Por Carlos M. Rodríguez C.
Una de las más profundas arengas
libertarias contenidas en el Himno Nacional de Venezuela está contenida en su
III Estrofa que reza “Y si el despotismo
levanta la voz, seguid el ejemplo
que Caracas dio”.
La más profunda y la de mayor vigencia pues el
despotismo constituye una de las peores manifestaciones del abuso de poder con
las que se ejerce dominación, humillación, vejación, degradación a las personas
que de una u otra manera dependen de las decisiones de aquellos que ejercen el
poder en alguno u otro aspecto de las relaciones sociales.
El despotismo se ha definido como:
“el abuso de poder o de la
fuerza que un individuo o un grupo ejercen contra otros en inferioridad de
condiciones”
En Venezuela los gobiernos de la IV
República fueron ejemplo del abuso de poder y por supuesto, la práctica
despótica de sus gobernantes que llegaron a extremos tales como el Gobierno de
Rómulo Betancourt, Carlos A. Pérez, Rafael Caldera, Jaime Lusinchi por nombrar
los ejemplos más elocuentes.
Pero el despotismo es una consecuencia
de un modo de ejercer el poder a través de la dominación del pueblo y se expresa
en la práctica no sólo por el
gobernante, sino también de aquellos que mantienen la opresión en los
subordinados, los gobernados.
Los funcionarios públicos, a cualquier
nivel son los encargados de ejercer dicha dominación a través del despotismo o
autoritarismo, lo que es aplicado, no sólo por parte del Estado sino también de
la praxis política y por supuesto, de la cultura de la dominación que requiere
de dominantes y dominados, para ello están los funcionarios públicos, el
ejército, la policía entre otros.
En la V República, en la cual se
supone hay una concepción diferente del ejercicio de poder, de gobernar, los
mecanismos de dominación y autoritarismo funcionan igual o peor que las
anteriores. Basta ir a una institución pública, una oficina del estado,
necesitar de los servicios de un empleado público, un servidor público para ver
la forma como funciona el poder y por ende el despotismo, la
prepotencia.
Las instancias de conexión del
gobierno con el pueblo, tales como las Misiones Sociales, los CLAP se han
convertido en antros donde el abuso de poder, corruptelas, segregación,
discriminación constituyen su modus operandi.
Los conductores de los buses que
prestan el servicio a Misión Transporte vejan, humillan, cobran compulsivamente
a los usuarios maltratando a personas de tercera edad, discapacitados, al
pueblo en general. Los vendedores del
gas doméstico además de cobrar compulsivamente al pueblo por el servicio, lo humillan
con un trato despótico, ultrajante, agraviante.
Incluso aquellas instituciones que prestan atención en salud usan el mismo
estilo: solicitar un servicio en un CDI, un módulo de Barrio Adentro o alguna
otra misión similar constituye una tortura debido al trato que reciben de sus
funcionarios.
Es necesario que el pueblo organizado
abandone la sumisión a las que nos han acostumbrado y diseñe mecanismos que
obligue al gobierno nacional a corregir dicha desviación,
Pero, si públicamente, aquellos que
representan al Pueblo lo humillan
incluso mostrando irrespeto por nuestros antepasados aquellos que formaron
parte de la historia en la lucha contra los opresores como lo fue el Cacique Guaicaipuro,
tal como ocurrió en la reunión que se
realizó entre los Comuneros y el Presidente Maduro, o aquella en la cual el
Presidente vejó con un trato humillante a los funcionarios de protocolo porque
el equipo de sonido presentó fallas, ¿qué podemos esperar de aquellos
funcionarios que día a día sufren las adversidades de la situación social de
nuestro país?.
La dignidad es un valor que ha sido
pisoteado constantemente por los gobiernos de Venezuela y el mundo. El 27 de
febrero fue un episodio sangriento en el cual el pueblo salió a protestar contra los atropellos a que era
sometido por los comerciantes, los cuerpos de seguridad y los funcionarios del
alto gobierno. Hoy día las condiciones
están peores.
No esperemos que el pueblo “siga el ejemplo que Caracas dio”. Ojala no.
Hasta la victoria siempre. Venceremos
Carrodcas@gmail.com
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