Por: Cécil Gerardo Pérez
Esta semana se cumplió con la traída a Venezuela de 89 venezolanos y venezolanas, en un avión enviado el lunes 26 de agosto a Lima por el Gobierno bolivariano. En este grupo venían 22 niños y cuatro embarazadas, quienes se han acogido al plan del Gobierno venezolano "Vuelve a la Patria". Nos parece excelente la iniciativa y apunta a establecer puentes concretos entre nuestro gobierno y miles de personas que por diferentes razones han decidido migrar hacia otros destinos. Sin embargo, una vez más el presidente Nicolás Maduro ha cometido el error de plantear la situación de muchas de estas personas a través de un lenguaje inconveniente que es fácilmente explotado y/o aprovechado por la mediática nacional e internacional, sobre todo por las redes digitales, para que esta acción de sensibilidad humana y de justica social se convierta en otro acto fallido de nuestro gobierno.
En otra oportunidad, me referí a las expresiones orales del presidente Nicolás Maduro, no como un exégeta del lenguaje, sino como una crítica para mejorar. https://www.aporrea.org/actualidad/a233455.html. Es posible que la permanente exposición mediática lleve a cometer errores lingüísticos, pero para evitar esto hay toda una cantidad de especialistas que seguros estamos trabajan para el gobierno.
Alguien debe asesorar adecuadamente al presidente para que no persista en la errática de usar su clasista metáfora sobre "lavar pocetas". Eso se llama en el pueblo destruir con los pies (o con la lengua, o con los actos) lo que se hizo con las manos. Y lo peor es que ofende a muchos obreros y/o trabajadores de limpieza como si esto fuese indigno. No.
Esos compatriotas volvieron a su Patria. Volvieron a su pueblo noble como ningún otro. Volvieron dejando las mentiras atrás, los espejismos, las necesidades creadas por un sistema depredador. Volvieron de la mano del gobierno bolivariano. Volvieron y esto es lo importante como fuerte mensaje a quienes se han ido huyendo de la crisis económica generada acá para derrocar al gobierno bolivariano. Comparto lo que un camarada compatriota escribió en el "Facebook" acerca de esto:
"Con todo respeto, lavar pocetas no es un oficio indigno. Ni aquí ni allá en Mayami. Vivimos en un país clasista, donde al individuo se le valora por su origen social. o me equivoco ¿o ya estamos en una sociedad de iguales? ...En este país aún persisten las manifestaciones de tipo racistas, y si no lo quieren creer, recordemos a los muchachos quemados en las guarimbas por el solo hecho de tener la piel morena y de paso pobres. No nos equivoquemos y no echemos tiros para el techo de nuestra propia casa. Queremos construir casualmente una sociedad donde esos, los obreros, los campesinos, las trabajadoras de casas, los heladeros, los desdentados esos, como los llaman de manera irrespetuosa los que tienen todo y de todo, y en el cual hasta los lava-pocetas, sean dignificados y tratados como parte de una sola patria, de un solo un país. Construimos un mundo justo, donde quepamos todos, pero principalmente para los de abajo que son la mayoría, para esos que casualmente le han garantizado el voto duro a esta revolución. Lo repito; lavar pocetas ni ser chofer de transporte público son oficios indignos. No escupamos "pa'rriba"". Alfredo Mujica.
Así que esperamos que este tipo de dislates no sigan ocurriendo.
Lo otro es también despotricar a menudo de los intelectuales por la crítica que se hace hacia las ejecutorias del gobierno. Es importante distinguir en la crítica que se hace para construir, para mejorar, para superar y la crítica que se hace desde la derecha, o desde el reconcomio para socavar los logros del proceso revolucionario.
Reiteramos lo expuesto en el artículo anterior: "No vamos a caer en el falso moralismo de que no se pueden decir coloquialismos. Sin embargo, los dirigentes deben cuidar muy bien el lenguaje que usan. Hay en términos psicológicos lo que se denomina la asertividad consistente en la expresión verbal directa y honesta, pertinente y coherente que se debe tener en situaciones particulares. Podemos ser combativos sin caer en la grosería que más bien los demás pueden usar contra nosotros y en el caso de una figura presidencial que se convierte en el centro permanente de ataques, más aún".
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