Por Carlos M. Rodríguez C.
“La libertad es siempre la
libertad de
aquellos que piensan de otra
manera”
Rosa Luxemburgo.
A menos de dos meses para realizarse
el proceso eleccionario en el que se elegiría
al próximo presidente de Venezuela durante los próximos 6 años el
ambiente se torna más candente dado que hay toda una campaña de descalificación
y descredito entre la derecha que aspira sustituir al Presidente Maduro y los
seguidores de Maduro.
Los otros candidatos no tienen
ninguna posibilidad de lograr captar los votos para ser elegidos presidentes.
Ahora bien. Cada tendencia tiene su propia metodología de
su campaña electoral, las cuales tienen marcadas diferencias.
La derecha realmente deja mucho que
desear. Con un candidato poco conocido, traído por los cabellos ya que la quien
comanda el pelotón está inhabilitada por tener cargos de traición a la patria al solicitar la
imposición de sanciones contra el país a los E.U. por lo cual debería estar
presa y juzgada por dicho delito.
Su candidato, supuesto catedrático
universitario con un currículo abultado
quien ocupó cargos de diplomático en El Salvador durante el gobierno de cartón de
Guaidó entre los años 2019 y 2023 y vinculado
con la participación en el financiamiento y logística de actos brutales (Plan
Cóndor) cuando se desempañaba como funcionario de la embajada de Venezuela en
ese país, en la época en que Leopoldo Castillo era embajador por cierto vinculado
con la muerte y desaparición de militantes de la izquierda así como el
asesinato de Monseñor Arias y de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras
en el año 1089, caso harto conocido mundialmente.
Pero además, en un audio filtrado,
resultó ser un misógino que usando un lenguaje procaz abominaba de las mujeres
y de los chavistas a quienes insultó y despotricó en dicha charla, demostrando
ser una persona de peligro con graves trastornos mentales y de sentimientos perversos.
Pues resulta que el candidato de
marras, le ha quitado la tapa al frasco y, después de vociferar que su proyecto
político sería, en primer lugar, un proceso
de transición que se iniciaría limando las confrontaciones a
través del diálogo y posteriormente se harían los cambios políticos, sociales
económicos del país ha cambiado el argumento.
En sus últimas declaraciones ha
afirmado que no firmaría ningún acta de aceptación de los resultados
electorales que emita el CNE, propuesto
por Maduro, con lo cual se ha quitado la
careta, y como dije anteriormente, la tapa al frasco, evidenciado su participación
en el plan de violencia que tiene la oposición ya preparado para desconocer una
eventual victoria de Nicolás Maduro que consiste en movilizar a sus partidarios
el 28 de julio por la noche a Miraflores para evitar que éste asuma la
presidencia, bloquear vías de comunicación (avenidas, calles, autopistas),
promover disturbios, quema de cauchos, asalto a instituciones del estado,
agredir a militantes y simpatizantes de la izquierda.
Es decir, una “segunda salida” invitando a la comunidad internacional a que
envíen al país efectivos militares para consumar los planes de invasión ya
anunciados por Biden, la U.E. y otros países que ya están preparados para eso.
Y por supuesto, el reconocimiento
por parte de la OEA, la UE y gobiernos
de derecha la misma noche del evento.
Es decir, el mismo guion del Golpe de Estado el 11 de Abril del año 2002
contra el Presidente Chávez pero con diferentes actores.
Esto que aquí describo no es
desconocido. Es un secreto a voces y el comportamiento, audios y mensajes de
voz de la derecha filtrados así nos lo evidencia.
El pueblo venezolano, el pueblo
“pueblo”, ese que ha sido víctima de las
medidas coercitivas, que ha pasado roncha, ese que tiene 11 años pasando
necesidades, hambre, falta de medicinas, de atención médica, de educación, que
ha resistido con valor y entereza la tragedia de una guerra asimétrica,
silente, devoradora.
Un país que ha sido bloqueado, que
ha soportado invasiones a las cuales ha repelido con el apoyo de la FANB como
lo fue la fracasada Operación Gedeón el 13 de agosto del 2020, como la llamada
Batalla de Los Puentes ocurrida el 23 de enero del año 2019 en la frontera
venezolana con Colombia en la cual se enfrentó el pueblo de venezolano a una
supuesta ayuda humanitaria con la que
pretendían invadir el país en la cual estaban involucrados la derecha
venezolana, Donald Trump, Sebastián n Pinera, Iván Duque y Mario Benítez y
Juan Guaidó.
Un pueblo que hoy demanda paz, prosperidad, sosiego, tranquilidad, que
desea que el proceso eleccionario del 28 de julio transcurra con paz y que se
ratifique su compromiso con el proyecto bolivariano, con una democracia
participativa y protagónica, que pueda disfrutar de las bondades que brinda el
país con sus riquezas naturales, sus paisajes, costumbres, tradiciones saldrá a
defender al Presidente Maduro de los intentos de la derecha por sacarlo por la
vía de la violencia de su investidura de Presidente de Venezuela.
Pero ese pueblo también luchará para que en este período presidencial
Nicolás Maduro corrija, mejore, enmiende sus errores, supere sus fallas y se
comprometa a preservar el legado del Comandante Eterno “Hugo Rafael Chávez
Frías”.
Hacer la patria libre o morir por Venezuela.
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