El escritor gallegos Manuel Rivas cuenta, a propósito de las indirectas, un intercambio de palabras entre Churchil y una parlamentaria opositora al Primer Ministro, estadista y escritor, premio nobel de literatura y reconocido por su sagaz chispa para abordar los temas más espinosos que se le atravesaban en la vía.
-“Si usted fuese mi marido, ya le habría puesto veneno en el café”, le dijo la mujer como si le hubiera dado un tiro a quema ropa.
Churchil ni pestañeo y le respondió:
-“Si yo fuese su marido, me lo bebería con mucho gusto”.
Para Rivas, otro malicioso escritor, como pocos en la España de este tiempo, estas frases, aunque no son indirectas, se le parecen.
Ese texto de Rivas, a propósito de la Cumbre Iberoamericana realizada en Santiago de Chile, donde el entonces monarca Juan Carlos de Borbón largó el célebre “por qué no te callas” a Hugo Chávez, quién denunciaba la participación de Aznar y otros políticos conocidos en el golpe de estado del 2002 en conexión con otros venezolanos como Eduardo Fernández, ocurrió frente a los ojos de tortuga de Rodríguez Zapatero; en forma de recorte de periódico, se lo di en sus manos al Comandante Chávez en una visita fugaz a París y fue motivo de risa estrepitosa. El papelito lo guardó en el bolsillo de su flux, quizás para mostrárselo a alguien.
“Sea como sea, -dice Rivas- España no puede proyectar en América Latina la imagen de una antigua metrópoli enfurruñada. Todo hubiera sido distinto si cuando Chávez llamó “fascista” a Aznar, el Rey le hubiera replicado: “¡Ya está Hugo con sus indirectas!”.
El tema viene a cuento por las declaraciones de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de López Obrador, escritora, periodista, investigadora y académica, quien lanzó esa declaración que `puede ser leída como una proclama de profundo calado revolucionario –ideológicamente hablando- en estos tiempos tan revueltos por la vigorosa presencia del feminismo, pero también por rimbombancias que, afortunadamente, se han ido disipando gracias a la perspicacia y a las miradas de reojos que nos hacemos las gentes, sobre todo en Venezuela, donde la esposa del Presidente ostenta(ba) el título de Primera Combatiente, tal como si de verdad, ocupara un alto cargo de Comandancia en el frente de batalla. BGM considera, lo dijo con vehemencia y contundentemente, no será “Primera Dama” por considerar que ese título esconde un profundo contenido clasista!
Por fortuna, digo, la nuestra, se encargó de deshacer –y sin desaires- la graciosa ocurrencia de quien inventó ese extravagante título de “Primera Combatiente”: desatinado, incoherente y no conectado con la realidad nacional.
Ya no la nombran así. Su look no es –nunca lo fue- la de primera combatiente, que uno –al menos yo- lo imaginaba como un traje de combate, o varios, según los partes de la guerra que vivimos.
Quizás hoy sea el de la Primera Dama que tanto critica Beatriz Gutiérrez
No hay comentarios:
Publicar un comentario