Por Carlos M. Rodríguez C.
“La libertad es siempre la libertad de
aquellos que piensan de otra manera”
Rosa Luxemburgo.
La sabiduría popular constituye
parte de la consciencia humana y dista mucho de aquello que conocemos como
ciencia.
Muchas de nuestras vivencias son
parte de esta sabiduría y nos permite relacionarnos con nuestros semejantes, la
naturaleza, con la sociedad en forma elocuente y muchas veces trasciende
nuestro entorno para avizorar fenómenos, situaciones, peligros o simplemente comunicarnos
en forma extraordinaria con otros o con nuestro alrededor.
Pero también nos permite poner en
claro nuestros deseos, sentimientos, pasiones…
El atentado que sufrió el pelucón
presidente de los E.U. Donald Trump constituye un acontecimiento que a todas
luces forma parte de la concreción de los deseos de miles de personas a nivel
del mundo entero.
Venezuela es víctima de las
decisiones políticas de ese dislocado cuando decidió 765 de las 926 sanciones
que el gobierno de los E.U. aplicó contra Venezuela.
Trump ha adversado políticamente a
Maduro y reconoció a Guaidó como presidente interino de Venezuela.
Además avaló el robo del Citgo,
la subasta de Monomeros y el despojo del oro de Venezuela por parte de
Inglaterra como medida de presión contra el gobierno del Pte. Maduro.
Trump ha estado envuelto en
escándalos políticos en su país unos de índole amoroso, otros de índole
personal y en su vida política ha habido dislates tales como desconocer los
efectos nefastos del cambio climático y el calentamiento global, la
construcción del oleoducto Keystone XL, además del uso de la técnica del
fracking.
Contra Siria en el año de 2017,
como respuesta al ataque químico de Jan Sheijun, durante la guerra Civil,
ordena el ataque con 60 misiles Tomahawk contra el poblado de Shayrat causando la muerte a más de 100 inocentes, el
cual no fue aprobada ni por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ni
por el Congreso de los E.U.
En fecha 13 de julio Trump es
alcanzado con un disparo que le produjo una herida de bala en la oreja derecha.
Este acontecimiento rápidamente fue
referido por los medios de información y las redes sociales y manejado como una
tragedia ante los ojos del mundo.
Las sanciones aplicadas por los
E.U. a Venezuela, entre ellas las 765 que fueron ordenadas por Trump, han
afectado la economía del país generando una profunda crisis social, de salud,
moral, familiar que han impactado la seguridad del país, salud, educación.
La emigración que ha vivido el
país ha afectado a la sociedad venezolana desde el punto de vista afectivo,
educacional, de servicios.
Muchos profesionales han tenido
que emigrar buscando países donde prestar sus servicios o empleos para poder apoyar económicamente a
sus familiares muchos dejando sus hijos a cargo de sus familiares que no pueden
asistirlos en cuanto a formación, educación, formación en valores.
Las desigualdades de todo tipo
han alcanzado niveles sin precedentes entre ellos la brecha entre los
empresarios que han tenido oportunidad de invertir muchas veces en forma
ilegal.
El hambre, la miseria, la
mortalidad infantil y de personas de tercera edad, la morbilidad
fundamentalmente entre primera infancia y segunda infancia y en la
adolescencia. La desnutrición, el desempleo, inseguridad, disolución familiar,
violencia, delincuencia…
Cada quien es dueño de sus actos
y Trump no es la excepción. Y cada quien
cosecha lo que siembra.
Trump ha sembrado vientos a nivel
del mundo entero y Venezuela ha sido uno de los países que más sanciones ha
tenido al igual que Cuba, Nicaragua, Siria, Somalia, China, Rusia, Iran…
El atentado que sufrió el próximo
pasado 13 de julio es el pago que recibe de parte del creador por las maldades
y atrocidades que ha cometido a millones de personas durante su vida.
Hay un viejo adagio que reza: “Quien
siembra vientos cosecha tempestades”.
Y Trump no es la excepción.
Hasta la victoria siempre.
Veceremos.
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