Por: José Sant Roz
- Hay que bajarse de todas las analíticas nubes y dejar de creer que la reconversión puede sacarnos del marasmo en el que nos enterró la Guerra Económica, guerra que por cierto está cada vez más desatada e intensa, y sobre todo teniendo en cuenta que a un 80% de los venezolanos sólo se le pagan mensualmente alrededor del sueldo mínimo, unos 1.800 B.S. Y lo último, cáiganse!, vainas de locos, camaradas: cometemos la torpeza de engrandecer a Fedecamaras haciendo una marcha hasta su sede para que nos ayuden, para que frenen la guerra económica que ellos mismos nos montan…!: Tremenda meada fuera del perol, camaradas!…. Con ellos no se debe perder más tiempo que el de reconocerles y ponerlos en su lugar. La indulgencia con ellos ha sido atroz y por eso estamos donde estamos. El que pretenda creer que con ellos se pueda llegar a algo o es un imbécil o un malvado.
- Con el queso a 700, el cartón de huevos a casi 1.000 BS, pollos sin aparecer en el horizonte (…que no se ven por ningún lado), el kilo de tomate casi a 1000 BS, la cebolla casi a 1000 BS, el kilo de carne a 3.000, una canilla en 100 Bs, y el resto de los productos como aceite, vegetales, cereales, harina pan, etc., realmente artículos que se han vuelto de ensueño. No incluyamos allí el pago de condominio (que va por 500 BS en los edificios más humildes), de los alquileres, de las atenciones que ameritan un carrito para el que lo tenga, pasajes diarios, una reparacioncita en la casa, bombillos, zapatos o ropitas, tener que pagar alguna medicina o atención médica, algún viaje de emergencia,… y súmele usted a los que tengan carajitos o viejitos achacosos en sus casas…
- ¿Qué hace un pobre ser humano recibiendo un pago de unos 2.000 BS (Miér---coles!: hay gente a las que se les está pagando 320 semanal, ¡a la pulla!), a los mismos que además se le está proponiendo todos los días que ahorren en lingoticos o Petros? Usted saca la cuenta para medio defenderse y los gastos de cualquier pobre diablo pasan de los 30.000 soberanos cada mes, y todavía nos quedamos cortos.
- Se da el caso, de que muchas gentes de pronto consiguen productos más o menos baratos en algún lugar, pero hacen cálculos y no tienen con qué pagarlos, y la rabia lo enerva y los desgasta. Se da el caso incluso de que a algunas familias cuando les llega el CLAP, resulta que han gastado toda la platica y entonces no saben cómo hacer para adquirir esa gran salvación que son los CLAP’s, y salen como locos a pedir prestado, pero como casi todo el mundo está en la misma situación, pues, ¡NARANJAS!...
- Vean este caso, salgo a solicitar un préstamos a la Caja de ahorros, me tranzo por la solicitud de una hipoteca del apartamento (en realidad se trata de una hipoteca sobre otra hipoteca); me van a dar 12.000 soberanos (porque debo hacer un pago extra para el condominio de 2.500 BS, entre otros gastos que incluyen la idílica compra de una batería para el carrito (10.000 soberanos)). En Venezuela todo es de emergencia, y urgentemente se le debe entregar a la fulana Caja un montón de malditos documentos que incluyen un avalúo del apartamento por el que me cobran 1.620 soberanos, fotocopia de reglamento de Condominio de unas veinte páginas por el que tengo que pagar a 100 soberanos cada hoja, y fotocopias por cobro de nóminas, rifs, cédulas mías y de mi esposa, por lo que terminé mentándole la madre todo el mundo, y dejando de lado esa quimera de locos…
- Y se sabe que no solo de la comidita diaria vive el hombre; el hombre también requiere de algún esparcimiento (socialismo puro!), de echarse un cafecito con los amigos o amigas, de tener sus reuniones con la familia, de celebraciones que de algún modo compensan el duro trajín de la vida, del trabajo (Socialismo edificante y expansivo). ¿Quién puede celebrar una partidita de dominó con un sancocho, o un cumpleaños o un bautizo? De un paseo a la playa, río o montaña, porque de ciertas cosas innombrables ni las rozo,… De todas estas cosas nos estamos privando en este momento porque, por ejemplo, el turismo interno se ha vuelto imposible, entonces querido camarada y presidente, ante este cuadro ¿quién puede pensar en ahorrar? Lo que preocupa profundamente es que NO se tenga los pies sobre la tierra, que sus asesores, querido Presidente, le estén echando un cuento totalmente fuera de la realidad. Eso es muy peligroso políticamente.
- Todo esto lo deben saber los ecoñomistas. Ayer vi el caso terrible de una señora (ni tan humilde) que con el papelito en la mano que acababa de pagar una avena en El Garzón de Mérida, me preguntaba temblorosa que cuánto le habían cobrado. Le expliqué: "-señora usted ha pagado en bolívares viejos casi cien millones y casi mil bolívares (soberanos) de los nuevos, y… la pobre espantada que nada sabe de precios, se echó a llorar.
- Me pregunto una y mil veces si es que acaso en el gobierno se desconoce esta realidad para que se nos esté invitando a comprar lingoticos o Petros (a menos que esa propaganda de VTV tenga otro fin, no esté dirigida al pueblo).
- Porque debe saberse además que la función principal de los venezolanos en esta hora es andar errante de comercio en comercio para ver cómo cuadra la arepa. No hay ninguna otra función más esencial que esta, en esta hora. Meterse en los mercados, recorrer las tiendas, asomarse a las ferreterías (como quien va a un museo), preguntar por un anti-hipertensivo en una farmacia, y díganme usted, querido compatriota, si con una ronda de este tipo no queda enfermo y conturbado. Con una ronda de este tipo se siente el pobre desamparado, lánguido y escoñetado… Díganmelo. Uno va por allí preguntando: -Oye, ¿cuánto vale el agua de coco?; mira, ¿a cómo un jugo de guayaba?; estimado, ¿qué valen las conservitas?; mira, y ¿a cómo los mamones?; oye, ¿mira, y en cuanto me dejas dos manguitos de aquellos?... Y uno a la final se va con las manos vacías, no se puede echar al buche absolutamente nada de nada.
- Muchas veces, luego de recorrer kilómetros y kilómetros viendo negocios y ventas de buhoneros, llega usted a su casa, insistimos, con el alma estragada, sin nada para el recadito de olla, y tirando otra vez al cesto el costal vacío con el que salió airoso para meterle algo. O si acaso con suerte, se consiguen unos camburcitos o algunos plátanos que fueron descartados por algún camión. Y este relato, lo insistiré una y mil veces, señora y señores, no se trata de una queja, sino para que se vea la realidad y no se ande pensando en cosas totalmente fuera de lugar, que de hecho no le cuadran a nadie por ningún lado. Esto es así para todo el mundo, incluyendo para la clase media, que mire, les está hablando un profesor titular jubilado de la Universidad de los Andes.
ACLARATORIA, en mi artículo "La antológica paliza de Miguel Peña a Santander"(https://www.aporrea.org/actualidad/a271646.html) se me fue un gazapo: donde puse Mariano Montilla debe ir Mariano París (que en realidad no fue propiamente fusilado por Santander, sino mandado a asesinar por éste de una manera horripilante…).
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