Por Carlos M. Rodríguez C
Los
procesos revolucionarios constituyen fenómenos de cuya interpretación, a la luz
de las Ciencias Sociales resultan complejos, difíciles de comprender. Esto es
explicable debido a la particularidad de ellos, ya que cada uno tiene una lógica diferente,
radicalmente distinta a los procesos sociales devenidos de la dinámica del
status quo, cuyo orden está establecido por las leyes tradicionales impuestas
por los centros hegemónicos capitalistas del poder económico y político
mundial.
Lo
primero que tenemos que entender es que una revolución es justamente un suceso
que rompe con el modelo social, con las leyes, con el paradigma dominante. En
este sentido, las leyes con las cuales son interpretados los acontecimientos
revolucionarios resultan inválidas para cualquier analogía con otros sucesos de
transformación social cuyas leyes, tendencias son, en definitiva, distintas.
La
revolución socialista bolivariana, presenta además otro elemento que la hace
sui generis. Se trata del elemento democrático. La revolución bolivariana es el
único caso de una revolución que intenta transformar el modelo democrático
burgués a través de la trasformación social desde la base, estimulando los
cambios desde el estado, sin utilizar la violencia para lograr tal transformación.
Esta
situación complica la dialéctica del proceso y la hace susceptible de
debilidades políticas, sociales, económicas, culturales debido a que las
contradicciones internas, e su despliegue,
se inclinan hacia el lado de una sociedad donde la ética está basada en el
consumo, la riqueza material y la moral se sustenta en la corrupción, el guiso,
la trampa.
El
proceso revolucionario venezolano, desde sus comienzos, estuvo inmerso con las
contradicciones dialécticas que provenía, por un lado, de la inexistencia de un
proyecto social que le diera sustento a las trasformaciones, es decir, adolecía
de una política que orientara hacia donde y cuál es el sentido de las
trasformaciones, los cambios por ella emprendidos. Faltaba una luz política que
se consigue cuando el Cte. Eterno se declara socialista.
Al
declararse socialista, un sector de la derecha endógena, los representantes de
la oligarquía más rancia, que participaron en el proceso inicial, entró en
contradicciones coincidiendo con los partidos tradicionales y que se expresó,
internamente con la participación en el proceso previo al golpe de estado del
2002 y el paro petrolero y que hizo síntesis en el Golpe y posterior Paro.
Mientras el sector menos de la derecha menos radical se enfrentó a los
golpistas, conservando el poder interno y tomando las instancias que se
abrieron con la derrota de los conspiradores (PDVSA, CORPOELEC, SIDOR, etc.) El
proceso de depuración, la centrifugación revolucionaria expulsó a los
individuos más radicales de la derecha, pero dio paso a una derecha más light
que lentamente se enquistó en las estructuras del partido, del gobierno y el
estado, en la cual permanecen todavía.
En tanto los sectores de izquierda, comprometidos con el proceso socialista ha
sido desplazados, como ocurrió PDVSA con los trabajadores que defendieron a la
empresa de los golpistas y garantizaron su funcionamiento, igualmente con los empleados públicos,
obreros, militantes de los partidos de izquierda, que fueron desplazados por
personal sin una ética del compromiso o una militancia de muy dudosa calidad
(ver ministros que ingresaron en el Gobierno y directores de empresas del
estado después del Paro Petrolero y en las últimas movidas de mata, desde la
época de Chávez, inclusive)
Los
círculos de poder envolvieron al Cte. Eterno, los cuales fueron adquiriendo cada
vez más capacidad de tomar decisiones, hasta apoderarse de las empresas
básicas, los programas sociales, los ministerios más rentables, paralizando su
funcionamiento y respuestas al pueblo, y se convirtió en una élite la cual
proponía escogía, decidía y ejecutaba todas las acciones del gobierno. Esta
élite, conformada por militares de alto rango, altos dirigentes del PSUV,
oportunistas, más los enchufaos, constituyeron la llamada boliburguesía, suerte
de cogollo que se enriqueció y todavía se enriquece a costa de los dineros del
estado, es decir, los dineros del pueblo, y muchos de los cuales todavía
ostentan sus prebendas, privilegios y poder, otros, llorando no estar en el
“castillo de oro” en cuyos aposentos permanecieron largo tiempo y cuyas
ejecutorias al frente de las instituciones que dirigieron, dejaron mucho que
desear.
La
corrupción, la ineficiencia en la gestión pública, la falta de una política de
formación para los militantes, la ausencia de programas que fortalecieran al
poder popular en su filosofía y práctica,
la conspiración endógena, el sectarismo del partido, la arrogancia
oficial,. la visión populista en que se convirtieron los programas sociales, la
poca madurez del pueblo en el ejercicio del poder popular, la democracia
participativa, y sobre todo, en el protagonismo social, devinieron en una
perversión en las ejecutorias políticas y sociales (sectarismo, enfrentamiento
entre militantes, confrontación entre los beneficiaros de viviendas, alimentos,
en consejos comunales, comunas, bases de misiones, etc.)
De
esta manera, el proceso socialista bolivariano cuyos objetivos, fines,
filosofía se concretaron en la elaboración de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en la cual se expresa la más avanzada concepción de
una sociedad justa, democrática, participativa, protagónica, con equidad,
igualdad social fue lentamente deteriorándose, y a pesar de las esperanzas del
pueblo, las cuales se expresaron en los procesos electorales que le dieron
mayoría a las propuestas electorales del gobierno, la falta de concreción del
gobierno por profundizar los cambios y las transformaciones esperadas por la
población, el gobierno fue lentamente separándose del pueblo, tornándose
lejano, vacío.
La
guerra económica, estrategia del gobierno norteamericano para profundizar el
deterioro del proceso revolucionario bolivariano, causó (y sigue causando)
estragos en la moral y la ética del pueblo venezolano. Por una parte, porque ataca la parte más
sensible de todo ser humano, la comida, cuyos efectos se manifiestan
dramáticamente en los niños, ancianos, discapacitados; los medicamentos, los
repuestos automotrices. Segundo surge el
“bachaqueo” como una estrategia delictiva que, junto con el desabastecimiento,
el acaparamiento, la falta de producción o de importación por parte de las
empresas ,el contrabando de extracción y la matraca “policial” ayudaron a
agravar sus efectos en la población. Y todo esto, acompañada de una campaña
mediática nacional e internacional feroz, coadyuvo a magnificar los efectos
ante una población necesitada y decepcionada.
Y ante la falta de respuestas para superar tales males, el pueblo vota a
favor del cambio, olvidando las transformaciones que lograron mejorar las
condiciones sociales, políticas y económicas del pueblo venezolano.
En
este escenario, el Presidente Nicolás Maduro toma una serie de medidas
tendentes a solventar dicha problemática, sin embargo, debido al cerco
económico y político a que está sometido, ninguna de ellas ha logrado sus
objetivos. Esto agrava más todavía la situación pues por el fracaso de las medidas la derecha oficial, en la boca
de la AN ha profundizado el llamado a referéndum y/o a profundizar la violencia
como táctica para justificar una intervención (léase invasión) por parte de los
E.U. (cuyo primer intento fracasado lo constituyó el llamado a aplicar la Carta
Democrática por parte de la OEA en solicitud de Almagro.
Por
otra parte, el chavismo “y que crítico”,
especie de reducto de frustrados ex funcionarios del gobierno, fracasados en
sus gestiones, “ególatras”, “psicóticos disociados de la izquierda” aparecen
como los salvadores del chavismo, de la revolución bolivariana, utilizando la
estrategia “gatopardiana” de justificar un referéndum como medida que salve a
la democracia, ocultando sus verdaderos propósitos de pactar con la derecha
para negociar cargos, puestos, cuotas de poder.
Pero
lo peor es que las últimas medidas tomadas por el Pete. Maduro han resultado
peor que la enfermedad y el Consejo de Economía Productiva designado por él ha
resultado ser una “agencia del imperialismo” como se desprende de las medidas
tomadas recientemente tales como la liberación de precios de algunos productos
regulados, el ajuste de los precios justos que los hace prohibitivos para la
adquisición por parte del pueblo (véase el precio de los productos de Movistar,
el de el azúcar, la leche, la carne, etc.)
La
decisión de centralizar la toma de decisiones en los entes oficiales vinculados
a la producción por el Gral. Padrino López y su persona pareciera ser
pertinente ya que es necesario poner orden en los entes relacionados en los
cuales han sido designados militares, al igual que los civiles, ya que hasta
ahora éstos hacen caso omiso a los lineamientos del Presidente de la República.
Pero
lo que derrama el vaso, lo que muestra el “guiso” del paquete neoliberal “rojo,
rojito” lo constituye las declaraciones del Pete. de PDVSA, Eligio Del Pino,
quien declara que ““Debemos ir a nuevo modelo con mayoría del sector privado y
eso pasa por un reconocimiento de errores” y afirma que "que fue un error
haber ejecutado estatizaciones a empresas de servicios de la Costa Oriental del
Lago de Maracaibo (Zulia), en 2009."
Es
decir, una derrota reconocida, asumida y un viraje en marcha.
Nuestro
Comandante Eterno, todos aquellos que asumieron honestamente y con corazón la
lucha para derrocar el régimen capitalista neoliberal que encarnó la IV
República, las víctimas de la violencia de estado (muertos, heridos,
desaparecidos, detenidos, torturados, vejados, excluidos), los que enfrentaron
el golpe y el paro petrolero, los muertos, heridos, agredidos por las
“guarimbas”, los dirigentes populares asesinados por los sicarios y
paramilitares, los que han ofrendado su trabajo, su esfuerzo por hacer una
gestión de calidad que enaltezca la revolución socialista bolivariana resultan
sienten con rabia la traición de quienes van rumbo a la entrega de la patria a
las trasnacionales, al capital privado, a la oligarquía.
Una
cosa es cierta, los revolucionarios, el pueblo combativo, el que no se rinde,
no acepta traidores de verbo, traidores de acción, sumisos, lacayos del
capital, ex funcionarios llorones. No se sigue calando al malandraje
oficialista, a los empresarios choros, a los malandros de cuello blanco, no acepta una vuelta atrás, un retroceso, un
viraje al neoliberalismo. Su
tranquilidad, su inacción hacia la violencia, hacia el hacer justicia con sus
manos es el indicador más evidente que mantiene fe en que el proceso
revolucionario, la revolución bolivariana seguirá su curso y llegará a buen
puerto. Pero una traición, un secuestro del pensamiento y el legado de Chávez
será enfrentada tal como lo hizo el 11 de abril del 2002.
Así
que neoliberales rojo rojitos, neoliberales verdes, blancos, amarillos,
eficientitas, voluntarios…prepárense para enfrentarse a un pueblo valiente, un
pueblo decidido a defender sus logros y sus avances. No crean que esta rendido.
No se equivoquen.
Hasta
la victoria siempre. Venceremos
Revolucionarios
de pie a vencer. Aquí nadie se rinde
carrodcas@gmail.,com
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