Por: Carlos M. Rodríguez C.
No es de extrañar que para el momento en que Ud. esté leyendo este artículo ya los indiciados de los delitos señalados por el medio informativo La Iguana estén sueltos, libres de toda culpa y los funcionarios que se encargaron de su detención presos, destituidos de sus cargos y detenidos por abuso de autoridad.
Se trata de la detención de un Coronel y un Capitán de la FANB en la población del estado Táchira acusados de revender medicamentos quirúrgicos, alimentos, lubricantes, artefactos eléctricos destinados a los hospitales del estado.
Fueron incautados en el galpón 300 kits quirúrgicos y 100 escolares, 110 cauchos, 225 pailas de lubricantes, 30 barriles de aceite, 140 productos de línea blanca Haier, más 30 cajas Clap, 30 bultos de papel higiénico, entre otros los cuales eran comercializados ilegalmente.
Según las declaraciones de uno de los detenidos, estos productos pertenecían a la empresa de su propiedad Cobiserta C.A., la cual tenía la responsabilidad de hacer llegar el material a las distintas instituciones de salud.
Las constantes denuncias de los habitantes de la zona y de trabajadores de distintos recintos hospitalarios por la falta de insumos en los recintos hospitalarios del estado y en especial en el Hospital Oncológico ya que los pacientes no carecen de los kits de salud, aunque fueron otorgados por el presidente Nicolás Maduro y enviados por el Ministerio de Salud hacía días.
Sobre esta noticia hay que hacer algunas consideraciones importantes. ¿Cómo es que el estado contrate empresas privadas para la dotación de los centros hospitalarios sin que haya mecanismos de control, supervisión seguimiento a sus dueños, encargados, administradores? ¿No cuentas las instituciones hospitalarias con equipos de transporte para el traslado de equipos e insumos? ¿Por qué las empresas que le hacen transporte a las instituciones médicas del país tienen galpones en los cuales almacenan los equipos, insumos, medicinas, alimentos y caja de los Clap? ¿Cómo llegan estos productos, es decir, alimentos, cauchos, equipos Haier, lubricantes, a los galpones sin que los funcionarios de seguridad que cubren las diferentes vías de comunicación no los detengan para una revisión preventiva?
Para la mayoría de estas preguntas ya el lector tiene sus respuestas. Y ahí es donde está lo interesante de estas consideraciones.
Es interesante el hecho que sea Freddy Bernal, quien según la información dirigió la orden de aprehensión contra los delincuentes. De ahí emanan dos indagatorias más, la primera; ¿será que los detenidos, por el peso que tienen dentro de las fuerzas armadas cayeron en desgracia y fueron delatados por desobedecer, no compartir la mascada con algún superior? ¿O es que estamos en un momento en que realmente se van a corregir las desviaciones, corruptelas, omisiones, conchupancias, complicidades y se va a sanear la administración pública, instituciones, empresas del estado, cooperativas, ministerios?
De ser la segunda opción consideramos, aunque siendo tarde para tomar decisiones que debieron hacerse hace años, no obstante sería una noticia excelente pues estamos en un momento en el cual es fundamental rescatar la moral, la ética de los personeros del gobierno y de las instituciones, y el pueblo de a pié aplaudirá tal valentía y estará dispuesto a acompañarlo en la lucha contra dicho flagelo que afecta la economía familiar y del país.
De ser el primer caso, se está perdiendo una excelente oportunidad para rectificar, enderezar el rumbo de un proceso que nació con la bandera de transformar la sociedad venezolana que estaba (y sigue estando) carcomida por los embates de la corrupción, la descomposición social y la impunidad de los peces gordos.
Para luego es tarde.
Hasta la victoria siempre. Venceremos
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