Por Carlos M. Rodríguez C
Venezuela tiene de todo, desde
riquezas naturales, minerales, hídricas, geográficas, humanas. Tiene cerebros
para importar, payasos, bufones, tránsfugas, políticos, economistas, traidores
a la patria y pare de contar. Quizás sea esta una de las razones por lo que
los gringos, los que quieren ser gringos y los imitadores de los gringos
quieren invadirnos a ver si con estas “riquezas humanas” pueden mejorar sus
sociedades, sus carencias, desigualdades, injusticias, exclusiones, pobrezas.
Por ahí ando un experto en encuestas
que en su haber tiene el gran aval
el no haber acertado en ninguno de sus
estudios de opinión, no ha pegado ninguna de sus proyecciones. Ahora inventa una nueva estratificación
social basada en el acceso al dólar, es decir, los venezolanos estamos
divididos en dos grandes grupos, los que tienen acceso al dólar y los que no lo
tienen. Este gran pensador debería estar
acompañando a Trump en su equipo de gobierno por tan impactante aporte.
Pero esto no es nada comparado con
la propuesta de un trasnochado metodólogo que nos muestra un recetario acerca
de cómo salir de Maduro.
Pero antes voy a hacer algunas
consideraciones que sirven para ilustrar mis apreciaciones.
La Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela establece en su artículo Artículo 5: “La soberanía
reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la
forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el
sufragio, por los órganos que ejercen el Poder Público. Los órganos del Estado
emanan de la soberanía popular y a ella están sometidos”.
Artículo 6 El gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será
siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo,
responsable, pluralista y de mandatos revocables.
En el año de 1993, Rafael Caldera gana
la Presidencia de la República con el 30,46% de los votos válidos, proceso en
el cual los votos nulos alcanzaron el 3,65% y la abstención el 39,84% de los votos totales.
Rafael Caldera, pese a la pírrica votación obtenida, superada por el
porcentaje abstención, gobernó hasta el año 2008, cuando ganó las elecciones
presidenciales el Comandante Hugo Chávez.
La oposición está manejando la
hipótesis que un proceso electoral en el cual haya un porcentaje de abstención,
o de votos nulos, o ambos sumados, sea mayor que el de votos que obtenga el
Presidente Maduro, es causa suficiente para invalidar al mismo, ya que no
representa el sentir del pueblo venezolano.
Otra hipótesis planteada y posible es
que los candidatos de la oposición renuncien antes de la fecha acordada para el
proceso electoral debido a que “no se respetaron las condiciones” y entonces
dichas elecciones no tienen validez.
Ambas situaciones, según los letrados
de la oposición, validaría la propuesta de nuevas y más agresivas sanciones por
parte del imperio, lo que forzaría a Maduro a renunciar.
Igualmente justificaría una intervención
militar, tal como lo están pidiendo, a viva voz, algunos “inteligentes”,
“sabios” y “patriotas” dirigentes políticos de la derecha venezolana y algunos
ilustrísimos presidentes latinoamericanos supuesto, la U.E.
O, como lo plantean algunos otros adalides
de la derecha y resentidos tránsfugas de la izquierda, con el apoyo de la CIA,
un golpe de Estado que sustituya al Presidente, por una Junta de Transición. ,
porque es inaceptable seguir teniendo una “dictadura” en el continente
americano.
El suprainteligente metodólogo propone
que se difunda su propuesta para lograr está altísima abstención y justificar
la conformación de una Junta de Transición que obligue a Maduro a renunciar. O
sea.
La inteligencia fenomenal de los metodólogos,
juristas, magos, chamanes, de “frente amplia”, de “planta deformada”, de “derecha
zurdeta”, de mantuanos criollos, deja sorprendidos a los
estudiosos de las ciencias sociales del mundo por lo profundo de las
conclusiones y las recomendaciones a las que arribaron para lograr una
“salvación” de Venezuela de las garras del neoliberalismo, del reformismo y de
la dictadura madurista.
El inconsciente de dichos obcecados
leguleyos, está tan seguro que Maduro será reelegido, aunque sea por una
mayoría exigua, que no se han dado cuenta que no es el Presidente el que lo va
a ganar, sino que la oposición ya lo
tiene perdido, que no es lo mismo.
Ojalá, pido a Dios, ninguno de los
integrantes de los “superprobos” genios que han hecho esos planteamientos forme
parte de esa Junta de Transición, porque creo el pueblo venezolano no es
merecedor de un castigo similar, porque con el que tenemos es suficiente.
Hasta
la victoria siempre. Venceremos
carrodcas@gmail.com
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