Por Carlos M. Rodríguez C.
Uno no sabe. A veces pienso que
estoy leyendo mal la historia, que estoy interpretando erróneamente el momento
histórico, que estoy desubicado, extraviado en el análisis social, que hay debilidades en las categorías de análisis que
utilizo para interpretar la realidad.
He leído con preocupación varios
artículos en los cuales sus autores tratan de justificar el aumento de la
gasolina debido a los bajos costos de comercialización lo que hace que los
mecanismos para activar la producción de PDVSA a través de la modernización y
actualización de equipos, instrumental, capacitación de personal, adquisición
de insumos, aumento de salarios del personal sea imposible.
Entiendo que el actual precio de
la gasolina no satisface los costos de producción, comercialización y servicios
para mantener la empresa flotante y que tampoco pueden mantenerse los programas
sociales, misiones, construcción de viviendas, atención médica, etc. Eso es una
verdad indiscutible. Pero…
Hay dos varios elementos que
analizar cuando se propone el aumento del precio de la gasolina a niveles
internacional.
Primero, ¿quiénes se han lucrado
y siguen lucrando con la producción petrolera, tanto a nivel nacional como
internacional? Los mejores contratos para exploración, explotación y transporte
se les ha otorgado a empresas extrajeras tales como Chevron Texaco, British
Petroleum del Reino Unido, ExxonMobil, empresas chinas, así como a empresas
mixtas en las cuales el capital privado ha sido invertido para conseguir jugosas ganancias.
Segundo, si bien es cierto la
producción petrolera ha servido para financiar, mantener, sostener programas
sociales, precios bajos del gas doméstico, bajo precio en el combustible para
vehículos automotores también es cierto que los niveles de corrupción han
enriquecido a enchufados,
escuálidos familiares, compadres
de empleados, funcionarios de bajo, mediano y alto rango desde los inicios de
la reforma a PDVSA hecha durante el
gobierno del Presidente Chávez, situación que se ha hecho pública recientemente
y que ha involucrado hasta el gato en este modus operandi.
Tercero, que millones de litros
de gasolina son vendidos clandestina y delictivamente a Colombia a través del
contrabando de extracción y en el cual están involucrados altos funcionarios
del gobierno, militares de alto rango y subalternos, transportistas, lo que
ocurre igualmente con otros productos tales como el gas industrial y doméstico,
fertilizantes, agroquímicos que son desviados
de su ruta y vendidos a
particulares, lo que genera fuga de recursos propios de país y enriquecimiento
ilícito para los funcionarios involucrados y encargados de dicha empresa.
Cuarto, que la economía
venezolana se maneja en bolívares y el equivalente de un litro de gasolina a
nivel internacional, tomando como referencia a los E.U. correspondería a la
cantidad de 1.17 $ por litro lo que equivale a
79.799.50 bs. por litro y si se necesita llenar 10 litros equivaldría a
la cantidad de 797.950,00 bs., cosa que,
además de lo costoso, con la escasez de efectivo haría imposible tal misión.
Imagínese los vehículos de mayor
capacidad o mayor consumo Km/Lts.
Sexto, aunado a los aumentos que
se han registrado en las tasas de
interés para operaciones bancarias con T.C., T.D., transferencias, transacciones bancarias, impuestos, costos
por servicios públicos, dólar paralelo y la especulación por parte de los empresarios, productores,
comerciantes, “bájate de la mula” por parte de los empleados públicos,
militares, polichoros, bachaqueros, especuladores serán el caldo de cultivo
ideal para una explosión social tipo sacudón.
Recordemos que por mucho menos
que eso se produjo el Caracazo el 27 de febrero del año 1989 costando la vida a
miles de venezolanos y venezolanas asesinados por las fuerzas policiales y
militares del gobierno de Carlos Andrés Pérez.
No sé si los sesudos economistas,
expertos en economía petrolera han analizado el costo social que representa un
aumento del precio de la gasolina en estos momentos o si forma parte del
paquete de medidas maduristas que se
están poniendo en práctica para “resolver” la situación económica del país o si
simplemente es una provocación, un globo de ensayo para estudiar la reacción
del pueblo ante una medida de esta naturaleza.
Valdría saber si los autores de
dichas propuestas han andado por las calles, visitado barrios, montado en
transporte público, hecho cola para comprar medicinas, alimentos, para cobrar
la pensión o sacar efectivo de un banco del estado o privado, adquirir
productos del aseo personal, del uso diario, han tenido que hacer una operación
en la banca pública, una trasferencia, una operación en un cajero electrónico o
se trasladan en vehículos oficiales, reciben bonos de producción por parte del
estado, ropa para trabajar, corbatas, zapatos,
medicinas, servicios médicos, productos de la dieta diaria.
Con candela no se juega y hacer
propuestas de esta naturaleza, en las condiciones que se encuentra el pueblo
venezolano, con hambre, deserción escolar, desnutrición, escasez de alimentos,
falta de atención en salud, inflación
galopante, corrupción, delincuencia desmedida, falta de efectivo, matraqueo,
alto costo de los servicios, prepotencia y abuso de autoridad y de poder por
parte de los funcionarios públicos, incapacidad gerencia del estado, falta de
propuestas que resuelvan la problemática de empleo, desempleo, escasa
productividad, baja del ingreso en los funcionarios medio y bajos de la
administración pública, falta de transporte público es algo parecido a
instigar a la rebelión, al levantamiento
popular.
A veces es mejor pecar por hacer
silencio que morir por hacer alharaca. El pez muere por la boca.
El recuerdo del Caracazo todavía
permanece en nuestras mentes y en nuestros corazones. No invoquemos a los
difuntos que cayeron en tan trágico episodio de la IV República. Ojalá un
suceso como ese no se repita nunca más. Ojala no.
Hasta la victoria siempre.
Venceremos.
carrodcas@gmail.com.
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