Por: Alexis Arellano
No me jodan conque estamos listo para la batalla y para una guerra de cien años si los gringos nos invaden. Dejémonos de discursos sobre la guerra asimétrica y la fortaleza de nuestro armamento y nuestras fuerzas armadas. ¿Cómo coño podemos hablar en esos términos, si tenemos un pueblo pasando hambre porque no somos capaces de acabar con el enemigo interno?
Pareciera que tenemos un discurso para pendejos, con el cual pretendemos evadir lo verdaderamente importante en esta guerra en la que somos víctimas.
Repetimos consignas que cada día pierden más sentido mientras nuestros jóvenes y talentos emigran comon nunca antes, la deserción escolar ceece a niveles horrorosos, las universidades se quedan sin estudiantes y la gente abandona sus trabajos por no tener para cubrir el costo de los pasajes.
Hemos perdido el sentido de dirección, no hay estrategia visible y la inacción pareciera ser la orden del dia.
Hacemos el ridículo hablando de lo que sabemos que no podemos hacer, mientras nos mostramos incapaces para controlar una especulación que le permita al ciudadano comprar medicinas y alimentos, al transportista comprar repuestos y al enfermo pagar una consulta.
El enemigo interno ha hecho pedazos el país. No usa fusiles, ni aviones, pero nos hace tanto daño como las armas de destrucción masiva y lo peor, es que se pasea por las calles orgulloso de lo que hace, de lo que con ello gana y de la impunidad que le cobija.
¿Cuantas veces se ha "discurseado" con la sabiduría del pueblo y de gobernar obedeciendo al pueblo? Sin embargo, nadie para bolas a un pueblo que pide a gritos que persigan a los bachaqueros, apresen a los especuladores, cierren la frontera, fusilen a los contrabandistas.
El gobierno luce indolente, pues ni siquiera habla del tema. El único que ha hablado en los ultimos meses fue el Ministro de Salud y lo hizo para afirmar, en tono burlón, que en el país no hay escasez de medicamentos.
Si no somos capaces de elaborar un plan para atacar de manera efectiva, coordinada y científica a ese enemigo interno que ni siquiera está armado ¿quién carajo nos va a cree que podemos hacerlo para enfrentar un ejercito invasor?
Allí están, actuando con impunidad total, los que día a día preparan el terreno para la invasión disfrazada de ayuda humanitaria, porque al fin de cuentas, ese es el trabajo que hacen los bachaqueros, los especuladores, los acaparadores, los compradores de efectivo, los que cobran el doble si se les paga con tarjeta de debito. Crean las condiciones para una revuelta popular que sirva como excusa a quienes tienen la bayoneta lista para atravesar el corazón de la patria.
Mientras tanto, seguimos con la pendejada de afirmar que estamos listos para dertotar al imperio más poderoso de la historia de la humanidad
Pareciera que tenemos un discurso para pendejos, con el cual pretendemos evadir lo verdaderamente importante en esta guerra en la que somos víctimas.
Repetimos consignas que cada día pierden más sentido mientras nuestros jóvenes y talentos emigran comon nunca antes, la deserción escolar ceece a niveles horrorosos, las universidades se quedan sin estudiantes y la gente abandona sus trabajos por no tener para cubrir el costo de los pasajes.
Hemos perdido el sentido de dirección, no hay estrategia visible y la inacción pareciera ser la orden del dia.
Hacemos el ridículo hablando de lo que sabemos que no podemos hacer, mientras nos mostramos incapaces para controlar una especulación que le permita al ciudadano comprar medicinas y alimentos, al transportista comprar repuestos y al enfermo pagar una consulta.
El enemigo interno ha hecho pedazos el país. No usa fusiles, ni aviones, pero nos hace tanto daño como las armas de destrucción masiva y lo peor, es que se pasea por las calles orgulloso de lo que hace, de lo que con ello gana y de la impunidad que le cobija.
¿Cuantas veces se ha "discurseado" con la sabiduría del pueblo y de gobernar obedeciendo al pueblo? Sin embargo, nadie para bolas a un pueblo que pide a gritos que persigan a los bachaqueros, apresen a los especuladores, cierren la frontera, fusilen a los contrabandistas.
El gobierno luce indolente, pues ni siquiera habla del tema. El único que ha hablado en los ultimos meses fue el Ministro de Salud y lo hizo para afirmar, en tono burlón, que en el país no hay escasez de medicamentos.
Si no somos capaces de elaborar un plan para atacar de manera efectiva, coordinada y científica a ese enemigo interno que ni siquiera está armado ¿quién carajo nos va a cree que podemos hacerlo para enfrentar un ejercito invasor?
Allí están, actuando con impunidad total, los que día a día preparan el terreno para la invasión disfrazada de ayuda humanitaria, porque al fin de cuentas, ese es el trabajo que hacen los bachaqueros, los especuladores, los acaparadores, los compradores de efectivo, los que cobran el doble si se les paga con tarjeta de debito. Crean las condiciones para una revuelta popular que sirva como excusa a quienes tienen la bayoneta lista para atravesar el corazón de la patria.
Mientras tanto, seguimos con la pendejada de afirmar que estamos listos para dertotar al imperio más poderoso de la historia de la humanidad
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