Por: Noel Peralta Barreto
En el ideario venezolano es tal la valoración que tiene una Asamblea Nacional Constituyente ANC que apenas se realizó su elección aquel 30 de Julio acabó con una de las batallas contemporáneas más atroz que ha sufrido nuestro pueblo, puso fin a una rebelión terrorista de 4 meses que parecía solo derrotable por la vía armada. En apenas días puso a la derecha nacional en franco repliegue, división y actitud de derrotados después de tanta prepotencia, al ponerle fecha a las elecciones regionales que luego convertirían a los grandes triunfadores electorales del 6D de 2015 en los supremos derrotados.
Fue tan positivo el efecto de la ANC del 1999 y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que aprobaron para la transformación del excluyente y opresor sistema de gobierno que hasta la fecha imperaba y tan fuerte la valoración que le daba el comandante Chávez al pueblo constituyente y a la constitución que tanto opositores como chavistas le otorgamos un altísimo valor a una ANC. Así lo interpretó nuestro presidente Maduro cuando aquel primero de mayo sacó debajo de la manga ese as, ante el asombro de propios y extraños, en una jugada magistral que descalabró por completo la terrorista propuesta de la derecha nacional e internacional.
Los enemigos de la revolución han intentado de todo para horadar la magnanimidad de la ANC casi que por adversión genética con el fin de restarle impacto a lo que ha hecho y que está por hacer con muy poco éxito, por ahora. El asunto es que, con intensión o sin ella, es mucho lo que estamos haciendo desde la revolución para degradar su valor simbólico.
Apenas la elegimos, le asignamos tareas de gobierno casi milagrosas sin que los responsables naturales de ejecutarlas hagamos lo necesario para que se cristalicen esos milagros. Así hoy el pueblo espera que la constituyente resuelva la guerra económica, controle los precios de los productos, ponga presos a los violadores de los derechos humanos y hasta acabe con la corrupción por decreto, algo que nosotros desde el gobierno debemos y no hemos podido hacer hasta hoy, con esto lo que logramos es banalizar la ANC para obtener un poco de tiempo para triunfos electorales indispensables pero que al final nos pasará factura cuando presenten lo esencial para la transformación de nuestro modelo democrático hacia el estado comunal y la transferencia de poder al pueblo, de nuestro modelo económico hacia una economía post rentista, productiva, con predominio de la economía comunal, colectiva y libre de populismo y la transformación del estado y la nueva geometría del poder, pues quien va a creer en una propuesta de una "fracasada e ineficiente" ANC
Hoy la ANC ha quedado relegada en lo comunicacional a apariciones de los "lideres" tradicionales en acciones de gobierno con las voces irreverentes maniatadas e invisibilizadas (incluso en el debate interno como lo reconocen algunos constituyentes), sometidas a grupos de poder, propuestos a candidaturas a gobernadores y alcaldes que desdicen de la relevancia de la ANC, dándole más importancia a un cargo de la vieja democracia representativa (ninguno debió ser autorizado a participar), han quedado para legitimar a los candidatos electos y lo peor los han utilizado para bloquear aspiraciones de algunos constituyentes que se atrevieron a violentar la unidad perfecta decretada por el PSUV como si fueran un brazo represor del partido. Es así como con la excusa de que no fue autorizado por la ANC, eliminaron las tarjetas del PCV y Tupamaros que apoyaban la candidatura de Angel Prado en el municipio Simón Planas y que aun ganando con la tarjeta del PPT por el doble del candidato del PSUV, la ANC juramentó a este último, lo arrecho es que autorizaron al terrorista Yon Goicoechea a participar y lo juramentaron como alcalde.
Camaradas constituyentes, no permitan que devalúen el valor ANC que es la base fundamental del poder constituyente como lo estamos permitiendo como mirones de palo con nuestro signo monetario con el $ today, que los conviertan en comodín o peor que la supediten a los dirigentes de nuestro PSUV, asuman el rol que les corresponde como propulsores del Golpe de Timón desde lo normativo en la nueva constitución, ejerzan el poder que representan con humildad, lealtad y libre de ambiciones personales o grupales pero con firmeza. No hagan el papel de pendejos útiles mientras algunos vivarachones tejen sus redes amparados en la lealtad al legado de Chávez para impedir la crítica que nos puede llevar a las necesarias transformaciones.
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