lunes, 6 de mayo de 2019

REFLEXIONES INGENUAS: “ENTRE ISCARIOTES TE VEAS”


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Por Carlos M. Rodríguez C.

            La historia de la humanidad está llena de traiciones, entendiendo por traición aquel acto o conducta de deslealtad o falta de compromiso que existe entre dos o más involucrados. El término se origina del latín traditio que significa traición, es decir, acción que conlleva a quebrantar la confianza. En el mundo de la política son frecuentes las traiciones porque se trata de la lucha por el poder y en este escenario cualquier cosa vale para posesionarse del uso y aplicación de la autoridad y mando.

 Para el mundo occidental la figura más repugnante la constituye Judas Iscariote quien traicionó a Cristo por 30 monedas vendiéndolo a los judíos. Posterior a la  crucifixión del Hijo de Dios  Judas se ahorca como consecuencia del arrepentimiento a dicho abominable acto. No obstante podemos hacer referencia muchos otros como por ejemplo  a Brutus quien traicionó y asesinó a su padre el Emperador Julio César para ocupar su trono; a Efitales de Tesala quien traicionó a los espartanos e hizo que los Persas vencieran al imperio espartano  cuando la victoria era suya; la Malinche, indígena azteca que traiciona a su tribu con Hernán Cortez ocasionando la derrota del imperio contra los españoles en la conquista al continente americano.

En la historia venezolana son muchos los casos de traición que incluso durante la conquista se hicieron presente, tal como ocurre con los chaimas que ayudaron a los españoles a penetrar tierra adentro ofreciendo información de los caribes que se enfrentaron a los  invasores.

Durante la independencia muchos actos de traición son reseñados. Pedro Carujo traiciona al Libertador incluso participa en un atentado en su contra. Páez conspira y expulsa al Libertador, entre otros.

Ya en la vida republicana muchos actos de traición son reseñados. Gómez traiciona a Castro, Pérez Jiménez a Delgado Chalbaud y así sucesivamente.

Quizás en uno de las etapas de la historia de Venezuela, hasta nuestros días, en que ha habido más actos de traición ha sido el  proceso bolivariano liderado por el comandante Chávez. Fundador del Movimiento V República, Chávez desde las entrañas de las fuerzas armadas organiza un movimiento que tiene como finalidad transformar las estructuras de la sociedad venezolana partiendo de la toma de poder y organizando un movimiento constituyente que legitime un cambio profundo en el país.

Durante el proceso golpista del año 1992, Chávez fue traicionado por sus propios compañeros lo que lo obliga a realizar tal acción, ya que al verse delatado, no le queda otro recurso que adelantar el acto. Esto le costó la derrota la cual es reivindicada con el “por ahora” y la victoria electoral del año 1998.

En su primer equipo de gobierno se acompañó de sus compañeros de V República y otros que lo acompañaron en el proceso electoral pero que lo traicionaron casi inmediatamente, es el caso de Luis Miquilena, Joel Acosta Chirinos, Jorge Olavarria, Raul Salazar, Jesús Urdaneta, Iván Pulido Mora. Durante el golpe de estado del 2002 es traicionado por los miembros de las fuerzas armadas tales como Néstor González   González,  Manuel Rosendo, Efraín  Vázquez  Velazco,  Lucas Rincón, Guaicaipuro Lameda  entre otros.  Posteriormente es traicionado por Raúl  Badúel, Acosta Carlés, Gral. Antonio Rivero, entre otros.  Igualmente por los Partidos Políticos MAS, Causa R. Figuran también personas como Alfredo Peña,

Pero, más despreciables son los traidores a la revolución. Es necesario acotar que la revolución trasciende a los hombres. Si bien es cierto que Chávez constituye el líder indiscutible del proceso, aún fallecido, los principios, valores, logros  que constituyen su legado se consolidan con el accionar de la militancia y el pueblo quienes los ejecutan y ponen en práctica. En este sentido, es necesario aclarar que todo aquel  que asumiéndose revolucionario, desacata las orientaciones y principios de honestidad, disciplina, humildad revolucionaria, es en sí un traidor al proceso, más si ocupa un cargo de responsabilidad, tanto en las organizaciones populares  tales como los Consejos Comunales, Comunas, Cooperativas, EPS, como en cargos gubernamentales, sean a nivel local, regional, nacional, de representación, ejecución o administración, dirección, viceministerio, ministro o afín. Estos son traidores al pueblo quien los eligió o a quienes debían su gestión.

Hay quienes tratan de justificar su alevosa conducta intentando hacer creer que su decisión de abandonar el proceso se debe al desvío del accionar gubernamental actual  y los errores que ha cometido, con ello tratan de ocultar los errores por ellos mismos realizados así como la pobreza de su convicción y ejecución revolucionaria. Son tan pobres de espíritu que creen que el pueblo es estúpido, evidenciando con ello que la estupidez  es su propia conciencia.

Personeros que durante el gobierno de Chávez fueron designados en altos cargos y en los cuales se enriquecieron a través de la corrupción hoy día  se presentan como salvadores del país olvidando su pasado oprobioso y  asqueroso, son los casos de Rafael Ramírez, el Pollo Carvajal, algunos detenidos otros protegidos por los gobiernos derechistas de Europa y Latinoamérica.

En este momento estamos viviendo un aquelarre de traidores a todo nivel. Ministros, viceministros, directores de despacho, directores, empleados, funcionarios de seguridad, altos funcionarios de la FANB, agentes policiales, escoltas, alcaldes, concejales, comuneros, miembros de los partidos políticos revolucionarios, en los CLAP, Ubch…Diariamente hay información a través de los m.c.m. de anuncios de declaraciones de apoyo a Guaidó por parte de directores y altos funcionarios de Ministerios, Empresas del Estado, Instituciones del gobierno, funcionarios policiales,

Los militantes revolucionarios nos sentimos inseguros de nuestros compañeros de partido, de nuestros  líderes naturales, dirigentes de base, mucho más de los dirigentes medios y altos. La sombra de la traición ronda cada espacio de nuestra sociedad. Amedrentados por los  asesinos de la  derecha fascista dudamos de la fidelidad de nuestros camaradas, de los cuerpos de seguridad encargados de nuestra protección, de los fiscales y jueces encargados de nuestra defensa.

Desde hace algún tiempo para acá las traiciones de los militares al gobierno nacional ocurren a la vista de titiri mundi. Así el comandante de la guardia de honor presidencial fue quien le dio la información a los organizadores del atentado contra el presidente Maduro,

Si hasta el director del Sebin, máxima autoridad de la seguridad del gobierno fue capaz de traicionar al Presidente Maduro quien lo designó en ese cargo y engañar a los miembros de la seguridad del alto gobierno, si los militares encargado de la custodia de Leopoldo López fueron capaces  de desacatar las órdenes del gobierno, si se sospecha de 35 altos militares involucrados en el intento de golpe de estado del pasado 30 de abril. Si hasta los hijos son capaces de traicionar a sus padres por algunos dólares, ¿qué será de los funcionarios de seguridad encargados de la protección del pueblo, de los revolucionarios?

La sobrevivencia de la revolución pasa por la revisión profunda de los cuerpos de seguridad, de los funcionarios corruptos  que trabajan en los organismos del estado, de la depuración de los cuerpos policiales, de la aplicación de mecanismos de seguridad a los funcionarios militares de alto, mediano y sobre todo comandantes de tropa. Por la revisión y corrección de los errores y debilidades del gobierno en el tema económico, en aplicar sanciones a los empresarios y comerciantes que violan los precios acordados, en la aplicación de sanciones a los funcionarios encargados de velar por el cumplimiento de tales precios.

Lo demás es cuento de caminos.

Para luego es tarde.

Leales siempre, traidores nunca.


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