Por Carlos M.
Rodríguez C
Lo
que hemos visto a través de las redes y los medios visuales que han trasmitido
las reuniones del Consejo de Seguridad d las Naciones Unidas no es sino la
evidencia histórica de la arrogancia imperial que ha caracterizado la política
internacional de los E.U., así como el vasallaje por parte de algunos países de
la región y el mundo, que se han
plegado, sumisamente, a las órdenes emanadas por “quien se pretende
declararse amo del mundo”.
Entendemos
que muchos de aquellos que han vivido a expensas de las migajas que el imperio
les ha dado a cambio de una supuesta ayuda para subsidiar sus políticas
económicas y su “riqueza” personal se coloquen conteste con estas decisiones,
así como también a quienes han sido sus “sirvientes” históricos tales como los
países de la U.E. entre ellos a España, Francia, Inglaterra, Alemania, entre
otros, al fin y al cabo ellos pertenecen a la estirpe imperial que colonizaron,
se anexaron y diezmaron la población a las cuales descubrieron y subordinaron a
sus interés políticos, económicos, religiosos y culturales tales como España,
Portugal, Francia, Inglaterra…
Pero
que gobiernos de aquellas naciones que han sido víctimas de las agresiones
militares, económicas que han ocasionado masacres, dictaduras, miseria,
vasallaje latinoamericanas entre ellos Panamá, Chile, Colombia, Perú, Ecuador,
algunos de los cuales fueron apoyados económica, moral y socialmente por
Venezuela en los momentos que vivieron situaciones catastróficas. Nos referimos
a Ecuador, Argentina, Chile, Colombia por nombrar algunos, de naciones europeas
tales como Portugal, España..
Sabemos
que las élites políticas de esos países necesitan cobijarse bajo la tutela de
los E.U. pues al fin y al cabo es esta nación la que “compra” y “vende”
consciencias a través de la corrupción, el narcotráfico, el “blanqueo” de
capitales las cuales enriquecen a los políticos que se pliegan a sus
dictámenes. No les queda otra cosa. El imperio les compra el alma, el corazón,
la mente a través de la economía de los dólares, y ellos acogen y aplican sus
dictámenes no importándole al terror, el hambre, la exclusión, la miseria de los habitantes de las naciones que gobiernan
tales como ocurrió y sigue ocurriendo en Argentina, Brasil, República
Dominicana, Colombia, Honduras, …cuyos habitantes emigraron y están emigrando tal como lo evidencia la
ola migratoria de los centroamericanos a los E.U., y hacia Venezuela durante mucho tiempo buscando
trabajo, seguridad política y social, estabilidad económica.
Pero
que “ciudadanos” venezolanos (entre comillas), con pasado supuestamente revolucionario e
izquierdista, que en algún momento se desgarraban las vestiduras por la
revolución bolivariana y hasta ocuparon
importantes cargos en el gobierno, hoy se coloquen al lado del imperio, de las
intenciones imperiales que intentan despojarnos de nuestra soberanía, de
imponernos su criterio, de violentar la
constitución nacional por el hecho de estar
en desacuerdo con el gobierno de Maduro, nos parece inaceptable, abominable,
despreciable.
También
es importante señalar que hasta ahora los medios de información nacionales han
hecho poco énfasis en la defensa del Gobierno legítimamente elegido y de la
defensa de la constitución y denuncia de la arrogancia y soberbia de los E.U. y
la derecha nacional e internacional en sus pretensiones de imponernos su
intensión, peor aún, intensión que no cuenta con el respaldo de la comunidad
internacional demostrado en la Asamblea del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidad ni de la OEA en donde fue declarada nulo el llamado a reconocer
la pretensión de Guaidó de ser el
Presidente Interino de Venezuela Peor aún,
que medios que se asumen defensores de
la revolución bolivariana se sumen a los interés del imperio y de la derecha
internacional por omisión al no informar
y asumir la defensa del proceso revolucionario. Y mucho más detestable otros presuntamente
de izquierda se portan como voceros de la derecha difundiendo información que
estimula a la violencia sirviendo así para alimentar la violación a la
constitución, repitiendo información
falaz, mentiras, para justificar la intervención armada por parte del imperio y
sus secuaces.
La
arrogancia, la soberbia existe porque existen otros que la toleran, que las
aceptan como parte del diálogo, que se presentan sumisos, obedientes ante las
imposiciones por la vía de la violencia, de la fuerza.
Entendemos que muchas de las acciones que ha
tomado el gobierno para superar la crisis económica, el embargo, el bloqueo,
así como corregir las desviaciones internas y execrar la corrupción, sabotaje,
han resultado ineficaces. Sabemos que hay una élite gobernante que se beneficia
con la guerra económica y con la
inflación, con el aumento desmedido del
dólar que mata de hambre a la población nacional, que
son “bachaqueros” gubernamentales, contrabandistas. Que muchas de las fallas en el funcionamiento
del gobierno provienen de propio gobierno y de sus responsables. Pero apoyar a
una medida ilegitima, ilegal y anticonstitucional como lo es “autoproclamarse”
presidente interino de la República Bolivariana de Venezuela, que es nula de
toda nulidad a todas luces, me parece una locura, una “aberración ideológica y
política que hasta el Papa Francisco ha denunciado en Panamá alertando al clero
venezolano del peligro de asumir posturas que perjudiquen la estabilidad de
Venezuela y pongan al país al borde de una guerra intestina que sólo
favorecería a los interés del imperio.
Es
este momento el panorama para los revolucionarios nos impone tomar “al toro por
los cachos”. Ya basta de la pasividad, del lloriqueo, de echarles las culpas a
los otros. O “ponemos o dejamos el nido”.
En
primer lugar es de vital importancia vernos las caras, conocernos, unificarnos
en defensa de la revolución bolivariana socialista. Fortalecer sus principios, destacar,
reconocer y difundir sus logros. Reivindicar las acciones en pro de las
políticas de inclusión, defensa de la población venezolana, de los más débiles,
más necesitados.
Segundo,
es de igual importancia, discutir las fallas y las debilidades a fin de
visualizar las causas de muchos de los
aspectos que alejan a la militancia de la participación, de la discusión, del
debate y proceder a hacer un banco de ideas para elevarlas a las instancias
gubernamentales, incluso a la ANC para que ahí sean discutidas y presenten
propuestas de solución.
Tercero.
En este momento muchos de los funcionarios gubernamentales están renunciando a
sus cargos tal como lo están haciendo miembros del servicio exterior y
reconociendo al írrito Guaidó, unos
debido a su militancia en la derecha, otros para evitar que sean víctimas del
odio de los fascistas que intentarán agredir a todo aquel que se sospeche
chavista en una supuesta caída del gobierno. Ayudemos a que tales funcionarios
salgan. Denunciemos casos conocidos a través de las redes, de denuncias
concretas a las instancias que pueden tomar medidas para evitar que hagan más
daño desde dentro del gobierno. Ellos hacen más daño adentro que afuera.
Cuarto.
Constituyámonos en un sistema de inteligencia popular. Ubiquemos sitio de
reuniones de los fascistas a fin de evitar actos de violencia, guarimbas,
sabotajes. Divulguemos sus zonas de acción para evitar que ocurran focos de
violencia, de heridos, muertos, quema de propiedades.
Quinto.
Protejamos nuestra seguridad, la seguridad de nuestra familia y la de
nuestros militantes. Impidamos el sabotaje a las instalaciones públicas y
privadas. La quema de unidades de trasporte,
servicios de electricidad, CDIs, ambulatorios, ambulancias, robo de
cables de Cantv, entre otras cosas.
Sólo
el accionar consciente de los revolucionarios podrá salvar la revolución, lo
demás es cuento de camino.
Sólo el Pueblo salva al Pueblo.
carrodcas@gmail.com
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