Por Carlos M.
Rodríguez C.
En
realidad, tal como afirma el periodista J.V. Rangel, el pastel se ve exquisito,
refiriéndose a las medidas económicas
anunciadas por el Presidente Maduro que empezarán a regir a Venezuela desde el
20 de agosto del presente año.
La
propuesta presenta una estructura coherente apuntando a una dirección bien
concebida, con premisas bien direccionadas, aunque algunas puedan tener
debilidades, con un espíritu popular que rompe el esquema populista y
rentístico actual, aunque algunos aspectos parecieran de corte neoliberal en la
forma como están presentados, lo cual pudiera ser el tema de una discusión más
profunda.
Por
otra parte, hay otros elementos que dejan lugar al azar como lo es el anclaje
del Petro al precio de petróleo el cual, debido al juego de la oferta y
demanda, presenta oscilaciones que pudieran afectar la estabilidad de la
economía y del poder adquisitivo del bolívar soberano y con ello la estabilidad
del ingreso de la población.
Sin
embargo hay aspectos dignos de evaluar, dada la importancia de diseñar
mecanismos de control que le den factibilidad o posibilidad real que la
propuesta logre su objetivo como lo es la recuperación económica del país.
Nos
estamos refiriendo al factor humano, entendiendo por éste, el papel de quienes
tienen la función de implementar las medidas, ejecutar los programas, hacer
seguimiento, correcciones, ajustes a los mismos.
Entre
esos elementos o variables están la
cultura de la corrupción que ha sido producto del modelo rentístico petrolero y
del clientelismo que, a pesar de haber sido uno de los aspectos que el
Comandante Chávez intentó hacer execrar de la sociedad venezolana, los mismos se ha incrementado a niveles
dramáticos, constituyendo hoy por hoy el peor flagelo que azota la sociedad venezolana en todos sus órdenes
(cultural, político, comercial, económico entre otros) los cuales vienen siendo hasta ahora algunas
de las causas más relevantes, (además de la guerra económica y el sabotaje interno)
del debilitamiento y casi derrota de revolución socialista bolivariana debido
al incremento y enraizamiento de ellos
en la manera de gerenciar al país y hacer
política durante décadas.
Como
condición “sine que non” creemos que si no se corrigen las prácticas delictivas
tales como el “bájate de la mula”, las “alcabalas” organizadas para pechar a quienes tienen que hacer trámites económicos, fiscales,
institucionales, si no se hace un control y seguimiento a las ejecutorias
institucionales y personales, si no hay
el diseño para establecer las formas de evitar los ilícitos por parte de
los funcionarios que tienen la tarea de diseñar estrategias y establecer metas
para el logro de los objetivos de los programas elaborados por el gobierno
nacional, si no se hace seguimiento y evaluación permanente de los logros,
aciertos, desaciertos, el proyecto está destinado al fracaso y con ello una
decepción más, y quizás la última, por parte de la revolución bolivariana al
pueblo que espera con ansias y optimismo el éxito de las medidas para disfrutar
de los beneficios que un gobierno socialista garantiza a la sociedad en su
conjunto.
Quizás
los lectores de este artículo tengan conocimiento de prácticas, situaciones
concretas que pudieran “sabotear” este conjunto de medidas y que constituyen peligros reales, y hacer
recomendaciones al equipo que tiene la finalidad de “echar andar” al nuevo
modelo de gerenciar la economía del país, a fin de alertar las debilidades y
amenazas para ayudar al Presidente Maduro y al país.
El
pueblo le da la oportunidad, esperamos no la desaproveche, porque estamos casi seguros pueda ser la última.
En
este momento que el enemigo histórico como lo es el imperio, que la derecha ha rondado cerca, que el fascismo ha tenido la
osadía de penetrar al ámbito físico del Presidente Maduro, que casi perpetra su
desaparición física así como de importantes funcionarios del gobierno y del alto
mando militar, el pueblo una vez más ha expresado su respaldo y confianza en
las calles, barrios. Ojalá no lo decepcione.
Presidente,
despida al que tenga que despedir, castigue al que tenga que castigar, mande
preso al que tenga que apresar, enjuicie al que tenga que enjuiciar, condene al
que tenga que condenar, haga lo que tiene que hacer, porque el pueblo está con
Ud. Si lo hace que Dios y la Patria lo consagre, sino que lo condene. Suya es la decisión.
Hasta
la victoria siempre. Venceremos.
carrodcas@gmail.com
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