Por Carlos M. Rodríguez C
Pues ya llegó el Año 2018.
Exactamente 20 años desde que el Comandante
Eterno, en diciembre del año 1998, logró ganar el proceso electoral y
erigirse como Presidente de la República de Venezuela a pesar de toda la guerra
sucia, financiamiento por parte del imperio a la derecha, asesoramiento
electoral y todas las estrategias, tácticas, estratagemas, trampas para evitar
su victoria.
Derrotando golpe de estado, paro
petrolero, sabotajes, ataques a su persona y gobierno, traiciones,
infiltraciones, guarimbas, ineficacia de los funcionarios públicos, corruptelas
de ministros, gobernadores, alcaldes, corrupción entre sus seguidores, el Comandante
Eterno resistió derrotando electoral y
políticamente a sus enemigos, detractores, tránsfugas hasta que sobrevivo su muerte
el martes 5 de marzo de 2013.
Fueron 15 años de batallar contra la
derecha (endógena y exógena), contra un entorno que le tendía trampas, contra
la ofensiva del imperio en todos los frentes, contra la cultura rentística, las
desigualdades, las exclusiones, la miseria, el abandono al pueblo por parte de
los gobernantes.
Deja como sucesor de su mandato a
Nicolás Maduro que resultó victorioso electoralmente pero con una diferencia
exigua de votos contra Capriles, y es recibido por la derecha con un proceso de
guarimbas que ocasionó 41 muertes, numerosos heridos y millonarias pérdidas
materiales y económicas a la sociedad venezolana.
A lo largo de su gobierno ha habido toda
clase de ataques (informáticos, comunicacionales, económicos, militares,
sabotaje de los servicios eléctricos, petroleros, y por supuesto, corrupción en
los entes públicos, mala gestión de los funcionarios públicos) en su contra, su
gestión, su persona, sus familiares. Y contra el pueblo de Venezuela en su
conjunto.
A finales del año antepasado (2016) se
dio inicio a un proceso de sabotaje a la economía y seguridad de la población
que se tradujo en acaparamiento, alza especulativa de alimentos, medicinas,
inflación provocada a través del Dólar Today
el cual se fue incrementando con el ataque político por parte de las
instituciones del imperio (OEA, UE, países gobernados por la derecha tales como
Canadá, México, Panamá) así como los decretos intervencionistas de Obama y
posteriormente el bloqueo ilegal de los E.U. contra la economía venezolana y el
pueblo, decretado por Trump, los ataques a los sistemas de energía,
instalaciones de agua potable, instalaciones petroleras entre otras, las
penetraciones de los paracos, el
contrabando de extracción hacia Colombia. Y el período más agudo que se produjo
entre abril y junio del año 2017 en el cual se produjeron los sucesos más
sangrientos de toda la historia de Venezuela con el lamentable saldo de más de
141 muertos, cientos de heridos y millones de pérdidas materiales, económicas a
la nación.
Este proceso, en conjunción con los
permanentes hechos de corrupción, ineficacia, ineficiencia, irresponsabilidad,
falta de ética y moral de los funcionarios del gobierno en todos sus niveles, bachaqueo
institucional, matracas, alcabalas, falta de los productos básicos producidos o
importados por el estado tales como gas doméstico, gasolina, alimentos, medicamentos,
repuestos automotrices entre otras
muchas cosas, ha convertido la situación en una bomba de tiempo a punto de
estallar
Comprendemos que la derecha, o
aquellos que han traicionado la revolución y se hayan apartado de ella realicen
tales actos, al fin de cuentas sus propósitos están claramente definidos.
Este inicio del año nos muestra el
clima que predominará en el ámbito político del país y nos pone en alerta a
quienes consideramos que la revolución socialista es el logro más trascendental
del siglo XXI al cual debemos consolidar
y proteger, ya que está en marcha, y ejecutándose a toda prisa, el plan
imperial para derrocar al gobierno de Maduro, imponer por la fuerza un gobierno
de derecha y cancelar la agenda socialista.
En este plan están inmersos tiros y
troyanos, burgueses, boliburgueses, civiles, militares, funcionarios
gubernamentales, diplomáticos, universitarios, funcionarios públicos y pare de
contar, es decir, todo aquel que pueda sacar provecho, ganar beneficios con la
derrota de la revolución y la restauración de la IV República en el país.
En tal sentido, exhortamos a todos los
revolucionarios comprometidos con la revolución bolivariana socialista, con la
construcción de una sociedad justa, equitativa, igualitaria, incluyente,
socialista a activar los mecanismos para contrarrestar la arremetida fascista
en curso, a profundizar la crítica, las denuncias oportunas, y especialmente a
cerrar filas para combatir las maniobras oportunistas de aquellos que bajo la
conseja “en rio revuelto ganancia de pescadores” pretenden engañar al pueblo
revolucionario para reinstalar el neoliberalismo, el fascismo, en su forma más
salvaje en nuestro país.
Hacia la victoria
siempre. Venceremos
El camino sigue siendo
largo. Profundicemos nuestros logros.
Carrodcas@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario