Por Carlos M. Rodríguez C
Leí
la información publicada en Aporrea el día 21 de noviembre de 2016 relacionada
con la detención de un joven en Lagunillas por, presuntamente, robar 5 auyamas.
Respecto
al contenido de la noticia quisiera hacer algunas consideraciones, corriendo el
riesgo que sean mal interpretadas y se emitan juicios de valor equivocados o erróneos.
En
primer lugar quiero referirme a una cuestión de forma. Comparto plenamente que
la cobertura y el trato que se le dió al suceso a través de información
suministrada por la Guardia Nacional Bolivariana en su cuenta twitter regional
de Cabimas es desmedida con relación al alcance del hecho, máxime tratándose de un menor del cual el
nombre quedó reseñado públicamente. Aquí
hay una falla que debe corregirse en lo sucesivo.
Pero,
y como segundo lugar, tratándose del
fondo o meollo del tema, expongo mis a
continuación.
Se
quiere minimizar el hecho debido a que el indiciado robó por hambre. Que el
hambre es un justificativo para delinquir. Que delinquir por hambre no es una
falta tan grave como la corrupción, la desidia, la incapacidad, la
ineficiencia., el burocratismo.
Sin
el prejuicio pequeño burgués de defender a los pobres y desamparados de la
explotación de los ricos, o de una filantropía barata, considero que en el caso
tratado, los pequeños productores familiares están pasando por una situación
bien difícil ya que la delincuencia se ha arraigado en las comunidades rurales,
asolando a las familias que, con esfuerzo, producen algunos rubros alimenticios
en su hogares para su grupo familiar o miembros de la comunidad, los cuales son
sustraídos por personas del mismo sector. No se trata de robar al burgués, se
trata de evaluar los daños ocasionados
al patrimonio de familias de escasos recursos que viven del sudor de su
trabajo. Parcelas con siembra de maíz, de caraotas, así como animales doméstico
de consumo (gallinas, cochinos, etc,) son robadas con total impunidad que
realmente generan crisis en los sectores rurales.
Uno
de los problemas que atraviesa la sociedad venezolana es la falta de medidas
efectivas por parte del gobierno que minimicen el impacto de la delincuencia.
Pero también la complicidad de las autoridades, comunidades y personas en
particular afecta positivamente su
incremento e impunidad.
Valdría
la pena preguntar porque el sujeto referido no se puso a sembrar auyamas en vez
de robarlas, o al menos ofrecerse para ayudar a la siembra o cuidado de la
misma. ¿No me digan que tiene mucho trabajo o hay que hacer mucha inversión?. ¿O
que el sujeto de marras es discapacitado’.
Por
otra parte, valdría saber qué posición tomarían si los afectados por el robo
son los que ahora están justificando el delito. ¿Serían tan magnánimos,
pedirían la pena de muerte?
Considero
que la posición correcta en promover actividades destinadas a la formación
política del pueblo que permita su incorporación al proceso revolucionario en
vez de justificar y defender a los delincuentes, sea el delito que sea.
Esta
es la verdadera concepción revolucionaria, lo demás es cuento de caminos.
Patria,
socialismo o muerte. Venceremos
carrodcas@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario