Por: José Sant Roz
Cayó la fiscal y sólo la derecha salió a partir lanzas por ella, y el pueblo siguió allí imperturbable entendiéndolo todo. Un pueblo cansado pero COJONUDO.
Se apartó del proceso aquel super ministro Rodríguez Torres quien se creyó un alcázar de titanes contra las guarimbas, pero que ahora son los mismos guarimberos quienes le echan flores y vítores, y lo ensalzan como un salvador de la atribulada burguesía. ¡Verga, a Don Dinero (el CAPITALISMO) como que nadie lo jode!
Larga es la lista de "caídos" que da vértigos, hasta que llegamos al caso de Rafael Ramírez, aquel otrora portento de los himnos a los rojos rojitos, y quien ahora usa insólitamente un lenguaje idéntico al de Leopoldo López o María Corina Machado. ¡Y pensar que este "cuatriboleado" ex ministro estuvo en el empíreo sobando hombros y chupando a cuatro carrillos de lo bueno y de lo caro: empinando a dirigentes y diputados, a altos funcionarios (que luego nos salieron con las patas torcidas), embelesado por las mieles de las multitudes, y… que esté hoy en los arrabales de su tumba, y que ya no valga un comino... espejos, espejos, cientos de espejos deberían repartirse en todos los niveles para que algunos vean sus carotas de ineptos, de mequetrefes, de vivarachos y traidores, de insulsos, con sus jetas y morros de zorros y camaleones…
El camino hacia el poder está lleno de osamentas y de cruces (y también de mucho billete, que se lo pregunten a Ismael García…), ¿y quién ahora en sus fueros internos osarán mentar la soga en los que son y actúan igualitos a este ahorcado?
De ahí, que aquellos que se encumbraron por las luces gloriosas de la revolución, el día que por su propia carga de mierda se van de culo, nadie sale a dar nada por ellos. Pero, Dios mío, que todos aquellos aplausos que se ofrendaron a su figura, aquellos gritos y marchas, aquellas aureolas de luces y fervores del pueblo (sabio y paciente)…, qué fueron de ellos, para qué sirvieron, ¿para favorecer a hijos de puta faranduleros como su primo, a sus amiguetes y ladronas de amplias agallas y turbulentas figuras? El tipo era largo como una palmera y con un cogote amplio y cojonérico: que si su padre o su tío habían sido ilustres guerrilleros, que si el Toby y la guacharaca, que si era más Maximiliano que Robespeiérrico. Y de la noche a la mañana, … pura boñiga de burro, que no estaba para nada fundado en lo auténtico, en lo real y en lo eterno, y en descubriéndose se volvió pamplinas, y dejó ese reguero. Que nadie se apropie de los valores grandiosos del bolivarianismo para despilfarrarlos con sus amiguetes de farra, señores coños de madre, que al parecer éste sólo sujetico se pasó por el forro varios pozos de la Faja del Orinoco. Que nadie se adueñe, digo de los valores de la patria para pavonearse ni para tener privilegios ni para andar moviendo el culo como una mismísima peonza (a gusto y placer de la oligarquía). Tanto que habló este tipo de la oligarquía, y él mismo era la madre por antonomasia de la más purulenta burguesía. El pueblo no es pendejo y sigue mirando a ciertos habladores de paja y los anota y los incluye en su memoria retrovisora…, el pueblo aguarda, y la prueba está en que no cree en cojera de perro ni en griticos de histéricas… que si hoy son bellos y lindos, y se creen atracos andante cuando en verdad lo son por dentro… Señores, agarren la sartén por el mango si en realidad quieren que el pueblo les respete, y aquí les dejo coplas por los que se han muerto y que se seguirán muriendo de… mengua:
¿Qué fue de aquel glorioso galán?
No se engañe nadie, no,
pensando que iba a durar por siempre en los cargos
que en cada chillido se le salía el bojote
Que se copiaba de los que invocaban a Bolívar y a Chávez
Llenándose la molleja de consigna y lugares comunes
Que se hizo tan común de señoríos y poderes,
Que con sus trácalas consumieron caudales y fueros
que por unos albañales… se fueron…
pero hay tantos de esos que aún chillan y ladran
dicen que ladran a la oligarquía
¿será que se ladran a sí mismos?
Que los placeres y dulzores
de esta vida mal trabajada
que no son sino celadas que nos tienden
pero oigan: el pueblo los vigila y no perdona…
¿Qué se hizo el rey don Miquilena?
Los infantes del Falsón ¿qué se hicieron? ¿Qué fue de tanto atracador,
Con boinas o barbitas mariconas del Che o de Fidel
qué fue de tanta invención como mintieron? Las marchas y los paseos, paramentos, bordaduras, y trofeos, ¿fueron acaso sólo devaneos? ¿Fueron sólo, mariqueras, chanchullos, cuadres y mercadeos? |
¿Qué hicieron con PDVSA,
con los carros a gas,
Con los aires de nación potencia,
que el Comandante nos reclamaba? ¿Qué se hicieron las llamas de los fuegos y taladros encendidos de los campos de Ayacucho
en la Faja del Orinoco?
¿Qué de trácalas hicieron con aquel vibrar de músicas victoriosas que en las plazas ardían? ¿Qué hizo este carcamán de aquel danzar, de aquellas tropas y UBCHEs, chapadas en las glorias de cada contienda zamorana? |
¿Todo aquel trajinar para que viniera
su primo y se engordara
con nuestras riquezas, don Ramírez?, ¡y qué poderes alcanzaban!
¿Y cuántos quedan por dentro, ¡CARAJO!?
¡Cuántas ratas bajo las alfombras
Por los estantes, chequeras, tarjetas corporativas
Billeteras incalculables.
¡Cuántos¡
Rondando por el mundo con sus placeres!
¡COÑO DE LA MADRE!
!Cuántos más andarán en los mismo negocios!
Cogiendo, que cogiendo.
A LA CHITADA…
Y el pueblo por ellos esperando su CLAP, que se lo cogieron...
Que no llegó porque se lo tragó don Diego.
El carajito bello, primito del rey de la mordida
Canalla vestido con el traje a la medida.
Cuántos millones de euros se robaron
que si Claudia Paola por bella,
que si la Ingrid Sánchez, por arrimada…
y la tal Julia van Den Brule por bolera.
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Robos desmedidos bien planificados,
echándose al buche edificios reales por orden de la CIA y del Rajoy. !Los Ramírez, qué platales! te llevaste el tesoro todo de nuestro bolívar, y con jaeces y carros nos arruinaste ¿a dónde iremos a buscarlos ahora?
¿dónde los godos?
La pinga,
con este pueblo aterido de dolores y pelando…
¡Tú nunca fuiste chavista, GRAN CARAJO!
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