Rafael
Rodríguez Olmos
Juro que cuando escuché a Pedro decir esa sarta de
barbaridades en contra de revolucionarios de sobrada trayectoria, con tanta
destemplanza, con tanto desparpajo, con tanto irrespeto, recordé de inmediato a
Cantinflas cuando dijo “nos portamos como caballeros o como lo que somos”.
Allí concluí que Pedro no tenía nada que ver con Manuel
Antonio Carreño, el padre de aquel célebre manual creado en 1853, que enseña
buenos modales, usos y costumbres. Eso no es con Pedro.
Y me pregunté: ¿será que Isaías o algún otro militante
revolucionario de vieja data, habrán saltado la talanquera o les descubrieron
en alguna conversación con agentes de la CIA, o descubrieron que estaban
vinculados al narcotráfico? Porque una actitud como la de Pedro solo se puede
explicar desde allí. Es decir, de gente que estuvo toda su vida de este lado
del combate y de repente se declaró “Agente Libre”, como “Norteamérico” Martín,
quien unos años después de El Bachiller, y luego de la Nueva Alternativa,
decide que su camino estaba en la derecha.
Pero Isaías, y esa cantidad de camaradas que por acto reflejo
fueron acusados por Pedro como enemigos de la patria, por haber cometido el
terrible delito de decir que el país se nos va de las manos. Y eso, que yo sepa
fue lo que dijo Isaías Rodríguez, palabras más palabras menos. Una autocrítica
honesta y valiente. Es decir, un llamado a la necesidad de que se vaya al poder
popular a fin de enfrentar los graves problemas que les aquejan, que por cierto
ya no son concha de ajo. Eso fue suficiente para que el ex Fiscal General y
expresidente de la primera Asamblea Nacional Constituyente, fuera devuelto de
inmediato a Italia. El último de los históricos que batalló con Chávez,
desaparece de la escena política. Por cierto, Pedro, te olvidas que fue Isaías
quien, institucionalmente, salvó este proceso, porque tuvo las bolas (que
muchos no tuvieron) de aprovechar la declaración a los medios internacionales
para decir que en Venezuela se había producido un golpe de Estado y que estaba
preocupado por la desaparición del presidente; mientras, el pueblo ya comenzaba
a salir del asombro y la batalla en la calle llenaba los principales escenarios
del país.
Entonces quiere decir que todos los que nos atrevemos a decir
que hay una crisis en el país, somos traidores a la patria, porque además
osamos acusar a la ANC de que no ha asumido el problema económico. No Pedro,
fue la ANC la que dijo que en tres meses resolverían el problema económico. No
fui yo ni Isaías, sino la propia Asamblea Nacional Constituyente que pronto
llegará a seis meses en el poder.
Pero no me sorprende Pedro que trates con tanta alegría el
tema de la traición a quienes osan decir que hay graves problemas económicos en
el país. No se te ocurre pensar que es traidor a la patria quien negocia las
cajas Clap. Tampoco se te ocurre pensar que es traidor a la patria el que vende
los medicamentos que entran a los CDI, o que las empresas confiscadas por el
Estado no produzcan nada, o que, de las 15 centrales azucareras, el Estado
tenga 13 que no producen un solo grano de azúcar, pero tienen nueve mil
trabajadores, que nuevamente van a cobrar su aumento salarial más los 120 días
de utilidades y todos los beneficios laborales que indique la ley. Tampoco es
traición a la patria que Diana, de producir solo manteca, margarina y jabón de
panela, pasó a producir nada, pero tiene cuatro mil trabajadores; ni es
traición a la patria que Venvidrio, de producir 12 millones de dólares de
ganancia, hoy está quebrada y subsidiada por el Estado. Tampoco es traición a
la patria cobrar por toda gestión pública, ni que hayan desaparecido la fábrica
de carros iraníes, o de motos KLR, o de vehículos Tiuna que nunca salieron a la
venta al público. No es traición a la patria que de importar el 75% de los
alimentos, ahora se importa el 95% y que desaparecieron incluso hasta las
fábricas de café. Café Pedro, un producto que alguna vez fue moneda en el país.
Tampoco es traición a la patria que en el país donde se produce el mejor cacao
del mundo, no haya chocolate, y los poquitos que hay cuestan más de una semana
de salario de un trabajador. Seguro comiste Toronto, aquellas peloticas que
envolvían una avellana y costaba medio, 0,25 del bolívar de hace 30 años, pues
ahora son como una cagarruta de chivo y cuestan 5.000 Pedro. Cualquier
pendejada Pedro. No hay un niño en Venezuela que tenga 5.000 para comprarse un
Toronto. Dime si eso no es traición a la patria. Dime si no es traición a la
patria que un tomate cueste 3.000. uno solo Pedro, uno solo. ¿Y no será
traición a la patria dar un millón por una corbata Louis Vuitton? ¿Ese sí es un
comportamiento revolucionario Pedro? Tú estás como el general “camarada” que
fue gobernador en Carabobo, quien dijo que todo revolucionario tenía derecho a
tener una Hummer.
Y ese concepto, “Traición a la patria”, muy goebeliano por
cierto, que además es lo único que al parecer discute la ANC y para lo que
elaborará la primera ley, en lugar de estar centrado en el verdadero problema que
es el económico, se parece mucho al debate sobre la condición de revolucionario.
Para ello, necesariamente Pedro, hay que leer a dos teóricos que trabajaron
mucho ese tema: Lenin y el Che. Pero si no te gusta leer, sino ver videos,
entonces búscate en Yutub un video del camarada Álvaro García Linera, un
sociólogo-matemático, vicepresidente de Bolivia para más señas, quien propone
la tesis de marxismo-comunal. En uno de ellos habla sobre la condición del
revolucionario que vale la pena ver y aprender sobre lo que es realmente un militante.
Creo que tu molestia Pedro es por el tema de la crisis. Pero
porqué en lugar de arrecharte no comienzas a hacer propuestas para resolverla.
No negarla Pedro, porque todos sabemos que la crisis es una realidad. El simple
hecho de que se emita un billete de 100.000, que Maduro anunció como un
triunfo, es signo de la gravísima crisis por la que atraviesa el país. Cuando
el dólar llegue a 65.000 bolívares, que yo estimo será en diciembre, de seguro
el gobierno comenzará a pensar en sacar un billete de 200.000.
No sé si tú lo sabes Pedro, seguramente no, pero cuando un
país crece al 1,5% de su PIB, es una economía exitosa. Si crece al 3% es un
país arrechísimo. Pues en tiempos de Chávez, creo que fue en el 2006, la
economía creció al 9%. Échale bolas Pedro de lo arrecho que era Chávez, 9% del
PIB. ¿Sabes cuánto es ahora? -3%. Es decir, que la economía no se estancó, está
decreciendo. A ver Pedro, ¿tú crees que eso no es traición a la patria? Así
como haberse comido 32.000 millones de dólares que había en reservas
internacionales, única vez en el país; así como haberse comido tres meses de
reservas alimentarias, acumuladas por primera vez. ¿Por favor Pedro? No estamos
diciendo cosas que la gente no sepa o no viva.
Hace años leí un libro cuyo título lamento no recordar, pero
era sobre esclavos. En un cumbe, alrededor de una fogata y arropados por la
luna, el líder les cuenta a los demás una anécdota sobre la verdad y la
mentira: “Abuelo cuenta que todo lo cosa tienen su enemigo. Pa´que exite lo
negro, tiene que exití lo blanco. Pa´que existe lo sol, tiene que exití lo
luna. Pa´que exite lo feo, tiene que exití lo bonito. Pa´que existe lo veldad,
tiene que exití lo mentira. Abuelo cuenta que lo veldad y lo mentira caminaban
por camino diferente. Abuelo cuenta que se encontraron en una encrucijá. Abuelo
cuenta que lo mentira cargaba un machete muy amolao y de un solo tajo cortó
cabeza de lo veldad. Abuelo cuenta que a lo veldad le dio mucho miedo y a
tientas toco cuerpo de lo mentira y de un solo golpe arrancó su cabeza y la
puso sobre su cuerpo. Abuelo cuenta que desde entonces, por ahí anda por el
mundo cuerpo de lo veldad con cabeza de lo mentira”.
Caminito de hormigas…
Listo. Las elecciones presidenciales serán en marzo, llueva, truene o
relampaguee. Yo las hubiera convocado para el 15 de diciembre, con el pago de
las utilidades.
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