domingo, 31 de julio de 2016

REFLEXIONES INGENUAS: “VADE RETRO NEOLIBERALISM”



https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEghYzzzIjSXvDF-JFjaOsBMtJcyZOdohKNBQhK5mGUx0nEl4sScapiDW0bcBpkfqsgeJohtNcANMoe1CffnVHsYXhlVSTeiVLgxTb71UDYUGBLuiH3yfOkzQLAbBbwd3ABIBnVOgem6HLg/s1600/139155_financial.jpg
Por Carlos M. Rodríguez C

Los procesos revolucionarios constituyen fenómenos de cuya interpretación, a la luz de las Ciencias Sociales resultan complejos, difíciles de comprender. Esto es explicable debido a la particularidad de ellos, ya  que cada uno tiene una lógica diferente, radicalmente distinta a los procesos sociales devenidos de la dinámica del status quo, cuyo orden está establecido por las leyes tradicionales impuestas por los centros hegemónicos capitalistas del poder económico y político mundial.
Lo primero que tenemos que entender es que una revolución es justamente un suceso que rompe con el modelo social, con las leyes, con el paradigma dominante. En este sentido, las leyes con las cuales son interpretados los acontecimientos revolucionarios resultan inválidas para cualquier analogía con otros sucesos de transformación social cuyas leyes, tendencias son, en definitiva, distintas.
La revolución socialista bolivariana, presenta además otro elemento que la hace sui generis. Se trata del elemento democrático. La revolución bolivariana es el único caso de una revolución que intenta transformar el modelo democrático burgués a través de la trasformación social desde la base, estimulando los cambios desde el estado, sin utilizar la violencia  para lograr tal transformación.
Esta situación complica la dialéctica del proceso y la hace susceptible de debilidades políticas, sociales, económicas, culturales debido a que las contradicciones internas, e  su despliegue, se inclinan hacia el lado de una sociedad donde la ética está basada en el consumo, la riqueza material y la moral se sustenta en la corrupción, el guiso, la trampa.
El proceso revolucionario venezolano, desde sus comienzos, estuvo inmerso con las contradicciones dialécticas que provenía, por un lado, de la inexistencia de un proyecto social que le diera sustento a las trasformaciones, es decir, adolecía de una política que orientara hacia donde y cuál es el sentido de las trasformaciones, los cambios por ella emprendidos. Faltaba una luz política que se consigue cuando el Cte. Eterno se declara socialista.
Al declararse socialista, un sector de la derecha endógena, los representantes de la oligarquía más rancia, que participaron en el proceso inicial, entró en contradicciones coincidiendo con los partidos tradicionales y que se expresó, internamente con la participación en el proceso previo al golpe de estado del 2002 y el paro petrolero y que hizo síntesis en el Golpe y posterior Paro. Mientras el sector menos de la derecha menos radical se enfrentó a los golpistas, conservando el poder interno y tomando las instancias que se abrieron con la derrota de los conspiradores (PDVSA, CORPOELEC, SIDOR, etc.) El proceso de depuración, la centrifugación revolucionaria expulsó a los individuos más radicales de la derecha, pero dio paso a una derecha más light que lentamente se enquistó en las estructuras del partido, del gobierno y el estado, en la cual  permanecen todavía. En tanto los sectores de izquierda, comprometidos con el proceso socialista ha sido desplazados, como ocurrió PDVSA con los trabajadores que defendieron a la empresa de los golpistas y garantizaron su funcionamiento,  igualmente con los empleados públicos, obreros, militantes de los partidos de izquierda, que fueron desplazados por personal sin una ética del compromiso o una militancia de muy dudosa calidad (ver ministros que ingresaron en el Gobierno y directores de empresas del estado después del Paro Petrolero y en las últimas movidas de mata, desde la época de Chávez, inclusive)
Los círculos de poder envolvieron al Cte. Eterno, los cuales fueron adquiriendo cada vez más capacidad de tomar decisiones, hasta apoderarse de las empresas básicas, los programas sociales, los ministerios más rentables, paralizando su funcionamiento y respuestas al pueblo, y se convirtió en una élite la cual proponía escogía, decidía y ejecutaba todas las acciones del gobierno. Esta élite, conformada por militares de alto rango, altos dirigentes del PSUV, oportunistas, más los enchufaos, constituyeron la llamada boliburguesía, suerte de cogollo que se enriqueció y todavía se enriquece a costa de los dineros del estado, es decir, los dineros del pueblo, y muchos de los cuales todavía ostentan sus prebendas, privilegios y poder, otros, llorando no estar en el “castillo de oro” en cuyos aposentos permanecieron largo tiempo y cuyas ejecutorias al frente de las instituciones que dirigieron, dejaron mucho que desear.
La corrupción, la ineficiencia en la gestión pública, la falta de una política de formación para los militantes, la ausencia de programas que fortalecieran al poder popular en su filosofía y práctica,  la conspiración endógena, el sectarismo del partido, la arrogancia oficial,. la visión populista en que se convirtieron los programas sociales, la poca madurez del pueblo en el ejercicio del poder popular, la democracia participativa, y sobre todo, en el protagonismo social, devinieron en una perversión en las ejecutorias políticas y sociales (sectarismo, enfrentamiento entre militantes, confrontación entre los beneficiaros de viviendas, alimentos, en consejos comunales, comunas, bases de misiones, etc.)
De esta manera, el proceso socialista bolivariano cuyos objetivos, fines, filosofía se concretaron en la elaboración de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la cual se expresa la más avanzada concepción de una sociedad justa, democrática, participativa, protagónica, con equidad, igualdad social fue lentamente deteriorándose, y a pesar de las esperanzas del pueblo, las cuales se expresaron en los procesos electorales que le dieron mayoría a las propuestas electorales del gobierno, la falta de concreción del gobierno por profundizar los cambios y las transformaciones esperadas por la población, el gobierno fue lentamente separándose del pueblo, tornándose lejano, vacío.
La guerra económica, estrategia del gobierno norteamericano para profundizar el deterioro del proceso revolucionario bolivariano, causó (y sigue causando) estragos en la moral y la ética del pueblo venezolano.  Por una parte, porque ataca la parte más sensible de todo ser humano, la comida, cuyos efectos se manifiestan dramáticamente en los niños, ancianos, discapacitados; los medicamentos, los repuestos automotrices.  Segundo surge el “bachaqueo” como una estrategia delictiva que, junto con el desabastecimiento, el acaparamiento, la falta de producción o de importación por parte de las empresas ,el contrabando de extracción y la matraca “policial” ayudaron a agravar sus efectos en la población. Y todo esto, acompañada de una campaña mediática nacional e internacional feroz, coadyuvo a magnificar los efectos ante una población necesitada y decepcionada.  Y ante la falta de respuestas para superar tales males, el pueblo vota a favor del cambio, olvidando las transformaciones que lograron mejorar las condiciones sociales, políticas y económicas del pueblo venezolano.
En este escenario, el Presidente Nicolás Maduro toma una serie de medidas tendentes a solventar dicha problemática, sin embargo, debido al cerco económico y político a que está sometido, ninguna de ellas ha logrado sus objetivos. Esto agrava más todavía la situación pues por el fracaso  de las medidas la derecha oficial, en la boca de la AN ha profundizado el llamado a referéndum y/o a profundizar la violencia como táctica para justificar una intervención (léase invasión) por parte de los E.U. (cuyo primer intento fracasado lo constituyó el llamado a aplicar la Carta Democrática por parte de la OEA en solicitud de Almagro.
Por otra parte,  el chavismo “y que crítico”, especie de reducto de frustrados ex funcionarios del gobierno, fracasados en sus gestiones, “ególatras”, “psicóticos disociados de la izquierda” aparecen como los salvadores del chavismo, de la revolución bolivariana, utilizando la estrategia “gatopardiana” de justificar un referéndum como medida que salve a la democracia, ocultando sus verdaderos propósitos de pactar con la derecha para negociar cargos, puestos, cuotas de poder.
Pero lo peor es que las últimas medidas tomadas por el Pete. Maduro han resultado peor que la enfermedad y el Consejo de Economía Productiva designado por él ha resultado ser una “agencia del imperialismo” como se desprende de las medidas tomadas recientemente tales como la liberación de precios de algunos productos regulados, el ajuste de los precios justos que los hace prohibitivos para la adquisición por parte del pueblo (véase el precio de los productos de Movistar, el de el azúcar, la leche, la carne, etc.)
La decisión de centralizar la toma de decisiones en los entes oficiales vinculados a la producción por el Gral. Padrino López y su persona pareciera ser pertinente ya que es necesario poner orden en los entes relacionados en los cuales han sido designados militares, al igual que los civiles, ya que hasta ahora éstos hacen caso omiso a los lineamientos del Presidente de la República.
Pero lo que derrama el vaso, lo que muestra el “guiso” del paquete neoliberal “rojo, rojito” lo constituye las declaraciones del Pete. de PDVSA, Eligio Del Pino, quien declara que ““Debemos ir a nuevo modelo con mayoría del sector privado y eso pasa por un reconocimiento de errores” y afirma que "que fue un error haber ejecutado estatizaciones a empresas de servicios de la Costa Oriental del Lago de Maracaibo (Zulia), en 2009."
Es decir, una derrota reconocida, asumida y un viraje en marcha.
Nuestro Comandante Eterno, todos aquellos que asumieron honestamente y con corazón la lucha para derrocar el régimen capitalista neoliberal que encarnó la IV República, las víctimas de la violencia de estado (muertos, heridos, desaparecidos, detenidos, torturados, vejados, excluidos), los que enfrentaron el golpe y el paro petrolero, los muertos, heridos, agredidos por las “guarimbas”, los dirigentes populares asesinados por los sicarios y paramilitares, los que han ofrendado su trabajo, su esfuerzo por hacer una gestión de calidad que enaltezca la revolución socialista bolivariana resultan sienten con rabia la traición de quienes van rumbo a la entrega de la patria a las trasnacionales, al capital privado, a la oligarquía. 
Una cosa es cierta, los revolucionarios, el pueblo combativo, el que no se rinde, no acepta traidores de verbo, traidores de acción, sumisos, lacayos del capital, ex funcionarios llorones. No se sigue calando al malandraje oficialista, a los empresarios choros, a los malandros de cuello blanco,  no acepta una vuelta atrás, un retroceso, un viraje al neoliberalismo.  Su tranquilidad, su inacción hacia la violencia, hacia el hacer justicia con sus manos es el indicador más evidente que mantiene fe en que el proceso revolucionario, la revolución bolivariana seguirá su curso y llegará a buen puerto. Pero una traición, un secuestro del pensamiento y el legado de Chávez será enfrentada tal como lo hizo el 11 de abril del 2002.
Así que neoliberales rojo rojitos, neoliberales verdes, blancos, amarillos, eficientitas, voluntarios…prepárense para enfrentarse a un pueblo valiente, un pueblo decidido a defender sus logros y sus avances. No crean que esta rendido. No se equivoquen.
Hasta la victoria siempre. Venceremos
Revolucionarios de pie a vencer. Aquí nadie se rinde
carrodcas@gmail.,com

No hay comentarios:

Publicar un comentario