Por: José Sant Roz
Ojo: ¡que no nos vayan a coger desprevenidos y fuera de base!
Aquí estamos en la frontera con Colombia, e intuimos que el enemigo está cercando e infiltrando las áreas cercanas a los cuarteles y a los centros vitales de los estados Táchira, Mérida, Zulia, Apure, Barinas y Bolívar. Suponemos al mismo tiempo de un intenso trabajo de inteligencia de nuestras Fuerzas Armadas sobre estos posible movimientos extraordinariamente peligrosos de los enemigos de Venezuela. Por lo que se hace imprescindible movilizar hacia las fronteras con Colombia y Brasil a los mejores hombres de nuestra Fuerzas Armadas Bolivarianas, a los más leales, a los mejor formados en la ciencia militar; a los más conscientes revolucionariamente, a los cultivados en el ideario chavistas, a los incorruptibles, a los serenos y firmes en el combate.
Podríamos encontrarnos, pueblo de Venezuela, en los albores de otra guerra continental contra los imperios euro-gringos. Ante la antesala de una larga lucha como la que se vivió en Vietnam. Se abre un panorama de victorias sublimes y un campo de acción para conquistar laureles que retumbarán por el mundo, señores, hermanos y camaradas, de la Fuerzas Armadas BOLIVARIANAS. El que quiera destacarse que vaya cogiendo su fusil y su morral…
¡PERO AQUÍ NO SE RENDIRÁ NI RETROCEDARÁ NADIE!
Hay que hacerle morder el polvo de manera fulminante a los santanderistas. Hay que trincharles las temblorosas carnes de gallina a los delincuentes de Álvaro Uribe Vélez y del Juan Manuel Santos. Hay que mostrarles de nuevo a estos traidores los estandartes gloriosos, los gonfalones inmortales, que entre 1820 y 1825 se pasearon invencibles por toda la América del Sur.
Tenemos que movilizar a todo nuestro pueblo y hacerlo organizada y disciplinadamente. Hay que tener cuidado con los atorados, con los apasionados sin control, con los desaforados bisoños. Debemos ser precisos y fulminantes en el contraataque, y desde ya estudiar todos los terrenos, todas las posibles estrategias del enemigo para darles en la madre.
EL ATAQUE EN UNA INVASIÓN ES DECISIVO EN LAS PRIMERAS HORAS, Y SU EFECTO sicológico EN ESAS PRIMERAS HORAS (a favor o en contra del enemigo) tiene un poder moral crucial en los combatientes, en el pueblo, en esa prensa mundial que está apostando ferozmente a que nos borren de la faz de la tierra.
Que apenas se produzca un atentado contra la patria, que nuestras FUERZAS ARMADAS BOLIVARIANAS respondan como lo hizo el Libertador ante la invasión de los traidores peruanos en 1829 contra la Gran Colombia: "Mi presencia será la señal del combate, contra los traidores…".
Debo decir, que una de las acciones más importantes (desde el punto de vista político y militar) del presidente Maduro fue contra la célula terrorista comandada por Óscar Pérez. Ésta ha sido una señal que ha herido en lo más profundo a la canalla santanderista, a los ardorosos pitiyanquis internos y mayameros, a la élite asesina de la OTAN y que ha puesto a millón los culebreos injerencistas y fascistas de Rex Tillerson.
Así está la situación en un punto harto crítico para el país, asfixiado como nos tienen con bloqueos, con terribles sabotajes a la banca, a internet, a PDVSA y al sistema eléctrico nacional, al sistema financiero, con alimentos pudriéndose por incomprables. Coño, si nos quieren hacer morir de hambre mejor que entreguemos la vida combatiendo!
Terrible, carajo!
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