Por Carlos M. Rodríguez C.
“La libertad es siempre la
libertad de
aquellos que piensan de otra
manera”
Rosa Luxemburgo.
A veces uno se sorprende de las
posiciones que toman los militantes de la izquerda con relación a las
elecciones que se aproximan el próximo 28 de julio en Venezuela.
Entiendo que hay una molestia con
la forma de gerenciar y las posiciones que ha tomado el presidente Maduro en el
gobierno y las actuaciones que ha tenido en relación a las actividades erradas
de parte de sus funcionarios, simpatizantes, militantes.
Las disidencias y las críticas
son fundamentales en todo proceso social más aún si se trata de militantes de
izquierda en el cual las contradicciones son el motor fundamentar de la historia
y de todo el accionar de la sociedad.
Pero es necesario tener claridad
con relación a las estrategias que se deben hacer cuando se trata de tomar
partido en las luchas que se realizan contra la derecha y sus seguidores.
Una victoria de la derecha significa
un retroceso en cuanto a los logros que Venezuela ha tenido en cuando a
derechos humanos, inclusión, formación política del pueblo, organización social
de sus pobladores.
Y estos logros se convirtieron en
la democracia participativa y protagónica, principios fundamentales enarbolados
por el Comandante Chávez y constiuyen
una realidad tangible
Las comunas, los avances en
educación, salud, información y otros similares son el legado de Chávez y que
persisten a pesar de las presiones por parte del imperio, la derecha
venezolana, el bombardeo publicitario por los medios de información privados,
redes sociales…
Negar esta realidad es negarse a
si mismo pues la sociedad venezolana, quiera la derecha o no, con sus avances y
retrocesos, la crisis económica y social generada por la aplicación de las
sanciones no han podido eliminar del imaginario popular la figura del
Comandante Eterno y la existencia de los derechos logrados por la vía de la
praxis social que les permite expresar a viva voz sus opiniones, críticas,
aspiraciones…
Chávez reinvidicó la rebeldía de
nuestros pasados ancestrales, de los cariñas, de la rebeldía de los negros
esclavos convertidos en cimarrones luego de la liberación de sus cadenas y su
huida a las montañas, de emigrantes venidos de países europeos huyendo de las
persecuciones por parte de los gobiernos
fascistas de derecha después de la Primera y Segunda Guerra Mundial.
El venezolano se caracteriza por
su constante crítica y su acción social “palantosa”, valiente, indomable.
En el próximo proceso electoral
no es poca cosa a lo que se está enfrentando.
El Imperio viene encarnado por la
derecha y por sus candidatos.
Maria Corina y su cómplice Edmundo
González son la representación satánica de las sanciones, persecución a los
militantes de izquierda, prisión, desaparición y asesinatos.
El pasado político de Edmundo
González. Bajo el mando de Castillo y la asesoría de González Urrutia se desataron
los infames escuadrones de la muerte. Durante esa época se asesinaron civiles
inocentes, asesinatos de maestros, líderes comunitarios, niños y religiosos.
En una de sus declaraciones en
las cuales anuncia sus políticas sociales, en caso de llegar a ser presidente,
nos pone en claro el plan social en el
cual todos los logros en derechos humanos
serán abolidos.
Y las declaraciones de Mari Cori con
relación al modelo económico que promulga nos indica que el modelo
privatizador, neoliberal, hambreador sería el modelo social que volvería a
imperar en la sociedad venezolana.
Votar nulo o abstenerse es ser
cómplice convicto y confeso de la vuelta a la Cuarta República con todas sus
fatales consecuencias.
Algunos personeros que
acompañaron en forma futil, pero erróneamente, al Comandante en sus primeros
años de su primer período presidencial
han anunciado su apoyo a Edmundo González. Éstos sacaron el monstruo que llevan por
dentro, sacaron su verdadero “yo”, lo cual nos explica la nefasta gestión en
sus cargos durante ese tiempo. Nada que
sorprendernos.
Otros, nadando en sus riquezas,
mal habidas, durante su gestión en importantes empresas del Estado, durante los
primeros gobiernos del Comandante, hoy presumen de ser “mas revolucionarios”
que todos aquellos que han hecho historia y adoptan una posiciones políticas que
nada tienen que envidiar el Inmundo, la Cori, o al mismo Hitler, anuncian votar nulo.
Otros anuncian su reticencia de vota
por Maduro por estar en desacuerdo con su gestión y sus puntos de vista y en
consencuencia se abstendrán o votarán nulo.
Algunos simplemente por comodidad
se abstendrán para no sentirse comprometidos, políticamente, con ningún
candidato.
El pueblo de Venezuela tiene un “doctorado”
en elecciones presidenciales. Desde que
el Comandante Hugo Chávez obtuvo la primera presidencia hasta la Tercera
Presidencia de Maduro, han habido 6 procesos electorales, tres de los
cuales los ganó Chávez y los otros 3
Maduro.
Los efectos de las sanciones
aunadas con los de la pandemia, los efectos de la trama de corrupción con la
cual se perdió cualquier cantidad de miles de millones de la administración
pública, la burocracia, abuso de poder, la corrupción por parte de algunos
funcionarios públicos, los bajos sueldos y salarios de los empleados públicos,
educadores, médicos, personal de salud, personal de seguridad entre otros
muchos constituyen elementos que
desmotivan a miles de venezolanos a votar por la candidatura de Maduro, votar
nulo, abstenerse o votar por la derecha.
Tanto María Corina como Edmundo
han hablado claro.
La Maricori aseguró que de ganar
las elecciones todos los empleados públicos serían despedidos ya que, para
ella, todos son culpables de corrupción y serían saboteadores de la gestión de
gobierno de su marioneta, o sea, de Edmundo.
Y Edmundo ha anunciado que en su
gestión se eliminarían los beneficios con que se han apoyado a los empleados
públicos y sus familiares tales como las bolsas de alimentos, combos protéicos,
medicinas, becas para sus hijos, entre otros.
Esto que estamos descibiendo no es un realidad virtual. Es una realidad real valga la
redundancia.
Y como dice el dicho: “Para buen
entendedor pocas palabras bastan”.
O sea.
Hacer la patria libre o morir por
Venezuela.
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