Fuente: La Tabla
Victor Hugo Majano
Esta especie de cronica la escribi el 19 de diciembre de 2015 luego de participar en un Mercal Obrero navideno. Solo la publique en mi pagina de Facebook. Là hice pública el 30 enero de 2016 trss la captura de los jefes de dos de las principales organizaciones responsables del abastecimiento alimentario del pais.
Hoy se vuelve inevitablemente pertinente con la “crisis de los perniles” , aunque en realidad se trate de otro episodio más de la negación de la “guerra económica”.
Si usted quiere comer pernil en diciembre comience desde enero a criar su cochino…
Esta mañana cuando llegue, para participar en un operativo de Mercal, a la sede de un diario donde funciona un sem anario del cual soy colaborador regular, ya eran las 10 am. Me habían pedido que llegara temprano pues estaba previsto que comenzara a las 7 am.
Sin embargo a esa hora ni siquiera habia llegado el camión con los productos, entre los cuales se incluía el tan codiciado y valorado pernil para la Nochebuena.
Adentro se agolpaban los trabajadores del diario y los del semanario, entre los cuales me cuento. Mientras afuera se había formado una pequeña cola muy ordenada de vecinos del sector, quienes tambien esperaban la oportunidad de comprar en el operativo. Me consta que en el anterior Mercal al que asisti tambien estuvo la cola de lugareños, y hoy un trabajador de larga data me explicó que tradicionalmente se permitía el acceso de la comunidad a tales eventos.
En fin, había como una especie de acuerdo tácito sobre la jornada: se le vendía primero a los trabajadores y luego, si quedaban productos, se permitía las compras a los vecinos.
Pasados unos minutos, no más de 10 o 15, y antes de que la espera se hiciera fastidiosa ingresaron al interior de la sede editorial dos o tres efectivos de la GNB. Al parecer, según me fui enterando, con las versiones de quienes se acercaron a la puerta, venían con la persona responsable del operativo o algo asi y con una gran preocupación pues temían que el grupo de vecinos alineados en un lateral no permitieran el paso del camión con los perniles, ademas de harina, leche, arroz y pollo.
El camion, dijeron los que escucharon y me contaban minuto a minuto, se encontraba estacionado cerca, en un lugar que no querian revelar ante el temor de lo que ya se configuraba como un probable saqueo en la cronica anticipatoria.
Traian una propuesta para asegurar que el operativo se realizara sin tropiezos y sobre todo sin riesgos. Proponian llevar la carga hasta una instalacion del componente militar en el norte de la ciudad donde se podria efectuar la venta en forma comoda y segura.
La gente opuso objecciones especialmente porque el lugar se encuentra fuera de las rutas principales de transporte colectivo, lo que dificultaba y encarecia el traslado. Hubo algunas contrapropuestas sobre el lugar, como la sede de la Comandancia General de la GNB en El Paraiso o la sede del Ministerio de Alimentacion en la avenida Andres Bello. La primera fue descartada porque se requeria una autorizacion superior, que no era posible obtener en lo inmediato, y la segundo porque alli habia otro operativo y se podria general confusion o algun conflicto parecido al que se trataba de evitar.
Adicionalmente uno de los participantes en el improvisado conclave advirtio sobre la presencia de una o varias personas que supuestamente portaban armas de fuego. Asi se descartaba por completo la posibilidad de que el camion fuera traido y los efectivos militares impusieran la autoridad en caso de un intento violento. Habian niños y cualquier confrontación implicaba riesgos.
Por lo tanto, la mudanza del operativo se convertía en inevitable.
Con desgano y molestia los trabajadores comenzaron a salir, unos de regreso a
sus casas y otros, la mayoria, con destino al cuartel propuesto. No era sencillo conseguir una oportunidad como esa, pues en un trabajo formal no es sencillo salir y hacer prolongadas colas entre semana.
Cuando mi compañera y yo llegamos al lugar, ya estaban descargando la mercancia y a los trabajadores del diario y el semanario los habian instalado comodamente en un gran salon con sillas bien alineadas. Todo a la medida para que el operativo fuera perfecto.
La espera fue larga y aburridora, pues la cantidad de productos era abundante y su descarga laboriosa. Luego debieron preparar los “combos” con cantidades precisas pero aceptables de harina, leche, aceite, azucar, pasta y arroz, ademas de pollo. Y adicionalmente el pernil, que se vendia, segun el peso de cada unidad, a un costo que no llegaba a los 500 bolivares por kilo.
Para nosotros la espera fue de casi tres horas, pues nos tocó entre el último grupo, ya que se le dio prioridad a los trabajadores del diario debido a que algunos tenían que incorporarse a una guardia sabatina.
Cuando nos tocó y faltando muy pocas personas, pudimos notar como los vendedores venian ofreciendo hasta dos “combos” por trabajador en virtud de que habia bastantes productos. Sin embargo alguien, no se si una trabajadora del diario o del operativo, advertia en tono alarmista que aun faltaban 65 o 40 personas por comprar y “rogaba” que se redujeran las cantidades vendidas para que, supuestamente, alcanzara para todos
.
Lo curioso es que para la realizacion de la jornada habia una lista cuidadosamente elaborada con los datos de cada trabajador “invitado” y la misma era chequeada para acceder al area de venta, lo que hacia muy remota la posibilidad de que no alcanzara.
Nosotros no compramos pernil pues las piezas eran muy grandes y no llevamos tanto efectivo, pero si pudimos comprar los dos “combos”. Otras personas hicieron lo mismo, y otros solo compraban el pernil.
Mientras estuvimos esperando comentabamos lo caotico y complicado como se venia desarrollando todo el operativo y otros similares de los que habiamos recibido comentarios. Deciamos que era necesario hacer un alerta porque sin duda esa serie de “ineficiencias” estan afectando la gestion y el clima politico y social. En fin, esas preocupaciones honestas y hasta ingenuas que uno siempre tiene.
Nos fuimos cansados y contentos, hasta que comenzaron a llegar preguntas y dudas: como sabian que los vecinos planificaban saquear el camion o al menos provocar un conflicto?, quien vio y por que no detuvieron a las personas supuestamente armadas? por que se escogio esa sede militar, con muy poca actividad, o no otra mas cercana? por que en los anteriores operativos no se planteó una situacion similar y hoy si? seria por el pernil valorado en una tercera parte de su precio de mercado?
Y la pregunta mas importante: que pasó con la comida y los perniles que “sobraron” y que no se vendieron a los vecinos como se hacía habitualmente?
Espero que no me saquen de la lista por preguntar estas tonterías, pero creo que en esta Revolución no estamos ya para seguir quedándonos con las dudas.
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