Por Carlos M. Rodríguez C.
La historia de la humanidad está
llena de traiciones, entendiendo por traición aquel acto o conducta de
deslealtad o falta de compromiso que existe entre dos o más involucrados. El
término se origina del latín traditio que significa traición, es decir, acción
que conlleva a quebrantar la confianza. En el mundo de la política son
frecuentes las traiciones porque se trata de la lucha por el poder y en este
escenario cualquier cosa vale para posesionarse del uso y aplicación de la
autoridad y mando.
Para el mundo occidental la figura más repugnante
la constituye Judas Iscariote quien traicionó a Cristo por 30 monedas
vendiéndolo a los judíos. Posterior a la
crucifixión del Hijo de Dios
Judas se ahorca como consecuencia del arrepentimiento a dicho abominable
acto. No obstante podemos hacer referencia muchos otros como por ejemplo a Brutus quien traicionó y asesinó a su padre
el Emperador Julio César para ocupar su trono; a Efitales de Tesala quien
traicionó a los espartanos e hizo que los Persas vencieran al imperio espartano
cuando la victoria era suya; la
Malinche, indígena azteca que traiciona a su tribu con Hernán Cortez
ocasionando la derrota del imperio contra los españoles en la conquista al
continente americano.
En la historia venezolana son muchos
los casos de traición que incluso durante la conquista se hicieron presente,
tal como ocurre con los chaimas que ayudaron a los españoles a penetrar tierra
adentro ofreciendo información de los caribes que se enfrentaron a los invasores.
Durante la independencia muchos actos
de traición son reseñados. Pedro Carujo traiciona al Libertador incluso participa
en un atentado en su contra. Páez conspira y expulsa al Libertador, entre
otros.
Ya en la vida republicana muchos actos
de traición son reseñados. Gómez traiciona a Castro, Pérez Jiménez a Delgado
Chalbaud y así sucesivamente.
Quizás en uno de las etapas de la
historia de Venezuela, hasta nuestros días, en que ha habido más actos de
traición ha sido el proceso bolivariano
liderado por el comandante Chávez. Fundador del Movimiento V República, Chávez
desde las entrañas de las fuerzas armadas organiza un movimiento que tiene como
finalidad transformar las estructuras de la sociedad venezolana partiendo de la
toma de poder y organizando un movimiento constituyente que legitime un cambio
profundo en el país.
Durante el proceso golpista del año
1992, Chávez fue traicionado por sus propios compañeros lo que lo obliga a
realizar tal acción, ya que al verse delatado, no le queda otro recurso que
adelantar el acto. Esto le costó la derrota la cual es reivindicada con el “por
ahora” y la victoria electoral del año 1998.
En su primer equipo de gobierno se
acompañó de sus compañeros de V República y otros que lo acompañaron en el
proceso electoral pero que lo traicionaron casi inmediatamente, es el caso de Luis
Miquilena, Joel Acosta Chirinos, Jorge Olavarria, Raul Salazar, Jesús Urdaneta,
Iván Pulido Mora. Durante el golpe de estado del 2002 es traicionado por los
miembros de las fuerzas armadas tales como Néstor González González, Manuel Rosendo, Efraín Vázquez
Velazco, Lucas Rincón,
Guaicaipuro Lameda entre otros. Posteriormente es traicionado por Raúl Badúel, Acosta Carlés, Gral. Antonio Rivero,
entre otros. Igualmente por los Partidos
Políticos MAS, Causa R. Figuran también personas como Alfredo Peña,
Pero, más despreciables son los traidores
a la revolución. Es necesario acotar que la revolución trasciende a los
hombres. Si bien es cierto que Chávez constituye el líder indiscutible del
proceso, aún fallecido, los principios, valores, logros que constituyen su legado se consolidan con el
accionar de la militancia y el pueblo quienes los ejecutan y ponen en práctica.
En este sentido, es necesario aclarar que todo aquel que asumiéndose revolucionario, desacata las
orientaciones y principios de honestidad, disciplina, humildad revolucionaria,
es en sí un traidor al proceso, más si ocupa un cargo de responsabilidad, tanto
en las organizaciones populares tales
como los Consejos Comunales, Comunas, Cooperativas, EPS, como en cargos
gubernamentales, sean a nivel local, regional, nacional, de representación, ejecución
o administración, dirección, viceministerio, ministro o afín. Estos son
traidores al pueblo quien los eligió o a quienes debían su gestión.
Hay quienes tratan de justificar su
alevosa conducta intentando hacer creer que su decisión de abandonar el proceso
se debe al desvío del accionar gubernamental actual y los errores que ha cometido, con ello
tratan de ocultar los errores por ellos mismos realizados así como la pobreza de
su convicción y ejecución revolucionaria. Son tan pobres de espíritu que creen
que el pueblo es estúpido, evidenciando con ello que la estupidez es su propia conciencia.
Personeros que durante el gobierno de
Chávez fueron designados en altos cargos y en los cuales se enriquecieron a
través de la corrupción hoy día se
presentan como salvadores del país olvidando su pasado oprobioso y asqueroso, son los casos de Rafael Ramírez,
el Pollo Carvajal, algunos detenidos otros protegidos por los gobiernos
derechistas de Europa y Latinoamérica.
En este momento estamos viviendo un aquelarre
de traidores a todo nivel. Ministros, viceministros, directores de despacho,
directores, empleados, funcionarios de seguridad, altos funcionarios de la FANB,
agentes policiales, escoltas, alcaldes, concejales, comuneros, miembros de los
partidos políticos revolucionarios, en los CLAP, Ubch…Diariamente hay información
a través de los m.c.m. de anuncios de declaraciones de apoyo a Guaidó por parte
de directores y altos funcionarios de Ministerios, Empresas del Estado, Instituciones
del gobierno, funcionarios policiales,
Los militantes revolucionarios nos
sentimos inseguros de nuestros compañeros de partido, de nuestros líderes naturales, dirigentes de base, mucho más
de los dirigentes medios y altos. La sombra de la traición ronda cada espacio
de nuestra sociedad. Amedrentados por los asesinos de la derecha fascista dudamos de la fidelidad de nuestros
camaradas, de los cuerpos de seguridad encargados de nuestra protección, de los
fiscales y jueces encargados de nuestra defensa.
Desde hace algún tiempo para acá las
traiciones de los militares al gobierno nacional ocurren a la vista de titiri
mundi. Así el comandante de la guardia de honor presidencial fue quien le dio
la información a los organizadores del atentado contra el presidente Maduro,
Si hasta el director del Sebin, máxima
autoridad de la seguridad del gobierno fue capaz de traicionar al Presidente
Maduro quien lo designó en ese cargo y engañar a los miembros de la seguridad
del alto gobierno, si los militares encargado de la custodia de Leopoldo López
fueron capaces de desacatar las órdenes
del gobierno, si se sospecha de 35 altos militares involucrados en el intento
de golpe de estado del pasado 30 de abril. Si hasta los hijos son capaces de
traicionar a sus padres por algunos dólares, ¿qué será de los funcionarios de
seguridad encargados de la protección del pueblo, de los revolucionarios?
La sobrevivencia de la revolución pasa
por la revisión profunda de los cuerpos de seguridad, de los funcionarios
corruptos que trabajan en los organismos
del estado, de la depuración de los cuerpos policiales, de la aplicación de
mecanismos de seguridad a los funcionarios militares de alto, mediano y sobre
todo comandantes de tropa. Por la revisión y corrección de los errores y
debilidades del gobierno en el tema económico, en aplicar sanciones a los
empresarios y comerciantes que violan los precios acordados, en la aplicación
de sanciones a los funcionarios encargados de velar por el cumplimiento de
tales precios.
Lo demás es cuento de caminos.
Para luego es tarde.
Leales siempre, traidores nunca.
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