Carlos Vargas es el nuevo Superintendente de Criptomonedas designado por el presidente Nicolás Maduro, una designación que salió de la nada, pues Vargas no tenía despacho ni estructura operativa. Vargas es abogado, pero no especialista en temas financieros y mucho menos en el de las criptomonedas. Conocido hoy por sus derroches de dinero y sus dotes refinadas, en Anaco y Cantaura es más recordado por las carestías económicas, sociales y familiares que padeció siendo más joven.
Vargas fue adeco, secretario juvenil de AD, seguidor de Antonio Barreto Sira y luego saltó la talanquera a UNT, con Manuel Rosales. Pero de diputado suplente volvió a saltar para las filas chavistas.
Muy bien que profesa todo cuanto aprendió de los dirigentes más mentirosos y tramposos que alguna vez tuvo Acción Democrática, sin mucho que envidiar a su archirrival y compadre Frassito Solórzano, a quien logra superar hoy como Superintendente de Criptomonedas, salvándose de una derrota electoral en Anaco, a dónde según, Vargas iba a ser candidato a alcalde en las pasadas elecciones, pero Solórzano podría terminar pagando la vajilla rota por la derrota electoral que tuvo el chavismo en Anaco en las elecciones de alcaldes.
¡Zamuro Cuidando Carne! volvió a gritar un chavista al ver que Vargas era el nuevo Superintendente de Criptomonedas, para después repostar que ojala y Vargas no termine envuelto en una vorágine de megalavado y legitimación de dinero por la que tenga que enfrentar cargos, sanciones y órdenes judiciales de alcance internacional.
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