miércoles, 20 de abril de 2016

Cuando desembarquen los Marines, ¿Con quienes contamos?

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No fue  el portero de la Oficina Oval de   Washington, quien anuncio   que EEUU está de acuerdo que la OEA active la Carta Democrática contra el gobierno legítimo de Nicolás Maduro. Se trata nada menos que de John Kerry, Secretario de Estado de los Estados Unidos, que sin emparche volvió arremeter  contra la democracia venezolana al señalar que, en su concepto, el chavismo tiene estancado al país; y que  se debe “presionar por una democracia plena y un respeto total a  elecciones”,  lo que evidencia absoluta ignorancia,   pues en el mundo  entero Venezuela es considerada “como el país de las elecciones”.  
Y conste que desde hace años advertimos que  economías occidentales se confabulaban con el propósito de sacar se  de circulación el proyecto histórico ideado por   Hugo Chávez para que los  del Tercer Mundo hagan efectivo  el derecho a la autodeterminación. “Que Chávez es  títere del castro-comunismo”,  “que  su megalomanía  hace daño a la paz hemisférica”, son algunas de las armas sucias que difunden las  corporaciones mediáticas que están  servicio incondicional de los neocolonialistas en el  siglo XXI.

Y porque sabemos  que  es usual que el imperialismo   recurre a las invasiones para imponer su cuestionado “sueño americano”, ni de vaina conviene  dormirse en los laureles, así como tampoco pensar  que con  comunicados oficiales  blindaremos nuestra soberanía  contra  cualquier ocupación militar, provenga esta de  vecinos lacayos o de EEUU. Entonces, ¿Urge  o no  formar un ejército multinacional  para repeler  cualquier eventual intervención imperial? ¿O vamos a esperar que la bota insolente del imperio nos patee el trasero?
Pero a la par  de estos infaustos acontecimientos que amenazan  nuestra integridad territorial, también preocupa que los flamantes asesores se esmeren en no dar pie con bola. Por ejemplo,   convocan con bombos y platillos a un  Congreso de la Patria, pero al inútil  evento  solo asisten  los grandes responsables del fracaso en los comicios parlamentarios del 6D. Por otra parte, también  exhortan a la unidad cívico-militar, mientras el pueblo impávido observa  como algunos integrantes en los altos mandos  raspan la olla con el mayor descaro. O sea,
¿Cómo hacer que funcionen las 3 R de Chávez, si quienes tienen  el sartén por el mango se emperran   en despacharse y darse el vuelto entre ellos mismo?
Ojalá  que en medio de todo este desastre sin precedente,  no sean  los convidados de piedra quienes paguen  justos por pecadores. 

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