Por Carlos Rodríguez C.
"…Al
abrigo de esta piadosa doctrina a cada conspiración sucedía un perdón, y a cada
perdón sucedía una conspiración que se volvía a perdonar; porque los gobiernos
liberales deben distinguirse por la clemencia. ¡Clemencia criminal que
contribuyó más que nada a derribar la máquina que todavía no habíamos
enteramente concluido!..."
El
Manifiesto de Cartagena
Simón Bolívar
Exactamente
hoy, 27 de mayo, han transcurrido 7 días del proceso eleccionario para elegir
al Presidente de la República Bolivariana de Venezuela 2018-24 en la cual
resultó electo el Sr. Nicolás Maduro Moros, reelecto para este nuevo período.
Cómo todos saben, este proceso transcurrió con toda normalidad,
más allá de aquellas situaciones que ya estaban previstas como lo fue el bajo
número de electores y el no reconocimiento del proceso por parte del candidato
opositor, que ocupó el segundo lugar y cuya diferencia entre ambos fue
significativa, al menos más de lo que se esperaba.
Este proceso constituye un hecho histórico sin
precedentes ya que durante su desarrollo se pusieron en evidencia las sin miles
situaciones que coadyuvaron a que se dieran los resultados obtenidos.
En
primer lugar, en un escenario tan dramático, con un pueblo sometido a una
guerra inhumana, con los índices de inflación más altos que ha tenido
Venezuela, con un pueblo carente de alimentos, medicinas, insumos personales,
transporte público, dinero en efectivo: amedrentado por las amenazas de
intervención por parte del imperio y víctima de la más descarada corrupción por
los funcionarios públicos de alto, mediano, bajo rango; con la impunidad en su
nivel más alto, incompetencia, incapacidad como modus operandi de los empleados
públicos a todos su niveles; con los empresarios, bachaqueros, intermediarios,
dueños de almacenes, abastos, farmacias especulando, robando descaradamente sin
que nadie haga nada por detener esta rapiña y sin embargo ese pueblo acosado salió a votar por los
candidatos de la revolución.
Por otra parte el alineamiento entre la derecha
tradicional y algunos sectores que se autoproclamaban de “izquierda” quienes
fueron, incluso en funcionarios del gobierno bolivariano durante las
presidencias del Comandante Chávez y del propio Nicolás Maduro, los cuales, en
este momento llamaron a la abstención, se colocaron de espaldas a los sectores
populares y hoy día convocan a actos de violencia a través de mensajes
subliminales, algunos, otros abiertamente en los medios televisivos nacionales
y extranjeros.
Un
tercer elemento que debe ser analizado: la falta de propuestas concretas por
ninguno de los candidatos, por una parte
el Presidente Maduro sólo se dedicó a solicitar el voto para mantener el
gobierno, pero ante una situación tan dramática como la descrita en los
párrafos anteriores era necesario hacer proposiciones concretas que permitieran
al pueblo darse una idea de las medidas,
propuestas de cambios, modificaciones, soluciones a situaciones concretas, lo
cual no estuvo presente en el debate; y por parte de la oposición aparte de la
promesa de dolarización hecha por farzón,
ni se diga
Y aun así la participación fue de un 46.07 % y el número
de votos y la diferencia entre el candidato del gobierno Nicolás Maduro fue
mucho mayor a lo esperado logrando un
total de 6.245.862 (67.84%) votos frente a 1.927.387 (20.93%) obtenidos
por Falcón quien logró el segundo lugar bastante distante del Presidente y los
restantes, es decir el también candidato de oposición Bertucci.
Ahora bien, es necesario enfatizar que ese pueblo que
votó por la propuesta del Frente Amplio Democrático integrado por el PSUV,
Somos Venezuela, Podemos, Tupamaro, ORA, PCV (denominado GPP) y lo hizo
esperando escuchar propuestas por parte
del Presidente reelecto para solucionar los ingentes problemas ocasionado por
la guerra económica, los errores cometidos durante el lapso 2014-2018 y las
debilidades del gobierno a fin de avanzar en el proceso revolucionario y
profundizar las transformaciones a que haya lugar en lo referido a la soberanía
popular, fortalecimiento político, transformación económica y social, pero sobre todo para establecer
mecanismos que permitan impulsar la seguridad agroalimentaria, de salud, industrial seguridad personal.
Este pueblo votó por profundizar la justicia social y
económica a través de la ampliación de oportunidades para incorporarse a la
vida productiva, aumentar su capacidad de adquisición lo que ha sido cercenado
por el aumento de los bienes y artículos de primera necesidad, por la
corrupción y por proveniente de los empresarios, militares y empleados
corruptos que impiden que las herramientas para el trabajo tales como enseres,
semillas, fertilizantes lleguen a los campesinos, comunidades, comunas.
Este
pueblo votó para que se haga justicia encarcelando a los polichoros,
enjuiciando a los contrabandistas incluyendo a aquellos vestidos de verde y de
rojo rojito; para que a través de juicios imparciales y limpios vayan a la
cárcel los asesinos que acabaron con la
vida a cientos de compatriotas, hirieron, quemaron instalaciones públicas,
destruyeron viviendas, vehículos particulares y públicos durante las guarimbas
del 2014 y 2017.
Este
pueblo votó para que el Presidente lo escuche y vea cara a cara a quienes lo
reeligieron y les tienda la mano, los invite a participar en el gobierno (ya
que supuestamente este es el gobierno
del pueblo) que oiga sus propuestas, sus quejas, sus clamores, sus penas, sus
dolores y les cumpla.
Este
pueblo votó para que se enjuicien y vayan presos aquellos militares que han
dilapidado el erario público a través de hechos de corrupción, de tráfico de
influencias, negocios ilícitos, cobro de vacuna, contrabando de extracción, amenazas a las comunidades,
acaparamiento de insumos agrícolas, materiales de construcción, medicinas,
bienes nacionales, electrodomésticos regulados, repuestos automotrices, cobro
de peajes ilegales.
Este
pueblo no votó para que se suelten a los asesinos que aterrorizaron por más de
tres meses a la población trabajadora, pacífica, honesta mientras a los hijos
del pueblo por ser chavistas, ser pobres, ser
gente de color.
Este
pueblo no votó para que se premien a los empresarios que han sido los causantes
del acaparamiento, de la escasez, de la inflación bárbara que ha acabado con la
economía popular y han llevado a puertas
de la hambruna a millones de venezolanos, para que se estén dando besitos con
los Judas millonarios que usan los dólares que les otorga el país para
enriquecerse a costilla del hambre del pueblo.
Este
pueblo no votó para seguir oyendo chácharas, discursitos latosos, sin ofertas
reales ni concretas, sin propuestas que permitan abordar desde ya los problemas
y elaborar sus soluciones de manera pronta y efectiva, de ser posible en lo
inmediato
Este
pueblo no voto para que sigan los mismos burócratas enquistados en el aparato
estatal enriqueciéndose con los dólares del pueblo, derrochando el erario público,
disfrutando de lujos, hoteles suntuosos, altas comisiones sin que se les vea
los resultados a su gestión gubernamental. Este pueblo quiere caras nuevas en
el equipo ministerial, quiere que el gobierno esté en manos de gente proba,
comprometida, efectiva, revolucionaria.
Día
a día aumenta el dólar y con él el precio de los productos, de las medicinas,
los alimentos, productos de cuidado diario.
El dólar paralelo amaneció hoy en 931.000 y para
este 2018 los economistas explican que no es descabellado que el dólar pueda
llegar a 10.000.000 bsf por moneda estadounidense. A este ritmo ya el dólar
debe haber llegado a los 1200000 bsf.
Desde el proceso eleccionario del 20 de mayo hasta el día de hoy el aumento del costo de la vida ha roto todas
las marcas históricas y el pueblo, en una semana se ha vuelto más pobre
rompiendo también todas las marcas de pobreza.
No
se puede estar jugando con candela. El pueblo quiere un gobierno que de
inmediato se ponga a trabajar, a reorganizar el equipo de gobierno, visitar las
zonas rurales, barriadas, comunas, consejos comunales, trabajar pronto,
urgente.
Este
pueblo no aguanta más la desidia de las alcaldías que parecieran no existen. De
los gobernadores que igualmente parecen invisibles. De los entes estatales y
municipales que brillan por su ausencia e ineficiencia.
Ya
se escucha el ruido del rio y cuando el rio suena es porque piedras trae. Y en
río crecido ganancia de pescadores. La
revolución bolivariana está en peligro. Las alarmas suenan y pareciera que hay
sordera oficial, ceguera gubernamental, autismo revolucionario.
Este
pueblo está cansado y la paciencia tiene un límite. Este pueblo reclama acción.
Todavía están frescas las cicatrices ocasionadas por los saqueos del 27 de
febrero del año 1989, ojala y no vuelvan a repetirse. Ojalá.
El
que tenga ojos que vea, el que tenga oídos que escuche, el que tenga manos que
actúe.
Hasta
la victoria siempre. Venceremos.
carrodcas@gmail.com
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