Por Carlos M. Rodríguez C
“El peor enemigo de la
revolución es el burgués que muchos revolucionarios llevan adentro.”
Mao Zedong
Cuando observamos el comportamiento de
muchos de aquellos que afirman “ser revolucionarios
a toda prueba, traga balas, masca tuercas, de la ultraizquierda y al darnos
cuenta que entre otras cosas, que sus ideas dictan muchos de sus actos, que su
conducta personal, política, social disiente radicalmente de sus “discursos
radicales, come candela, incendiarios; con los que hacen su carta de
presentación en los espacios académicos, burocráticos, “intelectuales”,
políticos, partidistas, radiales, televisivos o escritos.
En los archivos de los ministerios,
entes adscritos, partidos políticos identificados con la revolución (desde los
inicios de la lucha contra la dominación, el imperialismo, el latifundio,
inclusive) conseguimos muchos escritos de personas que opinaron y opinan todavía, que produjeron
y producen propuestas, ideas, aportes para nutrir la fundamentación teórica y
la acción práctica de la lucha de los movimientos revolucionarios, de la
construcción del partido, de una sociedad transformadora, incluyente, justa y
libre.
Muchos alardean de sus productos
académicos, de sus títulos universitarios, de sus “Doctorados en Marxismo”, MsC
en “Dialéctica Revolucionaria”, de sus “críticas a Fidel Castro, a Lenin, a
Trotsky, a Stalin, innumerables tratados sobre la Revolución Rusa, Revolución
China, Educación para la praxis, Ideas para hacer la revolución al estilo
vietnamita, el revisionismo de Marx, de “La traición de Sandino a la
revolución”, “el pensamiento burgués de Gramsci”, y otros no menos novedosos de
rimbombantes títulos.
Otros rememoran su pasado usando como
carta de presentación haber sido militante de los partidos políticos de izquierda, movimientos revolucionarios, de haber
participado en la lucha armada, de los días que pasaron en la cárcel, los
destierros, persecuciones, delaciones
Otros se vanaglorian de haberle dado la mano a
Chávez, acompañarlo en su gesta revolucionaria, y de haberlo ido a visitar a Yare. Se rasgan las vestiduras por
haber llorado la muerte del Comandante,
de haber desfilado y haber puesto la mano en el
féretro y de jurar “nunca te olvidaré Comandante Eterno”.
Y muchos, que fracasaron en el
ejercicio del poder, en sus ejecutorias como funcionarios gubernamentales hoy
se jactan de “haber sido la caja de machete” mientras estuvieron en sus cargos,
ciegos de la incapacidad que demostraron mientras ocuparon dichas funciones, hacen
honor al adagio que “no hay peor ciego que el que no quiere ver”. Y otros cuyo
collar de hechos de corrupción adornó y adorna su gestión gubernamental hoy
acusan a otros de cometer el mismo delito en el que ellos incurrieron.
Un rasgo característico de la mayoría
de los “altilocuentes” señores en referencia es la de ser degustadores de
licores importados, de la “dolce vita”, de haber sido y seguir siendo fanáticos
de los viajes al norte, a Disney Word, a “esquiar” en los cerros nevados de
Europa, bañarse en las cálidas aguas de las playas de Miami….
Hoy día leemos como muchos de estos
“letrados de lenocinio barato” han cambiado el contenido de sus “octavillas de
mala muerte” abandonado sus ideas, cambiándose del “tren de la revolución” sintiéndose
orgullosos de ir de pasajeros en la “Nave del Olvido” con una sarta de contra
revolucionarios, escuálidos, guarimberos, sapos, torturadores, asesinos,
traidores a la patria, incendiarios, saboteadores, terroristas, de la talla de
Julio Borges, Freddy Guevara, Orlando Urdaneta, Mari Cori, Néstor González
González, La Tíntori, Leopoldo López, Baduel entre otros.
Algunos de igual “modus operandi”, con
el discurso incendiario, con su pretendido compromiso revolucionario, con su
conducta sibarita, con sus ejecutorias burocráticas “de dudosa moral”, se
mantienen en el gobierno jugando al doble discurso disfrutando de las “mieles
del poder” llenando sus bolsillos y los de su familia con los “perseguidos y
apetecibles verdes” que provienen del norte y que ahora llegan por las trochas
limítrofes o maletines por vía aérea o
marítima.
Otros que no fueron ni siquiera
simpatizantes de la izquierda, que han sido públicamente enemigos de la
revolución y del Comandante Eterno, que su conducta y pensamiento son y han sido claramente de derecha y que lo expresan sin empacho, que mantienen una “dilecta” vida, ocupan cómodos
puestos en el carro de la revolución, acompañando al gobierno de Maduro en
cargos estratégicos en diferentes ministerios, instituciones públicas,
disfrutando del “dulce sabor del poder”, engordando sus arcas con el dinero de
la corrupción, la trampa, el chanchullo, la conspiración, enviándole dinero de
sus fechoríass a sus familiares que viven fuera del país, esperando el momento
oportuno para dar el zarpazo y “pirarse” a otros mundos, otras latitudes. De
éstos no se puede esperar otra cosa.
En síntesis, cada uno de nosotros
duerme con el enemigo, unos “con la angustia que nuestra consciencia nos
traiciones y nos veamos empujados por la avalancha de la conspiración, de la
corrupción, de la ineficiencia, de la ineficacia del gobierno, a la renuncia a
nuestra historia de vida, de nuestras ideas (Ni Dios lo quiera).
Otros dominados por su “alter ego
burgués”, vencidos por el enemigo de la revolución, brincaron la talanquera,
cambiando su boina roja, su guerrera de combatiente por el sombrero de copa del
Tío Sam, del venerado yanky opresor.
En fin, el camarada Mao Tse Tun, con
su fina intuición de revolucionario auténtico, de batallador incasable, de
victorioso luchador por la construcción del socialismo, nos alertaba sobre el
inquilino alevoso y conspirador que habita en la consciencia de quienes todavía
nos consideramos revolucionarios
En este sentido, haciendo referencia
al título de este artículo y señalando el peligro de caer en la trampa de
nuestra conciencia burguesa de traicionar nuestras ideas, nuestros principios
revolucionarios, cito la frase de León Trotsky que nos alerta del riesgo a que
nos somete el burgués que llevamos en nuestro inconsciente “Aquellos que no
sean capaces de defender antiguas posiciones, nunca lograrán conquistar las
nuevas”.
Hasta la victoria siempre. Venceremos.
La lucha sigue siendo larga.
Defendamos nuestros logros.
carrodcas@gmail.com.
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