácil prever la deposición de un gobernante, en particular, cuando es corrupto…., inepto…., homicida…., hambreador del pueblo…., resentido social…., afeminado, porque al menos en Latinoamérica el beso entre amistades es cosa de mujercitas…., bocón…., ignaro…., patán…., chicanero…., corrupto…., (he puesto ya lo de corrupto?), racista…, con inocultables taras físicas y mentales…., cobardón…, represivo…, aguajero…., mitómano…., charlatán…., mofletudo…., con antropometría de flatulento y corrupto" (que no se me pase lo de corrupto)". A la semana siguiente, 13 de Enero: "un gobernante corrupto, represivo, empobrecedor del pueblo, debe ser remitido al otro mundo. Cuanto antes mejor. Y sin preguntar demasiado".
El 16.06.2003, también en el mismo diario El Universal, el laureado historiador Guillermo Morón, respondiendo de igual manera a sus recónditos instintos, acompaña a Álvarez Paz y a Estacio en la búsqueda del destino que merece el Chávez de sus odios incomprendidos: "Es lícito matar a un gobernante cuando éste incumple con las leyes, comete injusticias y deja de gobernar. Eso es lo que sería pertinente aplicar hoy en Venezuela". En esas fechas estuvo en Venezuela el diplomático y euro-diputado Emilio Menéndez del Valle quien, trémulo, (sic) a su regreso a España, en un escrito para el diario pro-monárquico El País refiere lo que le asombra: "Yo he vuelto trémulo, sobrecogido por lo que he visto, leído y oído en Venezuela. La periodística condena a muerte contra Chávez de la que hablo es literal. ¿"Puede alguien insultar así a un Jefe de Estado o a un simple mortal sin consecuencias judiciales o administrativas para el insultador o el medio que lo cobija?" Y se responde: Sí, en Venezuela".
El país, que en 2008 y 2011 es considerado por Guinness y Gallup, respectivamente, como el país más feliz del mundo, la PSYOP seguirá en su empeño para llevarlo, a través de los dolarizados medios de comunicación nacionales y sus agentes criollos, al despeñadero y a la desilusión.
Estamos ahora en 2014-2017. Los más de cuarenta muertos y casi mil heridos producidos por la proclama de Leopoldo López, los diez o doce de un Capriles en deuda, las dos docenas de jóvenes colgados en lo alto de los postes al intentar el saboteo de la energía eléctrica, las estúpidamente llamadas guarimbas, que infantilizan y encubren el terrorismo, la excesiva e incomprensible manifestación de respeto por los derechos humanos para quienes ensangrientan las calles, abren camino a nuevos episodios que el imperio sin corona empuja ante su fallida percepción de que, al fin!, encontró la vía para acabar con el gobierno revolucionario que le quita el sueño al comandante de la IV Flota que merodea nuestro país, ante la esperanza gringa de tener a tres días de viaje todo el petróleo del mundo.
En este 2017, están muy frescas, demasiado frescas las escenas devastadoras que produjeron inestabilidad emocional en la teleaudiencia, y para quienes aman, angustia, demasiada angustia al ver o sufrir por la tele, madres totalmente cargadas de odio que llevan de la mano a sus pequeños hijos en busca de su heroicidad, y ellos a su vez, la mochila cargada de bombas por armar y lanzar en el momento preciso, es sobrecogedor. La carrera de aquel muchacho que quiere, que necesita encontrarse con la vida, mientras en sus espaldas lleva el fuego que lo llevará a la muerte, fue un terrible mensaje de la bestialidad en la que cayó la MUD. Dantesco. Y todo eso diseñado, preparado y llevado a escena por quienes quieren gobernar este país. La mujer que excreta en plena vía pública para lanzar sus mierdas a quienes están allí, frente a ella, para cuidar incluso su propia seguridad, es la inconmensurable muestra de los valores éticos en derrota… y aquel hombre desnudo que trepa sobre un lanzador de agua de la fuerza pública sin saberse para qué, fueron el telón de cierre de aquel vil teatro kafkiano que nos ofreció este grupo de hombres y mujeres que pretenden conducir el destino de la patria.
Fuera de aquel teatro donde pusieron lo suyo para la creación del caos, hay dos casos emblemáticos y preocupantes en los que la incongruencia, la disociación mental, el desequilibrio emocional y lo inconcebible en su comportamiento como ciudadanos, como profesionales y como dirigentes políticos en ascenso, nos dijeron, cara a cara, que su salud mental es una respuesta clara de lo que ocurre en una media clase media esupidizada (mcme) que los sigue.
Laidy Gómez, abogada, especialista en gobernabilidad, gerencia política y derecho procesal, gana las elecciones y se convierte en la gobernadora del Estado Táchira. En su campaña, se identificó como "la hija de la frontera". Es convocada para su juramentación en la Asamblea Constituyente. Ofuscada, terriblemente ofuscada, su discurso antes de decir que nunca jamás irá a esa juramentación, estuvo lleno de improperios. Al fin, va y se juramenta. A la salida y en rueda de prensa, afirma que nunca antes en su vida había sido humillada como lo hicieron en aquella instancia en la que nadie la obligó a levantar el brazo y enarbolar la mano para decir: ¡Sí, lo juro!, como testimonio de su fidelidad y obediencia a la Constitución y leyes de la República.
En cuanto a Guanipa, para él, sólo uno o dos puntos sobre lo que los psiquiatras saben de los narcisos: 1) Explotan a los demás en sus relaciones [en su caso, votantes], y saca provecho de ellos para alcanzar sus propias metas. 2) El narciso no es capaz de reflexionar y escuchar lo que el mundo externo les grita.
Dentro de este contexto queda todavía algo por averiguar. Ya nos lo dijeron los científicos: sobre el narciso, nadie. Ni su sombrero. Pero también admiten que sobre el narciso sí pudiera estar sobre él alguien que lo pueda hacerse sentirse "igualado". (El término "igualado" mexicano, no lo dijeron los psiquiatras, lo digo yo). En el caso de Guanipa, no será Trump el narciso mayor el que lo llevó al "dogau"?
ANTIMEMORIA
Cuidado con los enfermos mentales en las fronteras.
jrizquierdob@gmail.com
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