Por: Humberto Gómez García
“La discreción es un arma de guerra”, decía un afiche pegado en las paredes de La Habana cuando la movilización de aquel pueblo durante la terrible crisis de los misiles atómicos que estuvo a punto de poner al mundo al borde de una guerra nuclear en aquellas días de octubre de 1962 que me tocó vivir en carne propia.
Aquella frase alertaba a la población contra el cuidado que había que tener para no alertar al enemigo imperialista norteamericano, a sus espías infiltrados en Cuba, a los sectores contrarrevolucionarios de la gusanera enemiga de la Revolución Cubana, no se enteraran de los planes militares del gobierno revolucionario en aquel estado de pre guerra. Un alerta útil para no cometer indiscreciones, decir cosas que no se deben decir ante quien no debe enterarse de secretos militares, grandes o pequeños, de secretos políticos. “En silencio ha tenido que ser”, advertía el Apóstol José Martí, al referirse a cómo debían actuar los revolucionarios cubanos ante el enemigo español y yanqui. Las lección está dada.
¿A qué viene a cuento recordar aquellos momentos tan graves que vivió la humanidad ante la decisión de la URSS de entregar a Cuba los misiles atómicos como armas preventivas, nunca ofensivas, para su defensa de las agresiones norteamericanas a la Isla?
Porque esa es una lección que muchos de los sectores políticos que dirigen el Estado no practican la discreción ante un enemigo pérfido y criminal como lo son los de la ultra derecha fascista que buscan el derrocamiento de Maduro y de la Revolución Bolivariana y Chavista, que parece no han aprendido porque hablan mucho de hechos que no deben trascender a la opinión pública por su delicadeza, que cualquier indiscreción, como decir que se va a solicitar el ante juicio de mérito a altos funcionarios, la suspensión de la inmunidad parlamentaria a diputados delincuentes, aborta el apresamiento de un delincuente.
En menos de dos meses se han escapado personajes de la derecha y el fascismo que realmente le han hecho un daño terrible a la nación, al pueblo venezolano. Por ejemplo, la huida de la ex Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz. Esa fue una fuga prácticamente anunciada, injustificada desde todo punto de vista donde no se vio la contundencia con que las autoridades han debido actuar, más después del juicio que se le siguió en el TSJ. El daño que esa dama le hizo –y hace– a la nación es cuantioso, sobre todo a nivel de la justicia como agente del gobierno norteamericano, de la impunidad que se enseñoreó en la Fiscalía y la Caja de Pandora que le está tocando abrir al Fiscal Tarek William Saab en ese organismo a punto de colapsar y con él la justicia, si la ANC no destituye a tiempo a la conspiradora ex fiscal. Pero todo ese proceso fue en exceso público, la derecha política pretendió politizarlo y tomarlo de bandera para enfrentar al gobierno. El proceso jurídico en su contra prácticamente se proclamó y hubo –al menos eso es lo que se percibió desde la calle– un teatro –la salida de Luisa Ortega en motocicleta y aquella sarta de payasadas y no se procedió a detenerla. ¿Qué pasó allí que se fue tan fácilmente? ¿Por qué no se la vigiló con la intensidad que el caso ameritaba? ¿Por qué tanta liberalidad e incluso negligencia o complicidad? Alguien debe explicarlo, el TSJ por ejemplo, las autoridades de interior y justicia.
El nuevo Fiscal destapó la olla podrida de la corrupción de los grupos mafiosos y los gang delincuenciales que se formaron en la Fiscalía General con la anuencia, el visto bueno y el apoyo de Marbelia que dejó a fiscales corruptos, secretarias venales y delincuentes, el flamante esposo de la Fiscal, el choro organizador de las bandas de extorsionadores desde dentro de la Fiscalía, farsante que con un lenguaje izquierdoso engañó a todos y alcanzó sitiales en la política dentro del proceso revolucionario hasta ser diputado a la AN en dos ocasiones. Precisamente, a partir de allí se comenzó a investigar a Pdvsa en la Faja Petrolífera del Orinoco ‘Hugo Chávez Frías’, en Petro Zuata y se comenzó a destejer la enorme madeja de corrupción, de estafas a la nación. En silencio –“silencio tuvo que ser”– ha actuado el Fiscal y se ha logrado detener unos cuantos pillos, ladrones de los dineros, pero varios, alertados se han fugado, incluso con el apoyo de Guardias Nacionales y autoridades de Pdvsa, allí está el caso del ex alcalde de Guanta, Jhonnathan Marín, militante de voluntad (im)popular, quien se fugó del país por Paraguachón, estado Zulia, y deja atrás una estela de robos millonarios en dólares a la industria petrolera. Y preguntamos, ¿por qué si se tenía la certeza que ese tipejo había delinquido no se lo detuvo a tiempo? ¿Hubo negligencia para no actuar con la prontitud que requería el caso?
Igualmente emblemático es el caso del terrorista Freddy Guevara. ¿Por qué se le dio la oportunidad de escabullirse y asilarse en la vivienda del Embajador de Chile, que al parecer lo estaba esperando, una fuga planificada con cierto tiempo y antelación?
El caso de este siniestro personaje, de la misma estirpe criminal de su jefe Leopoldo López, es bastante lamentable. Se le había prohibido la salida del país, su vivienda estaba custodiada por efectivos del Sebin y aun así logró escaparse. ¿Qué pasó? ¿Dónde estuvo la falla, a qué nivel? ¿Cómo pudo escaparse en las narices de la policía?
Este caso, como era de esperar, es hoy la bandera del fascismo que han armado una alharaca de padre y señor nuestro y tanto a nivel nacional como internacional, se ha levantado una campaña de violación de los derechos humanos de este angelito que no ha hecho nada, se pide que le respeten sus derechos humanos y su inmunidad parlamentaria, pese a que está escondido en la vivienda del embajador chileno.
Hay más fugados y seguramente otros intentarán irse de la mano de la justicia cuando vean venir a la policía. Ya el hamponato de los corruptos como saben que Tarek William es incorruptible e implacable, va a descubrir su corrupción y desbaratará la trama y las complicidades, muchos están preparando su fuga y el Fiscal debe cerrarles el pasó con tiempo.
Las fugas no son nuevas en nuestro país, quizás una de las más emblemáticas sea la del golpista Carmona Estanga, que lo fugaron de su casa donde estaba recluido en las narices del gobierno. Y debo alertar, Leopoldo López está fraguando su fuga de la casa donde está recluido con todo un operativo donde desde la embajada yanqui, la CIA, preparan la acción de fuga. Esto lo he alertado varias veces., el adeco Carlos Ortega. Lo apresan jugando bingo en una discoteca de Bello Monte disfrazado de mamarracho, lo apresan y se fuga con una sorprendente facilidad. El país nunca se enteró si alguien, responsable, pagó cárcel por esta fuga.
La nación requiere respuestas que expliquen lo que está pasando que los imputados de diversos delitos se fugan del país con tanta facilidad, ojalá no se produzcan más, pero lo dudamos.
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