No todos estamos para la política por más talento que tengamos para desenvolvernos en algún aspecto de la vida social o académica.
Nunca entendí para qué Mary Pili se habría dedicado a la política. Casi nadie la escucha aunque todos la vean. Yo, como uno de sus admiradores jamás le habría aconsejado que se metiera en los merequetenes públicos. Así ella se hubiese ahorrado desbarrar tanto. Nunca la vi bien ubicada en sus tareas dentro del gobierno.
Recuerdo que la conocí personalmente en un programa de La Hojilla por allá por el año 2010, y en esos días a ella el propio Comandante Chávez le habían encomendado un proyecto para la formación revolucionaria, y hasta me invitó a participar. Intercambiamos teléfonos, pero nunca más volvimos a hablar. Lástima.
Como activista política ella cometió graves errores, pero sólo me referiré a uno cuando ella ejercía un alto cargo en la Cancillería. Yo la critiqué a principios del 2006 porque en un combo de fatuos y sifrinos de la oposición, entre los que figuraba la ultra-escuálida Marianela Salazar, ella aparecía por televisión promocionando los productos aquellos Adaptógenos.
Me preguntaba yo entonces: ¿Cómo es posible que la viceministra para el área de América del Norte, quien debería ser totalmente anti-neoliberal, apareciese el mismo día haciendo propaganda para los productos Adaptógenos y luego informando desde la Cancillería que estaba enviando una nota al Departamento de Estado para solicitar se aclararan unos comentarios de la jefa de la diplomacia estadounidense, Condoleezza Rice contra Venezuela?
Es decir, poco antes de aquella nota de protesta la habíamos visto en un comercial junto a la ultra-escuálida Marianela Salazar tratándonos de convencer de que adquiriésemos productos farmacéuticos de una transnacional, aliada de los gringos.
Creo que mi comentario cayó como una bomba en Miraflores.
AÑADÍ en mi comentario un hecho histórico crucial, que demuestra el juicio político que tenía el Libertador, un gran lector además de Maquiavelo, para que lo sepan. ¡Bolívar jamás le hubiera permitido, dije, esa actividad de carácter mercantilista a ningún alto funcionario de su gobierno, porque recordemos que cuando Francisco de Paula Santander en su absurda manía sensualista, le propuso al Libertador formar una compañía nacional para hacer el canal de Panamá, nuestro gran genio de América lo mandó al infierno. Santander le envió una carta (muy especial), exhortándole a ser el protector de una compañía formada con algunos capitalistas extranjeros. La respuesta de Bolívar fue severa: no sólo estaba dispuesto a no tomar parte en la fulana sociedad capitalista, "sino que me adelanto aconsejarle que no intervenga usted en ella. Yo estoy cierto -agregaba- que nadie verá con gusto que usted y yo, que hemos estado y estamos a la cabeza del gobierno, nos mezclemos en proyectos puramente especulativos, y nuestros enemigos, particularmente los de usted darían una mala interpretación a lo que no encierra el bien y la prosperidad del país.... Estoy resuelto a no mezclarme en este negocio, ni en ningún otro que tenga un carácter comercial".
Aquello de Mari Pili, fue sin duda una seria violación de los valores éticos del socialismo, y valga la pena entonces recordar la posición del Libertador ante los funcionarios que en su época querían dedicarse a los menesteres del mercantilismo. ¡Qué franqueza y con qué ánimo procuró inútilmente Bolívar ayudar a su amigo el Vicepresidente de la República Francisco de Paula Santander, para que no se perdiera en las pequeñeces del maldito negocio UTILITARISTA! ¡Cómo lo alertaba de los peligros inmorales que hoy seducen y sacuden tanto a nuestros partidos con la manía sensual de acumular dinero! ¡Cómo seguía los pasos de su gobierno para advertirles a sus íntimos colaboradores lo que podía hundirlo! Sin embargo, ya sabemos lo que recibió en pago de tan nobles enseñanzas.
Es un hecho probado en la historia, que aquellos que tienen fuerte tendencia hacia los negocios especulativos son quienes, para confundir, se llama a sí mismos "liberales" y libres pensadores. Por un raro malabarismo genético se encontraban éstos ("liberales") en los desechos del Evangelio comercial. En los detritus de las tragedias europeas. Tomando las migas de una prédica baja y miserable cuya base era la consecución del placer y el éxito. Los poetas no podían tener un lugar entre aquellos alucinados por el bienestar material.
Bolívar era un mendigo a los ojos de los magnates colombianos y como tal un tipo inútil y a la vez peligroso; nada melodioso a los oídos "libre pensadores". Porque pensar libremente es y ha sido desde el siglo XVII- la excusa que han tenido los ricos para exigir cada vez más poder a los gobiernos. Iban, pues las doctrinas de la libertad sostenidas por la conveniencia burguesa y el egoísmo personal. No importa que el Estado se hunda con tal que los negocios de unos pocos no sufran pérdidas; y el
patriotismo llega a tener valor si existe algún bien material qué
defender. Por eso Santander y su élite necesitaban ser ricos primero para luego ser patriotas. Un círculo vicioso que hizo de los pueblos más adelantados de Europa un amasijo de autómatas y propietarios sin alma, y por esos fueron los reyes del negocio esclavista en el mundo.
Valga la pena decirte querida Mary Pili que el Hombre de las Leyes o de Las Cuentas (según se le vea), no entendió o no
quiso entender la tragedia mercantilista de los ingleses, porque insistía: "Monroe suplicó al Congreso que le pagasen las deudas que había contraído por servir a su país, y le han decretado ciento y pico mil de pesos. ¡Qué diferencia entre Monroe y Bolívar que nunca ha pedido sino la misma ración del soldado!". Aquello no lo decía porque tuviera en más al Libertador que
al ministro yanqui. No, sus actos futuros probaron que su naturaleza era un reflejo del sentimiento mercader de los norteamericanos a quienes luego imitó tanto en su estilo de gobierno. Su propia ceguera moral ante los
consejos Bolívar lo probaron. "Espero su respuesta -siguió rogándole- pues tengo reservado el dinero, y para sacarlo de tesorería es menester una orden de usted..."-
Yo realmente me quedaba frío cada vez que veía a doña Mary Pili hacer propaganda comercial siendo ella una funcionaria de un gobierno revolucionario que estaba empeñado en convertirse
en el patrón mundial para el socialismo del siglo XXI. Pero ahora tiene el tupé de escribir criticando al IV Congreso del PSUV: "hubiera querido estar equivocada respecto a este congreso… Adiós a la democracia participativa y protagónica. Eso sólo quedó como una frase bonita en los estatutos y en la Constitución".
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