Por Carlos M. Rodríguez C
A
veces uno duda de su propio razonamiento. Pareciera que la realidad se comporta
de una forma y la inteligencia no está en la capacidad de comprenderla,
generando desconfianza en las conclusiones que uno pudiera llegar con nuestro
análisis.
Resulta
que desde nuestras trincheras se está haciendo todo lo posible para “tumbar” al
Presidente Nicolás Maduro. Los garrafales errores cometidos por instancias que
deberían tener claro cuáles son las estrategias y tácticas más acertadas para
enfrentar la guerra que enfrentamos, echan por tierra las victorias que hemos
obtenido en la contraofensiva en
diferentes instancias, sobre todo a nivel internacional y en escenarios muy
significativos y de trascendencia política inconmensurable.
Pero
eso no es todo. La timorata conducta del Pte. Maduro, con relación a tomar
medidas destinadas a corregir las debilidades del gobierno en torno a errores
de funcionamiento, designación de cargos, control, supervisión, ejecución y
otras omisiones coadyuvan a profundizar la situación. O sea.
En los últimos días están saliendo a flote los
resultados de las fallas en torno a la
designación de funcionarios de alto rango en el equipo de gobierno. Gerentes
corruptos saboteadores, funcionarios incapaces, sabotajes, ineficiencia. Todo
lo que se ha denunciado y a las que el
Pte. no les ha parado. Y es culpa de él, de nadie más.
¿Coño,
si salimos triunfantes de la reunión de la OEA, en la cual el poder imperial
movió su maquinaria para aplicar la Carta Democrática a nuestro país, porque el
TSJ viene a enrarecer el clima interno, generando una situación que pudiera
escaparse de las manos a los mecanismos de seguridad y propiciar una aplicación
inminente de sanciones por parte de los organismos internacionales que andan
locos por hacerlo para salir de una vez por toda de esa “lacra” llamada
revolución socialista bolivariana?.
¿No
podían aplicar otras soluciones que no afectaran tan directamente a la opinión
internacional y produjeran reacciones preparadas para generar violencia y muertes en el país lo que
justificaría acciones internacionales contra la patria?. Si ya se decretó el
desacato de la Asamblea Nacional para que es necesario una resolución que
afectara políticamente la ya convulsionada vida nacional. Con sólo no acatar
las decisiones emanadas por ella bastaba. Y dejar que el tiempo pasara…
Además
que dichas medidas realmente coliden con el clima constitucional, carecen a
toda luces de procedimientos legales, cosa que debieron prever. No constituyen
un autogolpe, pero si enrarecen la práctica democrática de las instituciones,
generando dudas y resquemores que son aprovechadas, tanto por la oposición
oficial (lease la MUD) como de los pretendidos “chavistas críticos”, para
influir en la opinión pública y justificar una intervención internacional.
Muchos
revolucionarios saldrán a defender la revolución, pero el deteriorado nivel de vida
del pueblo venezolano, la falta de efectividad en las medidas tomadas para
neutralizar los efectos de la guerra económica, la corrupción, la inseguridad,
la inflación galopante, la falta de medicamentos, de alimentos, de productos de
aseo personal, la falta de gas, de gasolina y un largo etcetera nos desdibuja
una país en el cual no es fácil asumir la defensa del gobierno, y con ello la
defensa de la revolución por parte de las mayorías populares. No se puede jugar
con candela. Y el TSJ, así como las altas esferas del gobierno lo están
haciendo.
Están
echándole leña a la candela. Ya los
zamuros están agazapados esperando la
carroña. Los adecos sacando la mejor parte en el proceso de validación y los
“tránsfugas de otoño” los oportunistas tradicionales y los “neocríticos de
cafetín” esperan el festín.
¿Será
el gobierno capaz de terminar de servirlo?.
Hasta
la victoria siempre. Venceremos
carrodcas@gmail.com
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