Por: Narciso Torrealba
"El juez debe tener en la mano el libro de la ley
y el entendimiento en el corazón."
Francis Bacon
En varios de los sitios visitados en la mañana de este miércoles 6, los comentarios sobre la intervención de nuestro joven canciller Jorge Arreaza, en el seno de la OEA, es para alentar a cualquier combatiente por la libertad de los pueblos latinoamericanos. Aparte de su brillante respuesta a un grupo de títeres–19 en total– quienes no pudieron conseguir los votos que esperaban, en su tenaz acción promovida, y dirigida por los Estados Unidos, se encontraron con el temple, y la firmeza de nuestro dignatario, quien muy comedido, sin caer en las provocaciones, supo enfrentar la vorágine, haciéndonos recordar a su mentor: Hugo Chávez Frías.
En la esquina de un barrio, me encontré a dos amigos, quienes se mantienen firmes al lado del proceso venezolano, a pesar de estar sufriendo en carne propio la grave situación económica del país, pero más puede la conciencia, antes las embestidas de un enemigo, que nunca oculta su verdadero propósito; la corta conversación pasada las 12 del mediodía estuvo centrada en la trampa montada por el secretario de la OEA: Luis Almagro, y sus seguidores más inmediatos, quienes nuevamente salieron con las tablas en la cabeza, y faltó poco, para que la carpa del circo les cayera encima. Ninguno de los perritos falderos de los Estados Unidos, esperaban la reacción de nuestro representante; casi lo obligaron asistir, creyendo que lo iban a vapulear –cayapear– sin saber, que la supuesta víctima, llevaba en las alforjas las "armas" para defender a nuestra patria con dignidad, y patriotismo. Todas las pruebas, presentadas acusan directamente al gobierno de Donald Trump, quien ha montado una verdadera guerra económica, bloqueando operaciones comerciales elementales, pero indispensables para nuestro país, en alimentación, y salud, sin nombrar otras áreas de suma importancia.
Estoy seguro, que el fuerte diluvio de verdades del Canciller venezolana en la OEA, dejó desconcertado a los 19 integrantes que votaron pidiendo la suspensión de Venezuela en dicho organismo, pero a la vez siembra un precedente bien marcado en la conciencia de nuestros pobladores latinoamericanos, y nos recuerda un pensamiento del Comandante Fidel Castro, cuando en una intervención expresó lo siguiente: "Las ideas no necesitan ni de las armas, en la medida que sean capaces de conquistar las grandes masas". Esta reflexión cobra más vigencia que nunca, porque nos encontramos en una verdadera guerra de la comunicación: entre la mentira utilizada cada momento por los defensores del gran capital, y la verdad encarnada en los que luchan por un mundo mejor: el socialismo, a pesar de los grandes errores, que se pueden cometer.
Después de esta última reunión de la OEA se acrecienta la falsedad de este organismo, lo que motivó al Canciller Arreaza en una rueda de prensa, para terminar de redondear la faena con la siguiente declaración: "No podemos seguir bajo el amparo de una organización supuestamente multilateral que defiende los derechos internacionales y resulta que los violenta todos por órdenes imperiales (…) Quédense con su OEA, eso no sirve" Más claro ¡imposible!
La conclusión que podemos de esta reunión de la OEA, es la siguiente: nuevamente pretendieron esconder la verdad con una bufonada, y salieron con las caras totalmente descompuestas, buscando los medios para seguir mintiendo y de no cambiar en busca del objetivo para el cual fue creado, van a terminar lanzándole "golpes" al vacío, porque hace rato que Venezuela, de manera muy sensata tomó la decisión de retirarse, y el tiempo es el verdadero arbitro para rescatar la veracidad de la lucha de nuestro país, frente al monstruo estadounidense.
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